Sin duda, el ahorro es el cimiento fundamental de unas finanzas personales saludables. Sin este pilar, nos encontramos en una situación precaria, apagando incendios financieros de última hora sin la capacidad de proyectarnos hacia el futuro. En este Finanzas de Bolsillo, examinaremos la idea de que las personas que aún no han comenzado a ahorrar tienen la posibilidad de dar sus primeros pasos en este proceso, evitando cometer dos errores cruciales que analizaremos detenidamente.
Al seguir estos consejos, no solo estarán evitando la trampa de vivir al día, que conlleva a la pobreza, sino que también experimentarán una significativa reducción del estrés financiero.
Hábitos de ahorro
La importancia de hacer hincapié en los hábitos radica en que más del 40% de nuestras acciones cotidianas están impulsadas por hábitos, en lugar de decisiones conscientes. Nuestro cerebro tiende a automatizar comportamientos cotidianos para ahorrar energía mental, lo que nos permite concentrarnos en actividades más importantes. En el contexto del ahorro, es crucial comprender cómo funcionan los hábitos, ya que los mismos pueden influir significativamente en nuestra capacidad para ahorrar dinero de manera constante. Algunos ejemplos de hábitos de ahorro son: mantener un seguimiento de tus membresías y cancelar las que no utilizas. En la actualidad, muchas de nuestras suscripciones y servicios se gestionan a través de membresías mensuales o anuales. Aunque esto proporciona comodidad al no tener que preocuparse por fechas de vencimiento y pagos recurrentes, también puede llevar al desperdicio de dinero si no se revisa regularmente. Esto incluye membresías de gimnasios, suscripciones a revistas, seguros médicos para viajes al extranjero, servicios de cable y más. Mantener un registro de tus membresías y dar de baja aquellas que ya no utilizás es una forma efectiva de liberar recursos financieros que pueden destinarse al ahorro, mejorando así tu capacidad de generar un excedente y facilitando tus objetivos económicos.
También se puede realizar presupuestos de gastos basados en ingresos netos. Frecuentemente, las personas calculan sus presupuestos y gastos teniendo en cuenta los ingresos brutos, es decir, el monto antes de cualquier deducción como impuestos, jubilación y otros descuentos. Sin embargo, esto puede llevar a un cálculo inexacto y desviado de la realidad financiera. Para fomentar el ahorro y evitar endeudamientos innecesarios, es esencial que tus presupuestos se basen en los ingresos netos, aquellos que verdaderamente llegan a tus manos después de las deducciones. Al hacerlo, podrás planificar tus gastos de manera más realista y efectiva, garantizando que estás viviendo dentro de tus medios y teniendo la capacidad de ahorrar parte de tus ingresos disponibles.
Otro hábito se basa en “pagarse a uno mismo primero” al separar un porcentaje de los ingresos. En lugar de considerar el ahorro como lo que queda después de cubrir todos los gastos mensuales, una estrategia más efectiva implica asignar un porcentaje de tus ingresos, al menos un 10%, al ahorro tan pronto como recibas esos ingresos.
Este enfoque cambia radicalmente la dinámica del ahorro, asegurando que priorices tu futuro financiero desde el principio. Al separar una parte de tus ingresos y destinarla directamente al ahorro, te asegurás de que esta cantidad esté destinada a tus objetivos financieros antes de que puedas consumirla en otros gastos.
El siguiente hábito se basa en revisar detenidamente los gastos en las tarjetas de crédito. Es fundamental prestar atención al resumen de tu tarjeta de crédito y examinarlo minuciosamente. Los errores de cobro son más frecuentes de lo que se podría pensar y pueden afectar significativamente tu presupuesto. Si tu hogar maneja múltiples tarjetas de crédito, existen aplicaciones útiles que permiten un control exhaustivo de todos los gastos.
Estas aplicaciones te ayudan a gestionar los movimientos financieros, establecer presupuestos específicos, y realizar un seguimiento de los días de corte y cobro, entre otras funcionalidades.
Objetivos de ahorro
La importancia de tener un claro objetivo para el ahorro radica en su capacidad para otorgar un propósito definido y un rumbo claro a nuestra actividad financiera.
A menudo, el ahorro se percibe como una práctica monótona y desafiante, donde se acumulan fondos de manera indefinida sin un propósito concreto. Sin embargo, esta percepción puede alejarnos de una de las herramientas más poderosas para alcanzar nuestros sueños y metas.
Uno de los objetivos puede ser el ahorro para emergencias: este fondo debe equivaler a seis meses de ingresos actuales y se debe mantener en inversiones de bajo riesgo y alta liquidez.
Otro objetivo es el ahorro para la seguridad financiera: este monto debe equivaler a más de un año y medio de ingresos. Alcanzar este nivel nos otorga un nuevo nivel de seguridad financiera, permitiéndonos tomar decisiones más significativas en nuestra vida laboral. Esto se traduce en mayor flexibilidad y la capacidad de aprovechar oportunidades de inversión en momentos de crisis económica.
También existe el objetivo de ahorro para consumo discrecional: este tipo de ahorro tiene un objetivo claro: mejorar nuestra calidad de vida a través de la compra de bienes o servicios, como ropa, tecnología o viajes. El ciclo de ahorro se completa con la adquisición del artículo o la contratación del servicio deseado, lo que posteriormente requiere un nuevo ciclo de ahorro para futuras compras.
Por último, podemos encontrar el ahorro para inversión y emprendimiento: este ahorro está destinado a generar ingresos pasivos, liberándonos tiempo y permitiéndonos trabajar menos. Se utiliza para establecer un negocio o adquirir activos reales o financieros que generen ingresos.
Este ciclo es constante: ahorro, inversión, generación de ingresos, parte para el consumo y parte para el ahorro, y así sucesivamente.
Tecnología, apps móviles y efectivo: ¿cómo pueden ayudar?
La tecnología presenta opciones si quiero cuidar mi capital. Una forma efectiva de lograrlo es crear una planilla de Excel con el detalle de nuestros ingresos y gastos. Además, allí también se pueden agregar, si se desea, los estados de cuenta del banco de manera mensual, por lo que uno puede calcular los gastos que realizó cada mes para así intentar disminuirlos para el próximo y así ahorrar un poco más. Otra manera de no caer en malas conductas financieras y perder dinero es utilizar apps para la organización de finanzas. Permiten visualizar tendencias, facilitan la carga de datos y brindan información sobre el comportamiento financiero personal para así poder mejorarlo.
Por otro lado, aunque tal vez pueda sonar poco convencional, optar por llevar únicamente dinero en efectivo puede resultar en un menor gasto. Investigaciones han revelado que las personas tienden a gastar más cuando utilizan tarjetas de crédito.
En esta línea, un estudio denominado “Efectos del mecanismo de pago en el comportamiento de gasto: El papel del ensayo y la inmediatez de los pagos’” llegó a la conclusión de que el gasto pasado influye en cómo se gasta en el futuro, pero también el método de pago desempeña un rol importante.
En este caso, las tarjetas de crédito no son percibidas como dinero real, y como el pago no es inmediato, las personas suelen subestimar el impacto de sus compras. Otra estrategia para economizar consiste en no almacenar los datos de pago en el navegador. Aunque esto puede resultar menos conveniente, puede tener el beneficio de hacerlo reflexionar antes de realizar una compra.