PROYECCIONES EN RENDICIÓN DE CUENTAS
Los números de crecimiento del PIB, inflación, dólar, déficit, empleo y más.
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La economía que viene, según el gobierno, mostrará este año y el próximo un crecimiento por encima del potencial, una inflación fuera de la meta, un dólarque comenzará a fortalecerse y puestos de trabajo que se seguirán creando pero a un menor ritmo. Ya en 2024, 2025 y 2026, la economía crecerá más cerca de su nivel potencial (que actualmente se estima en 2,1%) y la inflación quedará dentro de la meta, entre otros indicadores.Ese es el resumen de lo que prevé el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en la exposición de motivos del proyecto de ley de Rendición de Cuentas. ¿Pero qué dice el MEF sobre esa evolución y cuáles son los números que proyecta?
“Es de esperar que la economía uruguaya continúe su senda de recuperación durante 2022, verificando un crecimiento de 4,8% en términos reales. Se continúan observando señales de recuperación a nivel del consumo, la inversión y las exportaciones de bienes. Desde la perspectiva de la oferta se proyecta un crecimiento generalizado, con un fuerte impulso del sector comercio, transporte y actividades profesionales y arrendamiento”, afirmó el MEF.
“Desde 2023 en adelante, se asume un crecimiento promedio de 2,7% anual algo por encima del crecimiento potencial, de la mano de la recuperación del efecto pandemia, el crecimiento global, y la continuidad en la implementación de reformas estructurales”, agregó.
En concreto, la economía uruguaya se acelerará este año (había crecido 4,4% en 2021 y se estima 4,8% este año), para desacelerarse a 3% en 2023, a 2,8% en 2024 y 2,5% en 2026 y 2026. El Producto Interno Bruto (PIB) medido en dólares pasará de US$ 59.320 millones en 2021 a US$ 82.183 millones en 2026 (ver cuadro).
El aumento de precios previsto de 8,5% este año y 6,7% el año próximo estará fuera de la meta del gobierno que es de entre 3% y 6% a partir de septiembre próximo. Para 2024 se prevé que la inflación esté dentro de la meta, sobre el límite superior: 5,8%. Igual guarismo se estima para 2025 y 2026.
Respecto al empleo, el MEF indicó que “en el promedio del año 2021 se recuperaron el 98% de los puestos de trabajo perdidos en 2020”. Esto implicó la creación de más de 58.000 puestos de trabajo tras la destrucción de 59.000 en 2020 a causa de la pandemia. “Cabe destacar que el Instituto Nacional de Estadística (INE) revisó las estimaciones referentes del segundo semestre de 2021 y hasta febrero de 2022”, aclaró el informe.
En tanto, “en términos desestacionalizados, comparando mayo de 2022 contra diciembre de 2021 se crearon cerca de 15.000 puestos de trabajo. En este contexto es de esperar que la economía crezca a un ritmo de 4,8% este año y que se creen cerca de 40.000 puestos de trabajo”, añadió.
Así el gobierno estima que la población ocupada crezca 2,5% este año, 1,8% en 2023, 1,1% en 2024 y menos de 1% en los dos años siguientes. De 1.660.000 personas empleadas en 2022 se pasará a 1.740.000 en 2026, según las proyecciones oficiales.
“Se proyecta que la trayectoria conjunta de los salarios y el empleo evolucione en línea con la actividad económica. La actual administración de gobierno continuará promoviendo el empleo en simultáneo con la recuperación del salario real, en este contexto de crecimiento del PIB”, aseguró el reporte.
¿Qué pasará con el dólar?
La moneda estadounidense viene debilitándose en Uruguay y actualmente está 10,61% por debajo del cierre de 2021. Pero, el MEF prevé que el dólar comience a fortalecerse para terminar el año solo 2,5% por debajo de fin de 2021. Esto es un valor de $ 43,58.
Para 2023 el dólar subiría 4,4% “punta a punta” (al comparar el valor de cierre de ese año con el de fin de 2022), es decir terminaría en $ 45,50. En 2024 el billete verde aumentará 6,3% “punta a punta” y en los dos años siguientes 3,2% en cada uno. A fin de 2026 el dólar estaría en $ 51,51 según la estimación del MEF.
El informe aclaró que “en todo el horizonte de proyección se adicionan y deducen los impactos de las obras de la nueva planta de celulosa y de la infraestructura asociada, así como el inicio de las operaciones de la planta, previsto para el primer semestre de 2023”.
