El tamaño de los países ya no es una limitación para su desarrollo económico como lo era anteriormente y este cambio beneficia a aquellos que apuestan por la innovación tecnológica en diferentes sectores. En el caso de la industria energética, ese cambio fue visto por el gobierno uruguayo como una oportunidad de crecimiento en un mundo con ambiciosas metas de descarbonización y cada vez más orientado a la búsqueda de soluciones que permitan combatir el cambio climático.
En ese contexto, el país busca sumarse al incipiente mercado del hidrógeno verde y por eso el gobierno ha impulsado -junto con el sector privado- una hoja de ruta al año 2040 para impulsar la economía de este combustible.
Esa estrategia -con Ancap como uno de los principales articuladores-, tuvo este año un significativo respaldo del sector privado que presentó seis ofertas concretas ante un proceso competitivo que hizo la esta- tal junto con su subsidiaria, Alcoholes del Uruguay (ALUR). En ese proceso, Ancap buscaba un desarrollador privado y un proyecto conceptual para el aprovechamiento de dióxido de carbono (CO2) de origen biogénico emitido por la planta de ALUR en Paysandú.
Finalmente, Ancap seleccionó a la empresa HIF Global, que será la encargada de producir 180.000 toneladas por año de combustibles sintéticos a partir de la captura de 710.000 toneladas al año de CO2 y de la producción de 100.000 toneladas de hidrógeno verde por año.
Sobre los detalles de este proyecto y el porqué de la apuesta por Uruguay, habló ayer el representante de HIF Global, Martín Bremermann en el marco de la Semana de la Energía, impulsada por la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Según explicó el empresario, el proyecto tiene “muchas particularidades interesantes y muy buenas”, por lo que HIF Global decidió “redoblar la apuesta” en el país y desarrollar un proyecto con escala industrial.
“Es un mercado tremendamente sensible a las economías de escala y que Uruguay sea un país chico hoy por hoy es una gran ventaja” por los aspectos vinculados con la logística, tiempos de lanzamiento de nuevos productos al mercado o la infraestructura compartida, señaló Bremermann.
“HIF empezó a ver que en Uruguay se estaban dando las condiciones” para el desarrollo de este tipo de proyectos, indicó el ejecutivo y destacó principalmente el “gran esfuerzo” del país en la primera transición energética.
“Eso nos apalancó para poder decir: ‘ok, hay que mejorar los números’, pero ya hay una infraestructura y ya hay un conocimiento de mercado que es lo que permite generar los desarrollos necesarios para poder producir hidrógeno verde”, explicó el representante de HIF Global.
El otro aspecto que llevó a la empresa a apostar por Uruguay en este proyecto fue el nivel de desarrollo que ya tiene la industria forestal, un tema clave para la captación de CO2.
“La industria forestal en Uruguay está muy desarrollada, industrializada, tiene conocimiento y ese es también otro pilar sólido. Entonces en estos proyectos que se definen por energías renovables, CO2 y capacidad de acceso al agua, vimos que acá están los tres pilares ya bien cimentados”, explicó Bremermann.
En relación al proyecto -que implicará una inversión aproximada de US$ 4.000 millones, lo que la convertiría en la mayor de la historia para el país-, el representante de HIF Global detalló que “por el momento tiene la particularidad” de que lo producido tendrá como destino la exportación, dadas las condiciones actuales del mercado.
“Es un proyecto que básicamente escala y nos lleva a poder generar un mercado con un producto a precios interesantes”, remarcó Bremermann.
Incentivos
Por su parte, la coordinadora del Programa de Hidrógeno Verde del MIEM, María José González, explicó al sector privado los incentivos económicos que ofrece Uruguay para este tipo de proyectos.
Si bien destacó la ley de promoción de inversiones vigente en el país, adelantó que desde el MIEM trabajan en identificar cuáles son las zonas geográficas del país que presentan más oportunidades para la producción de hidrógeno verde y así poder diseñar incentivos económicos específicos en esos lugares.
“Estamos haciendo estudios sobre las necesidades de infraestructura, de redes eléctricas, gasoductos, puertos, rutas, vías de tren, disponibilidad de recursos hídricos, proximidad a poblaciones, entre otros aspectos, para poder identificar si hay zonas de Uruguay en las que nos interese incentivar más la instalación de proyectos de hidrógeno”, explicó González.
Asimismo, la coordinadora del MIEM dijo que la economía del hidrógeno “se tiene que desarrollar en un contexto que incentive pero que lo haga de forma equilibrada a nivel nacional”, por lo que primero el foco está puesto en “tener bien claras dónde están las oportunidades que podemos impulsar y luego definir los incentivos”.
En términos regulatorios, la coordinadora del MIEM dijo que analizan la elaboración de nueva normativa para impulsar este tipo de proyectos. “Por ser un mercado aún en desarrollo, creemos que un decreto puede acompañar bien” y dar “señales a los privados” de que el gobierno quiere incentivar esa industria, concluyó.