¿Qué piensan los ejecutivos uruguayos a un año de la pandemia?

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Foto: El País
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TALENTOS

En fase de supervivencia, algunas claves para re imaginarse el futuro.

Nada es como ayer. La COVID-19 ha establecido una dinámica de cambios permanentes y con horizontes difusos, que derivan en un enrome desafío para las organizaciones empresariales, poco afectas a un permanente suelo resbaladizo, donde las proyecciones a mediano y largo plazo se vuelven muy poco certeras.

A un año de haberse iniciado la pandemia, el panorama sigue siendo incierto para los negocios, condicionado por la evolución de las campañas sanitarias y su efecto a nivel social y económico. En ese marco, adaptabilidad, resiliencia, metas cortas y agilidad en el manejo de escenarios múltiples resultan aspectos clave de la conducción empresarial.

Es en ese contexto que Deloitte encuestó a 6.000 profesionales de todas las industrias, sectores y regiones del mundo en 99 países, para su encuesta anual de Capital Humano.

La encuesta recogió la opinión de 114 profesionales en Uruguay y reflejó que, cerca de un tercio de las organizaciones uruguayas representadas por los profesionales uruguayos consultados, admitió no contar con estrategias de preparación para abordar contextos inciertos.

Sin precedentes

“De golpe, las organizaciones tuvieron que responder a una crisis imprevista y se activó la fase de supervivencia”, afirma Lucía Muñoz, socia del Departamento de Consultoría en Capital Humano de Deloitte Uruguay y líder regional para las prácticas de Talento y Liderazgo. Muchas esperan que todo vuelva a ser como antes, puntualiza.

“Sin embargo, desde Deloitte hemos visto que las disrupciones han llegado para quedarse. Entonces, centrarse sólo en sobrevivir restringe las aspiraciones de cualquier organización. Una mentalidad de supervivencia ve las disrupciones como crisis puntuales que deben abordarse con la expectativa de que todo vuelva a seguir como de costumbre una vez que las crisis hayan terminado. Una organización que quiera basarse en prosperar deberá cambiar su forma de pensar”, subrayó.

De acuerdo con la encuesta global, solo el 11% de las organizaciones afirmó que “estaban muy preparadas” al inicio de la pandemia para enfrentar el COVID-19.

Cuando se les consultó acerca de la habilidad en la toma de decisiones ante la disrupción, el 34% afirmó que creía contar con dicha habilidad, mientras que tan sólo el 19% de las organizaciones expresó estar muy preparado para una toma de decisiones ágil frente a estos contextos.

Pero los guarismos fueron diferentes cuando se consultó sobre el uso de la tecnología al servicio del negocio: el 75% de los encuestados manifestó que sus organizaciones se encuentran en la actualidad preparadas o muy preparadas para utilizar la tecnología al servicio de la transformación del trabajo.

Ágiles ante el cambio

Previo a la irrupción de la COVID-19, mientras el 29% de los ejecutivos uruguayos encuestados expresó no contar con estrategias de preparación para abordar contextos inciertos, un 49% manifestaba enfocarse principalmente en identificar probables eventos que pudieran suceder y crear planes de continuidad del negocio en respuesta a estos.

Luego de transitar el 2020, el foco en lo imprevisible y las posibles salidas parece haberse reforzado: el 42% de las organizaciones manifiesta enfocarse en contemplar múltiples escenarios comerciales posibles, al tiempo que un 20% enfatiza en eventos “impensables”, creando robustos y diversos planes de mitigación ante estos escenarios.

Al consultarse acerca de los factores clave para impulsar la visión de preparación hacia el futuro, las organizaciones tanto a nivel local como global, los profesionales uruguayos destacan, en primer lugar, el fortalecimiento del Liderazgo (66%), luego la cultura organizacional (53%) y el rediseño del trabajo (36%).

