Redacción El País
El Fondo Monetario Internacional (FMI) lanzó ayer su informe de Perspectivas Económicas Regional del Hemisferio Occidental, titulado “Garantizar una inflación baja y fomentar el crecimiento potencial”.

En el mismo se refirió a la situación de la economía uruguaya. El Fondo, ubicó a Uruguay en un grupo de países sudamericanos que están “experimentando una desaceleración más pronunciada, impulsada en gran medida por la contracción en Argentina, en parte debido a la sequía, y factores idiosincrásicos en Bolivia, Ecuador y Uruguay, que compensaron con creces la fuerte recuperación de Paraguay tras la sequía de 2022” en dicho país.

El FMI evaluó que “en Uruguay, la actividad económica real se ha visto afectada por la sequía más grave en décadas. Como resultado, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real se ha revisado al 1% en 2023 con un repunte moderado al 3,2% en 2024”.

“La inflación ha caído al rango objetivo, ayudada por una política monetaria estricta y la apreciación del peso ante el dólar. El Banco Central ha comenzado a relajar la política monetaria, pero la postura sigue siendo apropiadamente contractiva”, destacó el organismo.

De hecho, proyecta que la inflación este año terminará en 5,4% y a fin de 2024 estará en 5,7%, en ambos casos dentro de la meta oficial de entre 3% y 6%.

“La política fiscal se ha vuelto ligeramente más flexible en respuesta a la sequía, pero se espera que la deuda pública se mantenga en gran medida estable”, añadió el FMI.

Según el organismo, “el sólido desempeño macroeconómico ha dado como resultado los diferenciales (de tasas de interés respecto a Estados Unidos) más bajos de la región y una mejora en la calificación crediticia de Uruguay por parte de todas las principales agencias de calificación”.

En tanto, el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés señaló a la agencia EFE que “toda la región está en un proceso de desaceleración tras haber crecido mucho pospandemia” y el desafío que afrontan ahora es el de mejorar su capacidad para crecer más y más rápido.

Una de las formas de lograrlo es aprovechando mucho más el potencial del comercio exterior. “Hay una gran oportunidad de tener más comercio”, dijo Valdés, a la vez que lamentó que otras regiones comercien más o que el comercio dentro de la propia región sea “particularmente bajo”.

Eso se debe a “cuellos de botella” como las carencias en las infraestructuras de transporte o por la “ineficiencia y lentitud” en el comercio entre países, con trabas en los permisos o las aduanas, entre otros.