ANÁLISIS

En Uruguay “casi US$ 1 de cada US$ 3 exportados por el país fue desde zonas francas” en el año 2019 y eso marca que dicho régimen “es una parte importante del menú de opciones” que tiene el país para ofrecer a los inversores.

Así lo afirmó el director ejecutivo de la agencia de promoción de inversiones, Uruguay XXI, Jaime Miller, en el marco de un evento organizado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en el que se debatió sobre las ventajas y desventajas del régimen, así como también se exhibieron las oportunidades y desafíos del modelo uruguayo de zonas francas.

De acuerdo con el director de la oficina de la OEI en Uruguay, Sebastián Velesquen, “Uruguay tiene mucho para poder enseñar al resto de la región en el manejo de zonas francas como un modelo exitoso de desarrollo”. Y sugirió que el modelo uruguayo “es una herramienta muy útil para las próximas formas que tendremos de vincularnos comercialmente” en un mundo que producto del impacto de la pandemia del COVID-19 “pareciera que va a tender a cerrarse comercialmente y a tener más restricciones”.

A su entender, uno de los desafíos es poder “exportar este tipo de modelos como lo está desarrollando Uruguay”.

Es que según los datos expuestos por Miller, la incidencia de las zonas francas en las exportaciones uruguayas “ha ido aumentando considerablemente” en los últimos años, impulsadas por la llegada de las plantas de celulosa al país.

En concreto, los datos reflejaron que en 2019 las exportaciones totales de bienes de Uruguay totalizaron US$ 9.119 millones, mientras que el valor de las exportaciones brutas desde zonas francas, fueron US$ 2.812 millones, lo que representó el 31% de las exportaciones totales.

En términos de inversión, el director ejecutivo de Uruguay XXI reafirmó las zonas francas como “vehículo atractor de inversión” y mostró datos que señalaron la participación de la inversión de zona franca en el total de la inversión del país. En este sentido, los datos reflejaron que hubo un pico de crecimiento en los años 2006 y 2007, con una participación de la inversión del 14,31% y 12,93%, respectivamente, impulsado por la llegada de UPM y luego también en 2011 y 2012, con una participación del 9,18% y 12,12%, respectivamente, ligado a la llegada de Montes del Plata.

Más allá de esos picos, Miller señaló que “lo interesante es la continuidad del régimen como atractor de inversiones” en los “más de 30 años que ya tiene” la normativa de zonas francas y que la hacen parte “de una política de Estado”, indicó.

Por su parte, el director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Agustín Iturralde, manifestó que las zonas francas del país “son quizás uno de los símbolos más poderosos de la modernización económica de Uruguay post dictadura” y afirmó que juegan “un rol clave” tanto en el aumento de la demanda de empleo calificado, como en la diversificación de las exportaciones. Iturralde mencionó tres aspectos en los que a su entender “se hace muy clara la relevancia” de las zonas francas en Uruguay. En primer lugar, puso el foco en la demanda de empleo que generan los operadores de este régimen y que según cifras del 2018 totalizan unas 15.337 personas ocupadas en las 11 zonas francas que tiene el país hoy. De ese total, las tres zonas francas con mayor cantidad de personal ocupado son Zonamerica con 7.432 trabajadores (48%), Aguada Park con 2.773 personas (18%) y World Trade Center Free Zone con 1.585 trabajadores (10%).

Según Iturralde, lo interesante de los datos de empleo de los últimos años en zonas francas es que mientras que en el resto de la actividad económica del país el empleo cayó y enfrentó “una gran destrucción” de puestos de trabajo, en las zonas francas “eso no ocurrió”, sino que por el contrario al ver la evolución en el último quinquenio el resultado es positivo.

El segundo aspecto resaltado por Iturralde fue la inversión en zonas francas y dijo que esta “tiene una preponderancia muy grande” sobre la inversión total que hace el país. “Uruguay tiene un problema de inversión muy importante desde el año 2013, pero las zonas francas han sido un puntal para apuntalar eso”, afirmó, y en tercer lugar, el director del CED mencionó la importancia de las zonas francas en las exportaciones.

Más allá de eso, Iturralde puso el foco en otros aspectos que a su entender dejan en un buen lugar a las zonas francas instaladas en el país en comparación con el resto de la actividad económica uruguaya. Como el hecho de que la calificación promedio de los trabajadores “es significativamente mayor en los trabajadores de zonas francas que los que están por fuera”, además resaltó que hay “un mayor peso de la industria y servicios, mayor valor agregado, más empleo juvenil” y un peso mayor en las exportaciones hacia destinos “de mayores ingresos”, principalmente Europa.

“Cuando uno ve las zonas francas del país, ve mucho de lo que le gustaría cuando uno imagina a Uruguay dando un salto en desarrollo”, afirmó Iturralde.

Según Miller, este régimen “ha sido un gran instrumento” y un “gran canalizador de exportaciones”. Además dijo que sigue siendo “muy atractivo” porque ayuda a “bajar riesgos” en las decisiones de los inversores de instalarse en Uruguay.