CONDUCTAS
Evento organizado por el BCU y la Universidad de Montevideo trató la necesidad de avanzar en el proceso de desdolarizar la economía de Uruguay.
Uruguay es un país prácticamente bimonetario. La dolarización no es un fenómeno nuevo en Uruguay. Desde mediados de siglo, ha registrado esta tendencia a la dolarización explicada por dificultades en la política macroeconómica, la asistencia de shock externos que se tradujeron en más de una oportunidad en bruscos incrementos del valor del dólar y de esa forma, minando la credibilidad sobre la moneda nacional”, expresó el presidente del Banco República (BROU), Salvador Ferrer en el comienzo de su presentación en el evento sobre desdolarización y reconstrucción de mercados en pesos, organizado por el Banco Central del Uruguay (BCU) y la Universidad de Montevideo (UM).
En el evento virtual, se trató la necesidad de avanzar en el proceso de desdolarizar la economía de Uruguay, los “magros” resultados que se han obtenido, la necesidad de alcanzar el rango meta relativo a la inflación y el peso de la cultura como factor clave en la dolarización en el país.
Según Ferrer, a pesar de que hubo éxito en la reducción de la fragilidad financiera, desde la perspectiva de los depósitos, hubo un descenso “magro” desde el 2003 a la actualidad. La banca, tanto pública como privada, se encuentra en niveles “extremadamente altos” de depósitos en moneda extranjera, los cuales representan el 80% de los mismos, es decir que, $ 4 de cada $ 5 que se depositan, son en moneda extranjera.
Sobre esta tendencia a la dolarización, Ferrer sostuvo que “ha sido parte de la historia económica de Uruguay el descalce financiero en nuestra economía y en nuestras empresas en particular, y ese descalce ha tenido que ver con el bajo desarrollo del crédito”.
A su vez, explicó que por el lado del crédito, ha habido avances. Por ejemplo, a nivel del sistema consolidado se redujo en más de 30 puntos, pasando desde el 88% que había en el 2003, al 55% actual.
“Buena parte de la pesificación del crédito, es que del crédito a las familias solo el 5% es en dólares. Es distinto del crédito empresarial, donde estamos a niveles del 75%”, afirmó.
A su vez, mencionó que hay elementos racionales y culturales, que han dado lugar a la dolarización. Dentro de los racionales, señaló que están los que explican la conducta de los depositantes, como la eventual cobertura ante shocks que disparen este tipo de cambio, mientras que, en los culturales, resaltó que “si los montos son elevados, solo los entendemos en dólares. El crédito de vivienda, pese a que el 98% es en moneda local, se sigue expresando en dólares”, sostuvo.
En esta línea, el gerente de Asesoría Económica del BCU, Gerardo Licandro, sostuvo que se está trabajando con distintos sectores para avanzar en la desdolarización de precios de inmuebles, como en artículos importados, tales como automóviles y electrodomésticos.
Perspectiva privada.
Por otro lado, Horacio Correge, presidente de la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU) y gerente general de Scotiabank, expresó que el BCU al compartirle su agenda estratégica para los próximos años, entre sus prioridades estaba la desdolarización.
“Cuando se hablaba de sus beneficios, señalaban que la dolarización, en la medida que afecta el crédito, ralentiza el crecimiento económico. Profundiza el ciclo económico, vuelve procíclica la inflación, lo que agrega vulnerabilidad y volatilidad, con los efectos nocivos que la inflación tiene sobre la equidad en términos de la distribución del ingreso y limita los efectos de la política monetaria. Con lo cual, hay elementos muy fuertes, muy contundentes, en materia de agenda económica y política monetaria, que hacen que sea algo deseable”, afirmó Correge.
En esta línea, agregó que en los privados, en relación de negocios, también “es un efecto muy deseable y positivo”, el de la desdolarización, ya que es un “mejor negocio”, pero que no han sido exitosos en esto, ya que el 75% de sus negocios son en moneda extranjera.
Como elementos que confluyen, destacó que hay temas regulatorios, por ejemplo en los depósitos, ya que “los depósitos en moneda nacional tienen un menor encaje que en moneda extranjera. Hoy es marginal ese efecto. Hasta la semana pasada eran 25% los encajes en moneda extranjera y 23% los encajes en moneda nacional. Se está progresando en una agenda y, a partir de enero del año que viene, los encajes en moneda nacional caen al 17%”, indicó.
Por otro lado, señaló que en seguros de depósitos, los de moneda nacional pagan una tasa “mucho menor” que los que son en moneda extranjera. También agregó que los créditos en moneda nacional tienen un menor requerimiento de capital.
¿Qué es lo que ha fallado en la desdolarización? Según Correge, ha sido la calidad y credibilidad de la moneda, la cual se recoge por la inflación.
Según el gerente general del Scotiabank, Uruguay tiene la inflación más alta de Latinoamérica, quitando los casos de Argentina y Venezuela, registrando un porcentaje de 9,4%, mientras que el segundo más alto es México con 3,4%.
En esta línea, dijo que la inflación en los últimos 10 años, en el 83% del tiempo, ha estado por fuera del rango meta.
“Si queremos avanzar en la desdolarización, debemos dotar de credibilidad a la política monetaria y ser exitosos en el combate con la inflación”, concluyó Correge.
La costumbre de los uruguayos
“A los uruguayos les gusta el dólar. Estamos habituados a operar con dos monedas, el peso para las transacciones diarias y el dólar como reserva de valor, pero también para bienes como casas, autos o una cafetera”, afirmó Bárbara Mainzer, presidenta de CFA Society. Sin embargo, agregó que en el largo plazo ha sido más rentable invertir en pesos y destacó que el ahorro para una casa, debería ser en moneda local.