Uno de los principales frenos al desarrollo en los países de América Latina y cómo resolverlo

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El canciller Francisco Bustillo en el cierre del seminario Caminos para la integración organizado por CAF en Panamá. Foto: CAF
Ramon_Lepage

REPORTE DE CAF

Rebajar aranceles no es suficiente para un mayor desarrollo; en la región, “la cercanía no paga”, advierten los expertos de CAF en informe.

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El escaso intercambio comercial intrarregional entre los países de América Latina, aparece como uno de los principales frenos al desarrollo de sus economías. Ese intercambio no supera el 15% del total de las exportaciones, y se mantiene estable desde los años 90; en contraste, en Europa el comercio intrarregional tiene valores cercanos al 60% del total, mientras que en América del Norte llega al 45% y en el Este y en el Sudeste de Asia al 35%.

Así lo destaca el Reporte de Economía y Desarrollo (RED2021) de CAF -banco de desarrollo de América Latina, titulado “Caminos para la Integración: Facilitación del Comercio, Infraestructura y Cadenas Globales de Valor”, presentado ayer en ciudad de Panamá.

Los acuerdos comerciales implementados por los países de América Latina en las tres últimas décadas, con reducciones de aranceles y barreras no arancelarias -que abatieron el 85% de las tarifas existentes-, no generaron aumentos significativos y sostenidos en el intercambio intrarregional.

Mejoras modestas.

El reporte advierte que, si bien para el promedio de la región estas políticas han generado aumentos en el comercio e inversiones, su magnitud ha sido modesta y no se condice “con las expectativas que se tenían sobre el impacto de estas iniciativas en el crecimiento y bienestar”.

“Estos resultados no tan alentadores se explican en parte porque el mercado regional todavía no ha sido un espacio que las empresas, sobre todo las medianas y pequeñas, hayan podido aprovechar para integrarse comercial y productivamente, y que ello brinde oportunidades de expansión de sus ventas y el empleo. Las razones de estas fallas se deben al avance incompleto en varias de las políticas de liberalización comercial”, afirmó Pablo Sanguinetti, vicepresidente de Conocimiento de CAF, y coautor del informe.

Sanguinetti afirmó a El País que los cambios que urgen a la región necesitan apoyarse en políticas públicas, y esas políticas se dan si el tema se instala en el debate público entre los diferentes actores. “Eso es lo que busca el reporte, disparar el debate, generar agenda y favorecer los cambios necesarios”, remarcó.

Reingeniería de la integración.

El informe RED2021 propone la necesidad de aplicar “una reingeniería de tres pilares” en camino a la integración de América Latina y el Caribe. El primero es la reducción de los niveles de aranceles aplicados unilateralmente, que en algunos casos son todavía altos, “notablemente en el caso del Mercosur”, así como la disminución de los costos aduaneros y de frontera a través de iniciativas de facilitación de comercio. El segundo pilar consiste en proveer la infraestructura de transporte necesaria para mejorar la integración física entre los países, incluyendo aquella que favorece la integración energética;. El tercer pilar de la reingeniería se refiere a las regulaciones domésticas y regionales que impulsen la integración productiva entre las economías, promoviendo la participación de las empresas en cadenas regionales de valor.

Contenedores en el Puerto de Montevideo. Foto: Archivo El País
Contenedores en el Puerto de Montevideo. Foto: Archivo El País

En ese sentido, Lorenzo Caliendo, economista uruguayo de la Universidad de Yale, que ofició de comentarista en la presentación del informe, advirtió de la existencia de situaciones internas en cada país, que necesitan de decisiones unilaterales de política para superarlas.

“Reducir las barreras internas puede llegar a tener un impacto global aún mayor que el que provocaría reducir las barreras externas”, sostuvo.

Contra cualquier afirmación sustentada en la cercanía de los mercados, “la cercanía no paga tanto” en Latinoamérica como en otras zonas. Los autores del informe destacaron que hay suficiente evidencia que muestra que el efecto de la distancia sobre el comercio es escaso en la región, donde generalmente no es prioridad el comercio con vecinos y los costos de flete “son más caros a nivel interno que con zonas fuera de la región”.

Ventanilla única compartida.

La facilitación del comercio comprende la simplificación, estandarización, digitalización y armonización de los distintos procedimientos y trámites que se requieren para realizar una operación de comercio exterior y que inciden en el costo final para el consumidor. La comparación, incluida en el reporte, es contundente: mientras que los trámites en frontera toman entre 80 y 100 horas en América Latina y el Caribe, los tiempos se reducen a menos de 10 horas en América del Norte y la Unión Europea.

Un caso típico de facilitación son las ventanillas únicas de comercio exterior, que concentran todo en una sola plataforma y sus efectos positivos han sido demostrados. “Los países las han ido incorporando, pero resta que homologuen los trámites de sus vecinos”, señaló Sanguinetti.

En materia de transporte, los costos en América del Sur para el comercio intrarregional son un 15% superiores a los de la Unión Europea, pero a nivel extrarregional, la diferencia de costos no es relevante; “sin dudas, los costos de transporte son una determinante del bajo nivel del comercio intrazona”, donde la modalidad terrestre tiene un rol preponderante, destacó Lian Allub, economista principal de CAF y también coautor del informe.