“Es preciso señalar que para 2022 se prevé un efecto negativo en la tasa de variación del PIB vinculado a las obras, debido a que las inversiones (netas de las importaciones asociadas) estuvieron mayormente concentradas en 2021”, agregó.
Situación fiscal
En cuanto al panorama fiscal, el informe señaló que este año el resultado del gobierno central-Banco de Previsión Social (BPS) cerraría con un “déficit de 3,1% del PIB, 1,2 puntos porcentuales del PIB por debajo del nivel en 2021”.
“Cabe resaltar que esta reducción se verificaría a pesar del deterioro de 0,5% del PIB destinado al Fondo Solidario covid-19 (resultante de erogaciones y resignación de aportes, neto de ingresos)”, agregó.
Para 2023 “se prevé una mejora fiscal de 0,4% del PIB, finalizando con un déficit global de gobierno central-BPS de 2,6% del PIB. En cuanto a 2024, se espera un déficit del gobierno central-BPS de 2,3% del PIB, con un superávit primario de 0,1% del PIB”.
Respecto a la política de deuda, el informe señaló que “en términos del nivel de prefinanciamiento, a mayo de 2022, la suma de activos líquidos del gobierno (fondos de Tesorería más préstamos de rápido desembolso con organismos) cubría el total de servicio de deuda (amortizaciones e intereses) de los 12 meses subsiguientes, que equivale a aproximadamente US$ 3.877 millones”.
“Uruguay cuenta con una estructura de deuda de bajo riesgo en términos de volatilidad de tasas, plazos y concentración de vencimientos, así como con un buen nivel de prefinanciamiento del servicio de deuda de corto plazo. Esta política de manejo precautorio de liquidez constituye un seguro contra la volatilidad en los mercados externos, y permite disponer de un margen adicional para enfrentar eventos adversos, domésticos o externos”, afirmó el MEF.
“Sin embargo, la dolarización de la deuda es aún relativamente alta (44,2% del total, a fin de marzo pasado), pese a los avances logrados en los últimos años”, concluyó.
El “efecto” de la guerra Rusia-Ucrania y el costo fiscal
En el plano económico, la guerra Rusia-Ucrania “ha provocado una amenaza para la oferta mundial de materias primas, lo que ha presionado al alza sus precios, efecto que ha tenido impacto ambiguo en nuestro país”, indicó el informe del gobierno.
“Como impacto positivo, se destacan los valores de los granos que están en máximos no observados desde 2012. El trigo alcanzó los US$ 500 por tonelada, el maíz subió al eje de los US$ 290 por tonelada y la soja llegó a superar los US$ 620 por tonelada”, expresó.
“En contraposición, el precio del petróleo variedad Brent pasó de cotizar a US$ 97 por barril en febrero a ubicarse en torno a US$ 120-130 por barril entre marzo y abril, acumulando así una suba de 26% desde que se inició el conflicto y de 65% desde principios de año”, agregó.
Por otro lado, “los fertilizantes, insumo relevante para la producción agropecuaria, también han aumentado su precio, lo cual, junto con el aumento de los combustibles, implica un incremento de los costos de producción”, señaló el MEF.
El gobierno estimó que “por el momento no es esperable que haya una significativa afectación directa para el comercio internacional en nuestro país, en tanto las transacciones con Rusia y Ucrania no son de gran dimensión”.
El MEF enfatizó que por el efecto que todo esto generó en el alza de precios de alimentos y combustibles (y su impacto en el Índice de Precios del Consumidor), se tomaron diversas medidas con un costo fiscal de US$ 250 millones - US$ 260 millones. “Dentro de este se destacan: el adelanto para el 1° de julio del incremento de las remuneraciones del sector público y de las pasividades, tendrán un costo total de US$ 120 millones (US$ 30 millones y US$ 90 millones, respectivamente); la pérdida fiscal asociada a aumentar los precios de los combustibles en un porcentaje menor al registrado en los precios de paridad de importación que asciende a US$ 88 millones acumulado al mes de junio 2022”
Situación incierta en la elaboración del informe
“Estas proyecciones están elaboradas bajo un contexto internacional que continúa caracterizado por un elevado grado de incertidumbre, producto de la invasión de Rusia a Ucrania, las restricciones a la movilidad implementadas por China tras el rebrote de casos de covid-19, la posible aparición de nuevas cepas más contagiosas, así como la aceleración en el endurecimiento monetario de las principales economías que, podrían tener un sesgo negativo sobre el crecimiento de la actividad global”, advirtió el MEF.