El suministro de gas ruso a Europa probablemente será insignificante para la demanda, haciendo subir los precios del gas en Europa, lo que también impactará a otras regiones. Así lo proyecta un informe de LatinFocus.
El estudio señala que, de cara al futuro, la divergencia en los precios del gas natural licuado (GNL) que se dio el año pasado, persistirá en 2023 y 2024.
En 2022, los mercados regionales de gas divergieron bruscamente, provocado por la invasión rusa de Ucrania. El suministro de Rusia a Europa a través de oleoductos se secó lentamente hasta un mínimo postsoviético y los precios del producto aumentaron en todo el mundo, y de forma especialmente pronunciada en Europa y Asia.
Los analistas de LatinFocus proyectan, entonces, que el suministro de gas ruso a Europa seguirá siendo bajo. Además, mientras Europa y Asia aumenten la capacidad de regasificación este año, el impacto en los precios del gas estará afectado por una falta de capacidad de licuefacción entre los exportadores de GNL
Las nuevas inversiones en capacidad tardarán varios años, y solo EE.UU. probablemente aumentará la exportación del GNL significativamente en el corto plazo.
Por su parte, el banco BBVA indica en sus estudios que la situación del gas en Europa sigue favorable gracias a una demanda contenida y a una oferta estable, dando lugar a unos precios del producto en niveles previos a la guerra. Pero, aunque no esperan un agotamiento total de las reservas en el próximo invierno europeo, dejan en claro que serán necesarias medidas adicionales para lograr un balance sostenible.
En concreto, el informe del BBVA indica que el almacenamiento de gas natural en Europa se mantiene en niveles óptimos (63% de capacidad, +34% sobre la media 2015-20) para afrontar el final de este invierno, gracias a una demanda de gas que se mantuvo contenida (16% por debajo de la misma media) debido a un tiempo más cálido de lo normal y a una elevada generación de energía eólica.
Los factores clave a observar de ahora en más, según LatinFocus, son: el clima (léase cambio climático), la reapertura de China por el levantamiento de restricciones internas por el covid-19, y más interrupciones en los suministros rusos.
Presiones
La contención actual de la demanda y la estabilidad de la oferta están haciendo bajar los precios europeos del gas, sin embargo, podrían volver a sufrir presiones en el próximo invierno (en 2024) si la recuperación de las importaciones del GNL, procedentes de China es muy fuerte, reafirma el BBVA.
El banco hace un análisis sobre el ahorro en el consumo de gas en la Unión Europea en 2022, en el que señala que los elevados precios del producto han impactado en el consumo de gas de la industria. También publicó un análisis sobre el mercado del GNL, donde estima que la oferta mundial sería suficiente para cubrir el alza de la demanda mundial en base a una mayor capacidad mundial de exportación en 2023.
Por el lado de la oferta, continuaron los flujos de gas procedentes de Rusia: tránsito mensual por gasoductos de 0,8 bcm desde Ucrania y Turkstream cada uno, e importaciones mensuales de GNL desde Rusia de 2 bcm. Los flujos de Noruega por gasoducto se mantuvieron en línea, mientras que los de Argelia se situaron por debajo del histórico de los últimos cinco años.
En conclusión, según el escenario que proyecta el BBVA, no se espera escasez de gas ni en 2023 ni en 2024, pero en 2023 las reservas caerían a 55 bcm al final de este invierno, frente al objetivo de 50-60 bcm.
En el invierno de 2024 el almacenamiento de gas estaría por debajo de esos objetivos y podrían ser necesarias medidas adicionales para mantener unos niveles sostenibles, reafirma el informe.
El proceso
Los precios del gas natural se dispararon en 2022, y en algunas regiones mucho más que en otras.
La diferencia entre los precios mínimos y máximos del año pasado fue del 400% en Europa, 250% en Asia y 160% en EE.UU., según LatinFocus.
Los precios elevados y las grandes diferencias de precios entre regiones marcó una ruptura con los últimos precedentes históricos, agrega el informe. Cabe recordar que, si bien el gas natural es difícil de transportar sin tuberías, en forma líquida puede ser transportado en barcos, como el aceite, lo que facilita algunos aspectos.
En los últimos 50 años, el GNL ha crecido un 11% anual en promedio.
Junto con la creciente liberalización de mercados de gas, comprar al contado, en lugar de firmar contratos a largo plazo ligados al precio de petróleo, ha aumentado la capacidad del GNL para actuar como un “balanceador” o factor de equilibrio del mercado.
Si una región del mundo tiene exceso de demanda de gas natural, otra región del mundo con suficiente oferta puede cubrir más envíos, señala LatinFocus. En ese contexto, la demanda de gas natural se desplomó en 2020 como resultado de la pandemia.
El mundo estaba “inundado” de suministro de GNL, impactando los precios del gas natural en Asia, Europa y EE. UU. para converger brevemente en niveles bajos. En 2021, esta convergencia comenzó a revertirse.
Con la pandemia, las nuevas inversiones en capacidad de licuefacción cayeron a mínimos de varios años en 2020. Esto significó que los exportadores de GNL no pudieran responder completamente al aumento de la demanda que se produjo en 2021.
En 2022 los mercados europeos aumentaron sus importaciones de gas natural no ruso y hoy están desarrollando alternativas para proveerse. Esas dinámicas siguen impactando otras regiones del mundo.