Desde Madrid
Para los economistas del Banco Santander, América Latina tiene, entre otros desafíos, la presión sobre los bancos centrales de lidiar con una postergación de la bajada de tasas anunciada por la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, luego de haber “marcado el camino” reaccionado con mucha anticipación ante las presiones inflacionarias.
“El hecho de que los bancos centrales están en pleno período de bajada de precios y la Fed advierte que va a mantener las tasas altas, probablemente ponga presión a las monedas de Latinoamérica”, advirtió Juan Cerruti, economista jefe global y vicepresidente de Estudios Económicos de Grupo Santander.
De hecho, ayer la Fed volvió a mantener las tasas de interés en 5,25%-5,5% y enfatizó que “en absoluto” está pensando “en recortes”.
En una conferencia destinada a periodistas latinoamericanos en el marco del evento “Competir por el crecimiento” del Banco Santander en Madrid, los profesionales que representan las distintas filiales de los países también coincidieron en que el mundo “le está dando una oportunidad a América Latina”, a partir de un incremento en la demanda de commodities, lo que debería permitirle a los países de la región “ganar mercados para alimentos y energía”, sostuvieron.
Desafíos de Uruguay
Cerruti fue el encargado de comentar las perspectivas para Uruguay, afirmando que “tras la desaceleración en 2023, vendrá la recuperación”. Aseguró que tras el impacto de la sequía, “lo peor ya pasó”, y que las condiciones de la economía local “deberían mejorar paulatinamente” a partir del último trimestre de este año y el año que viene.
Destacó la labor “muy profesional y acertada” del Banco Central, indicando que la mejora en la inflación “que parece bastante consistente”, le permitió iniciar el ciclo de recorte de tasas.
“El ciclo económico continuará en cierta formada dependiendo de acontecimientos externos, como lo que ocurre en Argentina, la situación geopolítica o el nivel de actividad en China”, apuntó Cerruti, poniendo además la mirada en “la necesidad de cumplir con los compromisos fiscales”, garantizando que el descenso de la inflación efectivamente se consolide.
Las previsiones de Santander para la economía uruguaya son un crecimiento del orden del 1% para este año y cercano al 3% para 2024.
Potencial de Argentina
“La Argentina no escapa a la lógica de Latinoamérica, que, en general, se siente mejor con un escenario de tipos de interés más bajos. Me parece que un escenario de aterrizaje suave ayudaría a la Argentina”, dijo Cerruti.
Rodrigo Park, economista del banco para Argentina, repasó los desequilibrios existentes en su país y planteó los desafíos para quien gane la elección del 19 de noviembre: múltiples tipos de cambio, déficit fiscal alto, desalineamiento de precios relativos, estancamiento económico y la falta de acceso al mercado internacional de deuda.
“El problema fiscal no es reciente. Argentina tuvo superávit solo el 10% de los últimos 100 años. Y cuando tuvo superávit fue coyuntural, no estructural, con las privatizaciones y con el boom de precios de las commodities”, explicó Park, y añadió que el PIB per cápita del vecino cayó 17% desde 2011.
En ese contexto destacó que el final de la sequía y la mejor cosecha, con mayores precios de commodities, darán impulso a la economía. “Argentina tiene la capacidad de aumentar su potencial exportador de manera significativa”, sostuvo, al proyectar los ingresos que el país podría tener a partir de los recursos naturales: US$ 12.000 millones adicionales en el agro, US$ 31.500 millones derivados de la energía, sumando el gas natural de Vaca Muerta y renovables, además de US$ 16.000 millones de la minería.
“Obviamente, se necesita volver a recuperar el ciclo de ahorro y de inversión para que todo este potencial termine finalmente siendo alcanzado. Porque la inversión argentina es del 17% del PIB, por debajo de los niveles de América Latina. Chile, por ejemplo, tiene 24% del PIB” en inversión, remató.
Dos caras en Brasil
En el caso de Brasil, la mirada es ambivalente: una posición exterior sólida y una posición fiscal frágil. Ana Paula Véscovi, referente económico de Santander para Brasil, explicó que las estimaciones para la ba-lanza de pagos y la balanza comercial en su país son cla-ramente positivas, “como pocos países en el mundo”, puntualizó. A modo de ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) en el agro crecería este año un 13%.
“Brasil cuenta con un alto nivel de reservas internacionales, y las necesidades de financiamiento externo deben cubrirse fácilmente por las inversiones directas, en un escenario de ajuste gradual de las materias primas”, detalló.
Sin embargo, la misma solidez no se presenta en el financiamiento del sector público. “Proyectamos un déficit del sector público primario (antes del pago de deuda) del 1% del PIB en 2023 y del 0,9% del PIB en 2024”, señaló, advirtiendo sobre la necesidad de un ajuste impositivo para estabilizar el resultado de las cuentas públicas.
México y Chile: dos realidades diferentes
En Chile la economía fue calificada como “estable” por parte del economista de Santander en ese país, Claudio Soto. “No estamos en recesión, porque la caída estimada para este año surge de una comparación con niveles muy altos el año pasado”. Proyectan una baja del PIB de 0,75% para este año y un crecimiento de 2% para 2024. Alertó sobre “un mayor estrechamiento de condiciones financieras internacionales”, sumado a la incertidumbre política interna. “Dado el proceso político actual, a propósito de un eventual cambio de la Constitución, hay un impacto en las expectativas de los inversores y en las posibilidades de inversión y crecimiento”, advirtió. Sin embargo, destacó “la buena señal” de un avance en un acuerdo político pro crecimiento y un pacto fiscal impulsado por el ministro de Hacienda., Mario Marcel. A su vez, confía en el impacto de la maduración de proyectos mineros en cobre y litio, así como nuevas inversiones en industria estratégica, vinculada al litio y el hidrógeno verde. Distinta es la situación en México, donde la recuperación ha sido mejor de la esperada, a partir de una relocalización de las inversiones por parte de su principal socio comercial e inversor, Estados Unidos. “Mientras las importaciones estadounidenses desde China cayeron 20% en los últimos 12 meses, se incrementaron 8% las que provienen de México”, indicó Alonso Cervera, economista jefe de Santander para dicho país. Mientras los países del cono sur, sufren la menor demanda desde China, en México la situación es la inversa. “Estados Unidos está comprando más que antes”, remarcó.
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