Son pocos los uruguayos que están tan identificados como Novick con el mundo del trabajo y la actividad emprendedora. A los 14 años era feriante en el puesto de su padre y a los 22 años abrió su primer tienda de ropa y diseño. Actualmente, tiene una destacada casa de indumentaria deportiva y participa en Nuevocentro Shopping y en Plaza Italia, así como en el rubro gastronómico y hotelero. Nació hace 66 años en el seno de una familia humilde del barrio La Comercial. Está casado hace 43 años, tiene cuatro hijos: Bernardo (41), Marcel (39), Victoria (36) y Hernán (34), y nueve nietos. Su pasión: el Club Atlético Peñarol.
"Creo en Uruguay, un país que me dio todo y me brindó la oportunidad de crecer. Todo lo que hago, invento y creo, siempre lo hago pensando en Uruguay”, afirmó Novick a El País.
Analizó distintos temas de actualidad del país. Sobre la educación y la seguridad pública, señaló: "Me gustaría que el país avance más rápido”.
A continuación un resumen de la entrevista.
—No fue feriante por elección, sino ante la difícil situación económica en su hogar. ¿Cómo vivió aquellos años?
—Comencé a trabajar en el puesto de la feria de mi padre a los 14 años. La feria es uno de los trabajos más duros que hay: madrugar, ir al mercado, comprar mercadería, cargar y descargar cajones, armar el puesto, sol, frío y lluvia, sábados y domingos. Fue un gran ejercicio comercial y de esfuerzo (risas).
—¿Hay recetas para la superación y no dejarse arrastrar por las dificultades?
—La educación, además del esfuerzo y el sacrificio que me inculcaron mis padres. Yo asistí a la escuela Franklin Delano Roosevelt y al liceo Miranda. La educación pública, en ese momento, era muy buena. Me entregó una formación muy sólida, inclusive muchos amigos del barrio hoy son profesionales universitarios. Después cursé el primer año de la Facultad de Ciencias Económicas, quería ser economista, pero ahí ya no me dieron los tiempos para seguir estudiando por el crecimiento de la actividad comercial. Siempre trato de inventar, programar, diseñar y, con el transcurso de los años, comencé a viajar y ver qué pasaba en el mundo. Ahí decidí copiar lo que andaba bien y adaptarlo al Uruguay. Yo conozco mucho al país y a los uruguayos desde todos los niveles sociales. Recorrí todos los barrios de Montevideo y más adelante también visité ciudades, pueblos y villas del interior por la actividad política. Todo ese aprendizaje me ha permitido proyectar y gestionar mis emprendimientos.
—Entre sueños y asumiendo riesgos, fue construyendo su actividad empresarial. ¿Cuál es su fortaleza desde el liderazgo?
—El secreto es estar siempre presente y en cada emprendimiento le pongo toda mi impronta, mi pasión y toda mi energía. Uno continuamente está tratando de solucionar, mejorar y estar arriba en cada detalle. Y nuestro equipo de colaboradores lo siente y también lo valora. Eso habla de delegar, además de un gran compromiso. Es muy importante saber formar equipos. Estoy orgulloso por la dedicación de todos mis colaboradores, pero también es muy importante estar ahí, en primera línea junto a los equipos.
—¿Y qué lugar ocupa Uruguay en tu desarrollo empresarial presente y futuro?
—Creo en Uruguay, un país que me dio todo y me brindó la oportunidad de crecer. Todo lo que hago, invento y creo, siempre lo hago pensando en Uruguay. Todos mis negocios están en Uruguay. Y tengo la satisfacción de dar trabajo, entre todos los rubros comerciales en los que participo, a más de 600 familias de forma directa y muchas más de forma indirecta.
—Como empresario o político, ¿cuál es su visión sobre la marcha del país ?
—Siempre fui empresario. La actividad política fue una circunstancia de mi vida, una etapa cumplida. Pero contestando la pregunta, al Uruguay hoy lo veo bien. Durante los últimos años, han pasado gobiernos de diferentes partidos políticos y todos han demostrado responsabilidad y han dado una estabilidad al país. Si nos comparamos, con los países vecinos estamos bastante bien. Pero si nos comparamos con países del primer mundo, nos quedan temas por hacer, sobre todo, en los temas de educación y seguridad pública, donde me gustaría que el país avance un poco más rápido. Si ello llega a ocurrir, podemos decir que Uruguay es uno de los mejores países del mundo para vivir.
—¿Cuáles son las principales virtudes y defectos a mejorar de los uruguayos?
—Con la política recorrí todo el país más de 15 veces, donde tuve contacto con la gente. En Montevideo y en cada rincón del país, conozco cómo viven los uruguayos, qué piensan, qué sienten, qué precisan... El uruguayo quiere trabajo, su casa, comer un asado los domingos, tener bienestar y quiere educación para sus hijos. También es cierto que el uruguayo tiene un tranco cansino y es un poco envidioso. Pero es muy solidario y eso no se ve en todas partes del mundo.
—Se dedicó a la actividad político entre 2016 y 2019. Primero fue candidato a la Intendencia de Montevideo y después se postuló a la Presidencia de la República por el Partido de la Gente. ¿Qué le dejó la política?
—Fueron años muy intensos. Mi pasaje por la política me hizo crecer como persona. Hoy me siento agradecido porque en todo ese tiempo aprendí mucho... Entre las cosas que aprendí, la política no es el lugar donde puedo dar lo mejor de mí. Si lo tuviera que volver a hacer, lo haría nuevamente, pero es una etapa de mi vida que ya está cumplida. Hoy le puedo dedicar más tiempo a mi familia, a mis nietos, mis amigos, a mis empresas, ver fútbol... Me siento muy feliz.