“La evidencia discutida en relación con la infraestructura de transporte de América Latina muestra importantes rezagos en la cantidad de infraestructura disponible, así como en los servicios que se prestan, y el retraso es particularmente significativo en la infraestructura terrestre, ya sea ferroviaria o vial”, añadió Allub.

Cálculos hechos por técnicos de CAF sobre los costos implícitos de carreteras lentas y con pocos servicios, muestran que, si se atacaran esos problemas y se pudiera asegurar una velocidad promedio de 90 kilómetros por hora en las rutas, el acceso a bienes aumentaría por 10 en algunos de los países de la región.

Internalizar el “near shoring” para lograr más asociatividad

En cuanto a la reducción en los costos del comercio, se subraya que a nivel mundial esa tendencia promovió la fragmentación e internacionalización de la producción, impulsando la creación y crecimiento de las cadenas globales de valor. El reporte plantea distintas acciones posibles para promover la integración de la producción en temas centrales como las reglas de origen, las políticas dirigidas a promover la inversión extranjera directa o los regímenes especiales de importación, entre otros.

En ese contexto, Pablo Sanguinetti precisó que la creciente tendencia de que la complementariedad a nivel de cadena de valor se concrete entre unidades de producción de una misma empresa, “no parece ser la mejor solución, en términos de eficiencia”. Sin embargo, admitió que eso ocurre porque las firmas optan en determinadas ocasiones a “integrar verticalmente la cadena como respuesta a incertidumbres locales y riesgos de cambio en las reglas de juego, problemas muchas veces presentes en nuestros países”.

El estudio plantea la necesidad de internalizar el concepto de “near shoring”, procurando un nivel de asociatividad y complementariedad mayor en la región. “No necesariamente tienen que competir, en base a una producción similar los países pueden ir buscando especializarse en distintas etapas de la cadena, en un proceso que requiere de compensaciones “, asumió Sanguinetti.

“Los procesos de integración requieren de una institucionalidad y capacidades estatales para su diseño e implementación. Estos deben alinear los intereses de sectores que se beneficiarán de estas iniciativas y, al mismo tiempo, servir para reducir los costos y reconvertir aquellas actividades que podrían enfrentar mayor competencia. Para ello se requieren recursos, pero también capacidades de coordinación entre diferentes agencias estatales, con el sector privado y con otros gobiernos socios de estas iniciativas”, puntualizó Sanguinetti, subrayando que un cambio de orientación como el propuesto necesita “liderazgo” en los países.

Puente Bella Unión – Monte Caseros, un modelo para replicar
Proyecto del puente entre Uruguay y Argentina. Foto: El País

El proyecto de puente binacional entre Uruguay y Argentina sobre el río Uruguay, uniendo las localidades de Monte Caseros y Bella Unión, fue presentado ayer en Panamá como “un modelo de lo que CAF quiere hacer”, en diversos puntos de la región.

Al cierre del seminario donde se presentó el Reporte de Economía y Desarrollo 2021 de CAF -banco de desarrollo de América Latina, el canciller de Uruguay Francisco Bustillo, junto con el secretario de Asuntos Estratégicos de Presidencia de Argentina, Gustavo Béliz, expusieron sobre la iniciativa, que cuenta con financiamiento de CAF para el estudio de prefactibilidad que está en marcha.

Para Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, para avanzar en los procesos de integración en la región, se necesita de inversión en infraestructura que vincule a los países, provocando impactos locales en zonas, hasta ahora fuera de los corredores habituales de comercio. “Queremos más proyectos así -dijo a El País- y por eso consideramos importante presentar ante la región el futuro puente Monte Caseros- Bella Unión y estimular a los demás países a pensar la integración en clave de este tipo de obras”.

El canciller Bustillo afirmó que “ya pasó suficiente tiempo desde que las fuerzas vivas locales de ambas ciudades se expresaran a favor un puente sobre el río Uruguay en esa región limítrofe. Ese pronunciamiento ocurrió en 2008”, recordó Bustillo en diálogo con El País en ciudad de Panamá.

Tres años después, en 2011, se firmó la declaración de Buenos Aires por parte de ambos gobiernos, comprometiéndose a impulsar la obra; en 2014, se realizó un estudio de factibilidad por parte de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), y el último hito fue el compromiso de los presidentes Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou, en 2020 en el primer encuentro entre ambos como mandatarios. “No podemos seguir dilatando el comienzo de las obras”, expresó.

El estudio de prefactibilidad efectuado en 2014, estimó un costo para la obra en su totalidad de US$ 130 millones.

“Hay que actualizar esa información -precisó Bustillo- con aspectos geotécnicos que reconsiderar y ajustar el proyecto a nuevas técnicas de construcción”.

El organismo multilateral en el que está Uruguay

CAF -banco de desarrollo de América Latina- tiene como misión impulsar el desarrollo sostenible y la integración regional, mediante el financiamiento de proyectos de los sectores público y privado, la provisión de cooperación técnica y otros servicios especializados. Constituido en 1970, cuenta con 19 países miembros -17 de América Latina y el Caribe, junto a España y Portugal- y 13 bancos privados, es una de las principales fuentes de financiamiento multilateral y un generador de conocimiento regional.

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