¿Qué prevé el Banco Mundial para Uruguay y América Latina?

Sede del Banco Mundial. Foto: Wikimedia Commons

PROYECCIONES

En 2022 y para el año próximo prevé expansión de 2,6%.

El Banco Mundial informó ayer que luego del rebote del 6,9% registrado por América Latina y el Caribe en 2021, espera que este año el Producto Interno Bruto (PIB) de la región crezca un 2,3% y un 2,2% en 2023.

En el caso de Uruguay, el organismo proyectó una expansión del PIB del 3,3% para este año y de 2,6% para 2023.

Las estimaciones se desprenden del último informe del organismo titulado “Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde”.

De acuerdo con el informe, las economías la región latinoamericana y caribeña “van camino a una recuperación tras la crisis” que significó el covid-19, pero advirtió que “las secuelas de la pandemia persisten y la necesidad de un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible es cada vez más urgente”.

Las proyecciones económicas para 2022 y 2023 en América Latina y el Caribe reflejaría, según el Banco Mundial, que “la mayoría de los países” lograría revertir “las pérdidas de PIB que tuvieron lugar durante la crisis pandémica”.

Sin embargo, desde el organismo afirman que las proyecciones son “modestas” e implican que el crecimiento regional está “entre los más bajos del mundo en un momento en que la región enfrenta grandes incertidumbres, como la posible aparición de nuevas variantes del coronavirus, un aumento de la presión inflacionaria y la guerra en Europa, que amenaza la recuperación mundial”.

Sobre el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el Banco Mundial señaló que fue lo que lo llevó a revisar a la baja en 0,4% la previsión de crecimiento regional.

Entre los hechos positivos, desde el organismo destacaron que el proceso de vacunación contra el covid-19 “se ha generalizado en la región”, así como también celebraron que las empresas estén nuevamente contratando personal y las escuelas reabren sus puertas.

“De todas formas, las secuelas a largo plazo de la crisis persisten y necesitan atención”, indicó el informe. En ese sentido, el organismo señaló que la tasa de pobreza a nivel regional subió a 27,5% el año pasado, lo que significa que aún se mantiene por encima de su nivel prepandemia, “mientras que las pérdidas de aprendizaje podrían resultar en una reducción del 10% en los ingresos futuros de millones de jóvenes en edad escolar”.

Con el objetivo de “evitar el regreso de las bajas tasas de crecimiento de la década de 2010, los países de la región deben llevar a cabo una serie de reformas estructurales largamente postergadas y aprovechar las oportunidades que ofrece una economía mundial cada vez más verde”, recomendó el organismo.

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