—¿Y cuál fue su principal contribución?
—Intenté siempre pensar primero en el país y qué podía hacer yo para mejorar al país. En ese sentido, incursioné en los dos problemas más grandes que tiene el país, a mi juicio, que son la educación y la seguridad pública. En educación me vinculé con Singapur, un país que tiene uno de los sistemas educativos más avanzado del mundo. En seguridad, estuve en contacto con los equipos que habían transformado a la ciudad de Nueva York en una de las más seguras del mundo. Desde ese lugar, he aportado al país “mi granito de arena”.
—Traer a Uruguay ideas que funcionan en el mundo le ha dado buenos resultados, como la tienda La Cancha.
—Cuando comencé a viajar por el mundo pude ver que se venían las boutiques de indumentaria deportiva. Tras hablar con Luis Lecueder, abrí La Cancha en 1989 en Montevideo Shopping y ya tenemos cinco locales. En el mundo, uno aprende de las cosas buenas y también de los errores que se han cometido en otros países. Eso sí, acá tenemos que avanzar más rápido.
—¿Qué impacto tuvo la crisis económica de 2002?
—Los años 90 fueron de mucho crecimiento con la casa de ropa y los restaurantes. Con el crecimiento, nos fuimos endeudando. En 1999 comenzó un retroceso, con un período de recesión importante. Así llegamos a la crisis de 2002, que a muchos comerciantes nos pegó muy fuerte. Estuve a un paso del abismo. Me costaba conciliar el sueño... Logré superar las dificultades, con esfuerzo y dedicación. En 2003 ya volví a apostar al futuro del país porque estimaba que regresaba un ciclo virtuoso de crecimiento. Invertí, abrí más locales y desarrollé nuevos proyectos comerciales. Actualmente, tengo participación en Nuevocentro Shopping, que abrió en 2013; y en Plaza Italia, desde que quedó inaugurado en 2021.
—¿Cuál es su análisis de la economía uruguaya ante un nuevo atraso cambiario?
—Han llegado al país muchos inversores extranjeros, que han adquirido muchas empresas. Hay por allí un aporte de dólares importante, sumado a todos los argentinos que vinieron a invertir en Uruguay, sobre todo en inmuebles. Con el precio del dólar se está dando una situación natural; no lo veo como una estrategia del gobierno para contener la inflación. Hoy viajamos por el mundo y todo nos resulta barato en relación a los precios de Uruguay. Esa es una circunstancia que no se va a dar siempre.
—¿Cuál es el nivel de ventas en los shoppings Nuevocentro y Plaza Italia?
—En Nuevocentro estamos todos asombrados del crecimiento constante que ha tenido, pese a la situación en Argentina. Las ventas ya están por encima de 2019 y tenemos lista de espera con marcas que quieren entrar. Y Plaza Italia, que fue el primer shopping en el mundo que se abrió durante la pandemia, mes a mes también muestra un crecimiento en las ventas aunque el pasado fin de semana 100.000 uruguayos cruzaron a Argentina.
—¿Cuáles son los desafíos en el Hyatt Centric Montevideo y el hotel After?
—Por mis frecuentes viajes al exterior, tengo muchas ideas para implementar en los hoteles y hacer transformaciones. Hoy estamos concentrados en crecer y mejorar nuestra actual propuesta hotelera.
—¿Tiene nuevos proyectos de inversión en carpeta? ¿En qué sectores?
—Sí, siempre estamos pensando y proyectando cosas nuevas, dentro del área comercial tanto en Montevideo como en el interior del país. Cuando los proyectos son de porte, buscamos formar un grupo inversor. Cuando son medianos o pequeños, se trata de negocios familiares.
—¿Es cierto que tu trayectoria de empresario y político se presentó como un caso de estudio en Harvard?
—Sí, en 2017 me visitaron cuatro profesores de la Universidad de Harvard interesados en hacer un estudio sobre mi persona, para determinar cómo alguien que nació en una familia humilde, en un barrio pobre en Uruguay, se había transformado en uno de los empresarios más importantes del país. Y por qué mi incursión en la política. Los académicos se entrevistaron con políticos, empresarios, comerciantes, profesionales, periodistas y elaboraron un caso de estudio para Harvard. Fui a la presentación del caso el 17 de abril de 2018.
—¿Cuál va a ser tu legado? ¿Quién va agarrar la posta de los negocios?
—Todas las empresas están abiertas para mis hijos, pero lo que más nos importa es que ellos sean felices en lo que hacen. Durante la etapa en la política, mi equipo de gerentes y colaboradores llevaron adelante todos mis negocios. Mis hijos hoy no están en los negocios pero todos están informados absolutamente de todo en cada uno de ellos. Si yo algún día no estoy, mis hijos saben perfectamente lo que deben hacer.
“Es cierto que me gustaría aportar algo a Peñarol"
“Ver fútbol es mi pasión y más aún Peñarol”, afirmó Edgardo Novick.
Se viene una nueva instancia electoral en el club aurinegro a fin de año y la pregunta se impone acerca de su posible candidatura a la presidencia del club de sus amores. “Hoy soy un hincha que grita los goles y sufro los problemas. Más adelante veremos qué podemos aportar al club y es cierto que me gustaría aportar algo. Yo soy una persona de hablar poco y hacer mucho. Me gusta la gestión, encontrar soluciones a los problemas”, indicó el empresario.