INFLACIÓN
Analistas coinciden en que será difícil que se cumpla la meta del gobierno de que el indicador se ubique entre 3% y 7% este año y prevén que cierre 2021 en el entorno del 8%.
Luego de que en octubre se registrara la mayor suba de precios para ese mes desde el año 2012 (1,04%), en noviembre la inflación se mantuvo estable. Sin embargo, analistas económicos coinciden en que será difícil que se cumpla la meta del gobierno de que el indicador se ubique entre 3% y 7% este año y prevén que la inflación cierre el 2021 en el entorno del 8%.
Según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios del Consumo (IPC) fue 7,86% en los 12 meses cerrados a noviembre, lo que significó que se mantuvo estable si se tiene en cuenta que en los 12 meses cerrados a octubre había sido 7,89%.
En términos mensuales, los precios tuvieron una suba de 0,25%, y en los primeros 11 meses acumularon un crecimiento de 8,07%. Entre las categorías con mayor incidencia en la suba mensual estuvo: Artículos para el hogar (creció 1,96%), seguido de Restaurantes y hoteles (con suba de 0,97%), Transporte (un alza de 0,62%), Vivienda (creció 0,35%) y Prendas de vestir y calzado (tuvo una suba de 1,2%). En tanto, la categoría Alimentos y bebidas no alcohólicas tuvo una baja de 0,77%.
El dato de noviembre estuvo por debajo de las estimaciones de los analistas económicos que preveían una variación mensual mayor, pero que fue contrarrestada por una fuerte reducción en los precios de las frutas y verduras.
En términos de inflación tendencial -que excluye del análisis los rubros cuyos precios son muy volátiles- desde la consultora CPA Ferrere, Giuliano Cantisani dijo a El País que esta “aumentó levemente y más de lo esperado”. Esto se debió principalmente al aumento de algunos bienes durables como automóviles y motocicletas, así como al repunte de los precios de los restaurantes y hoteles en el marco de la reactivación de la actividad turística, indicaron desde la consultora.
En la misma línea, Florencia Carriquiry de la consultora Exante explicó que la estimación de inflación tendencial “fue algo mayor a lo que contemplábamos y volvió a subir en la medición anual” (se ubica en 8,8% en los últimos 12 meses).
“Si también extraemos de la medición subyacente a la carne (que ha subido mucho este último año), la inflación subyacente sin carne se mantiene firme, oscilando en torno del 8% desde hace meses”, indicó la economista.
De acuerdo con Carriquiry, esto ratifica que “las presiones inflacionarias no están cediendo en la magnitud o velocidad que preveíamos algunos meses atrás, en línea con lo que de hecho se está observando en varias economías a nivel global”. Es que tras el impacto de la pandemia del COVID-19, la inflación a nivel mundial ha empezado a afectar la recuperación de la economía.
Desde PwC, el economista Ramón Pampín señaló que en un análisis de corto plazo la economía uruguaya ha dejado atrás un período desinflacionario -marcada por un dólar estable, salarios nominales que no presionan el IPC y una débil demanda en el mercado de bienes- para comenzar un período con mayores presiones inflacionarias. Según Pampín, este nuevo período tendrá un paulatino incremento del dólar, “ajuste de salarios que en muchos casos incumplen pautas oficiales, presión sobre precios de bienes importados por aumento de costos de fletes y aumento de la demanda por mejora de la actividad económica”.
Proyecciones.
En cuanto a las perspectivas de inflación para el cierre del año, desde CPA Ferrere estiman que el indicador cerrará el año “levemente por encima del 8%, alejándose del objetivo del Banco Central” (BCU) y prevén que ese guarismo se mantenga durante los primeros meses de 2022.
“Hay que tener en cuenta que muchos sectores postergaron sus aumentos de precios en el comienzo de este año debido a la complicada situación sanitaria. En la medida en que la situación fue mejorando, algunos precios se fueron ajustando paulatinamente, pero estos aumentos se concentraron sobre la segunda mitad de este año y algunos más se ajustarán en los próximos meses”, explicó Cantisani.
Además, “también comenzará un proceso de recuperación del salario real, el cual se vio fuertemente golpeado durante la pandemia. Estos aumentos presionarían al alza los precios más vinculados al mercado interno y los intensivos en mano de obra”, indicaron desde CPA Ferrere.
El rango meta del regulador es que la inflación se ubique entre 3% y 7% este año y para 2022 el objetivo es que sea de entre 3% y 6%.
Con el objetivo de incidir en las expectativas de analistas y empresarios para anclarlas en la meta y contener el alza de precios, el BCU resolvió en la última reunión del Comité de Política Monetaria (Copom), ubicar la tasa de política monetaria en 5,75%, lo que implicó una suba de 50 puntos básicos de la tasa de interés de referencia (el “precio del dinero”) que estaba en 5,25%.
En tanto, los pronósticos de Exante apuntan a una inflación que cerraría el año en torno a los niveles actuales, “muy cerca del 8%” según indicó Carriquiry y para 2022 estiman que bajará “hacia niveles en el eje del 6% al cierre del año”.
La “prevista moderación de la inflación transable (sobre todo en alimentos) y el hecho de que no se repetirían las subas de combustibles que vimos este año son de las claves en esta baja de la inflación que estamos proyectando”, dijo la economista.
Por su parte, la consultora PwC ajustó al alza las expectativas para el final de 2021 y prevén que la inflación cierre el 2021 cercana al 8% y en 2022 se ubicaría en torno al 6,5%.
La respuesta clave del BCU
Desde CPA Ferrere señalaron que a la realidad local se le suman mayores presiones externas, como por ejemplo un mayor fortalecimiento del dólar en el marco de la contracción monetaria que está comenzando a aplicar la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos. Asimismo, “la respuesta de política por parte del BCU será clave para contrarrestar estas presiones al alza, aunque por el momento no esperamos que sean suficientes para compensarlas”, indicó Cantisani. Es por esto que, si bien desde CPA Ferrere esperan que la inflación descienda sobre finales del próximo año, estiman que el indicador se mantendría en torno al 7%, es decir fuera del rango meta establecido para ese horizonte y también por encima de las proyecciones oficiales.