Lucía Muñoz considera que existe una expectativa de un Recursos Humanos exponencial, con un rol estratégico en la organización y no solo de soporte.
“La empresa social pone al humano en el centro por lo que la influencia de los recursos humanos en las diferentes líneas de negocio tiende a crecer año a año” agregó la experta. “Este último año dejó claro que el área de recursos humanos tuvo bajo su responsabilidad el abordaje de un sinfín de acciones realmente trascendentes y de impacto para las organizaciones y cada uno de sus colaboradores”.

Fortalezas de equipo

En los resultados del informe de tendencias 2021 el 96% los encuestados manifiesta tener confianza en la habilidad y capacidad de respuesta de Recursos Humanos para transitar los desafíos que surjan en los próximos 3 a 5 años.

Dentro de las dimensiones abordadas por Recursos Humanos durante 2020, e influenciados por un entorno que puso a prueba a las organizaciones y sus colaboradores, los encuestados uruguayos destacan un mayor impacto en cuidar la salud y seguridad de la fuerza laboral (74%), aumentar la comunicación con la fuerza laboral (70%) y promover el bienestar de los colaboradores (65%).

El 59% de los encuestados en Uruguay manifestó que los cambios impulsados por sus organizaciones durante este año permitieron el empoderamiento de los colaboradores en la gestión de las demandas a nivel personal y laboral.

Virtualidad

Otro de los aspectos indagados que impactan en el balance “trabajo- vida personal” refiere al trabajo virtual. En este sentido el 79% de los uruguayos encuestados expresó que las prácticas impulsadas durante la pandemia tuvieron un balance positivo en el bienestar.

Siguiendo con este enfoque, el 67% de las organizaciones encuestadas están de acuerdo y muy de acuerdo en que las prácticas virtuales instauradas durante la pandemia se mantendrán de forma sustentable en el tiempo y entienden que el factor principal para que esto suceda es Invertir en capacitaciones enfocadas en el liderazgo.

A nivel global, la importancia del diseño del trabajo para respaldar los acuerdos de trabajo remoto en el futuro ha pasado a primer plano en muchas organizaciones. Cuando se consulta a a los ejecutivos encuestados qué factores eran más importantes para sostener el trabajo remoto, la mayoría eligieron opciones relacionadas con el diseño del trabajo (ver gráfico).

El cambio necesario

De cara a lograr organizaciones capaces de afrontar cambios imprevistos, los encuestados identificaron cuáles deberían ser las principales acciones a tomar para lograr esa transformación.

En ese sentido, el 54% de las organizaciones en Uruguay apuntan a desarrollar o impulsar una cultura organizacional orientada al crecimiento, la adaptabilidad y la resiliencia.

Paralelamente, el 40% manifiesta la importancia de desarrollar las capacidades de la fuerza de trabajo a través de potenciar habilidades existentes, generar nuevas capacidades y promover “movilidad” dentro de la organización para enriquecer experiencias.

Sin embargo, un 60% de las organizaciones uruguayas identifican el hecho de contar con demasiadas prioridades simultáneamente, como el principal obstáculo para lograr la citada transformación.

Y en un horizonte de tres años, en base al proceso de transformación planteado, el 39% de los encuestados espera lograr impactos en la mejora de la experiencia del cliente, al tiempo que otro 30% apela a incrementar la innovación en la organización y un 25% se orienta a resultados que impacten en la mejora de la calidad de sus servicios.

“Estos datos indican que, dado su impacto en la fuerza de trabajo, el lugar de trabajo y el trabajo en sí mismo, la recuperación de la pandemia COVID-19 desde una perspectiva de la organización del trabajo requiere una profunda mirada al futuro y a la nueva normalidad” expresó Lucía Muñoz.
“Tenemos una oportunidad única de replantear la forma de funcionar. Hoy las organizaciones pueden verse tentadas a volver a un status similar al de 2019. Sin embargo, los líderes del futuro son quienes hoy se encuentran tomando impulso, potenciando esta oportunidad única de reimaginar el futuro del trabajo y de la organización en sí misma, anticipándose y planificando nuevas acciones”, concluyó.

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