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El objetivo del gobierno de levantar más viviendas de madera en el país -que son más “amigables” con el ambiente y más económicas que las tradicionales- comienza a tomar forma, a partir de la adjudicación que se realizó esta semana de la construcción de un edificio de viviendas en ese material.

El edifico será en el departamento de Durazno y lo que llama la atención es la novedad del proyecto ya que será el primer edificio de madera en todo el país. Por eso, oficiará de modelo piloto para otras iniciativas similares dentro del plan del gobierno.

La Agencia Nacional de Vivienda (ANV), brazo ejecutor del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT), hizo el llamado para este edificio en diciembre de 2022 y tras un proceso de varias instancias, se resolvió la adjudicación a la constructora uruguaya Enkel Group, según informó a El País, Klauss Mill, presidente de la ANV.

El dato fue brindado en adelanto a El País, ya que el anuncio oficial del ganador -por parte de la ANV, conjuntamente con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- se hará el próximo 4 de agosto. Ese día también premiarán a otras dos empresas nacionales, Saceem y Ebital, que destacaron con sus propuestas, según afirmó Mill, pero la empresa que levantará el edificio será Enkel.

El monto de inversión tope para la construcción es de 90.000 Unidades Reajustables (UR), que a la fecha son $ 135 millones (unos US$ 3,5 millones aproximadamente). La construcción comenzará en el mes de noviembre, aunque aún falta una serie de ajustes. El plazo para finalizarla será en septiembre de 2024. Cabe agregar que hubo cinco oferentes, la mayoría nacionales y una empresa regional que quedaron por el camino en la adjudicación.

“A partir de ahora va a participar una consultoría internacional en el seguimiento del proceso de construcción, ya que se deberán dejar documentos base para futuras licitaciones con este sistema, del cual no hay referencia de este tipo a nivel nacional”, afirmó Mill.

El nuevo edificio se ubicará en un terreno que la ANV entregó a la Intendencia de Durazno. Tendrá una planta baja de hormigón y seis niveles de madera estructural cross laminated timber, (CLT, por sus siglas en inglés), un sistema reconocido por su resistencia y versatilidad.

Consistirá en 24 apartamentos, algunos de 35 metros cuadrados (m2) de un dormitorio, la mayoría será de 50 m2 (dos dormitorios) y de 65 m2 (tres dormitorios).

Las viviendas del icónico edificio serán de carácter social destinadas a público del MVOT con ingresos medios a medios bajos.

El subsecretario de Vivienda, Tabaré Hackenbruch, aclaró a El País que se hará un llamado para que se anoten los interesados en comprar o alquilar con opción a compra los apartamentos de este edificio. Luego se hará un sorteo entre quienes se anoten y cumplan con los requisitos.

Consultado sobre si harán algún cambio o control adicional en ese proceso -esto a partir de las adjudicaciones directas de viviendas que realizó la exministra Irene Moreira-, Hackenbruch prefirió no realizar declaraciones “porque hay una investigación administrativa en curso”. No obstante, aclaró que en este caso “no hay ningún tipo de reserva de vivienda” y afirmó que las “condiciones son garantistas”.

Mill consideró que “con este edificio se inicia una nueva etapa en materia de construcción en Uruguay”.

En esa línea, Hackenbruch afirmó que el edificio en Durazno “marcará un antes y un después en la construcción de madera en el país. Es un eslabón más en la hoja de ruta que se ha hecho en este gobierno, pero (que) también que se ha transformado en política de Estado”, indicó.

Aun así, hay quienes miran estos proyectos con cierto escepticismo en relación al alcance que este tipo de construcciones no tradicionales podría tener. Aníbal Durán, gerente ejecutivo de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción de Uruguay (Appcu), afirmó a El País que “es prematuro decir si esta construcción en altura en madera marcará una nueva etapa”. A su entender, en Appcu aún “no ha prendido” dado que “no hay cultura de hacer edificios de madera en el país”. En esta línea dijo: “no es óbice que la haya, pero no lo veo por el momento, no en el tiempo inmediato”.

No es la primera vez que Appcu observa que los inversionistas prefieren hacer desembolsos en construcciones con materiales más tradicionales (como el hormigón y acero) y que el cambio cultural no se ve venir.

Al respecto, Hackenbruch reconoció que “no hay una verdad única” sobre el tema y ejemplificó que mucha gente no se vio venir la revolución digital en el sistema financiero, pero ocurrió. “Con esto pasa algo similar, se requiere preparación, tiempo. Pero no hay que olvidar que no son proyectos aislados, sino que está el BID y otros bancos como impulsores”, dijo.

Al preguntarse sobre cuánto demoraría la construcción de viviendas en madera en ser masiva en Uruguay, el representante del MVOT respondió que “al final, el bolsillo” es el “que define” y que “dependerá de que los tiempos y costos de este tipo de construcción se asimilen a los de la construcción tradicional y sean más bajos”. A su entender, “este proceso se va a dar mucho más rápido de lo que pensamos”.