Luego de cinco meses de tregua cambiaria, el dólarvuelve a ocupar el centro del escenario económico en Argentina. Las dudas sobre la sostenibilidad del actual esquema cambiario, en medio de severas dificultades del Banco Central para acumular reservas aún en plena temporada alta de liquidación de la cosecha de soja, vienen encendiendo las alertas.
En ese contexto de mayor incertidumbre, la euforia en los mercados financieros desatada tras la asunción del gobierno de Javier Milei parece haber quedado atrás: en los últimos 50 días, además de la caída de los bonos y el alza del riesgo país, la cotización de los dólares paralelos trepó casi 30%.
“Los inversores están volviendo a la realidad. El aumento de los bonos y las acciones en los meses anteriores respondió a un entusiasmo que no estaba muy justificado. Lo mismo sucedió con el estancamiento de los dólares paralelos, que recién ahora se están ajustando en línea con la inflación de los últimos meses”, dijo a El País el economista Jorge Colina, presidente del Instituto para el Desarrollo Social Argentina (IDESA).
“La preocupación viene más por el atraso del dólar oficial. El presidente Milei dice que no se ajustará su cotización porque, en lugar de subir el dólar, deberían bajar los precios. Sin embargo, para lograr eso se necesitaría de mucha pericia técnica y política, y aún si se pudiera concretar, no sería en el corto plazo”, agregó.
Luego de la mega devaluación convalidada por el gobierno en diciembre pasado que implicó un salto del dólar oficial del 118%, el ministro de Economía, Luis Caputo, puso en marcha un esquema cambiario basado en mini devaluaciones del 2% mensual.
Esa estrategia busca convertir al tipo de cambio en un ancla para frenar el alza del resto de los precios. El problema es que si bien la inflación exhibe una clara tendencia descendente, ya acumuló entre diciembre y junio cerca del 125%.
Con eso, el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) —un índice elaborado por el Banco Central que mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los 12 principales socios comerciales— cayó de 161 puntos al cierre de 2023 a 87,6 a fines de junio, un nivel similar al de octubre del año pasado, dos meses antes de la última gran devaluación.
De mantenerse el actual esquema cambiario, el atraso podría profundizarse en los próximos meses. Según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) —un promedio de las estimaciones de las consultoras recopiladas por el Banco Central—, la inflación hasta fin de año oscilará entre el 4,5% y 5,5% mensual, por encima del 2% de devaluación que busca seguir convalidando el gobierno.
Con el incremento de las expectativas de devaluación ante el atraso del tipo de cambio oficial y una brecha cambiaria con los paralelos que ya ronda el 40%, los exportadores vienen desacelerando el ritmo de liquidación de divisas y, con eso, el Banco Central no está logrando acumular el monto de reservas que tenía previsto para esta altura del año. De hecho, en junio el Central terminó con un saldo negativo de US$ 84 millones en sus intervenciones en el mercado de cambios.
Esa tendencia abre interrogantes sobre el segundo semestre, período en que el ingreso de dólares por exportaciones cae en Argentina. A esa menor oferta se le agregará una mayor demanda.
En los primeros meses del año, la salida de divisas por importaciones se redujo tanto por la dura recesión como por la puesta en marcha de un esquema que dispuso el acceso en cuotas a los dólares requeridos para pagar las compras en el exterior. Sin embargo, el flujo de divisas se ha ido normalizando y ya a partir de julio se pagarán cerca del 80% de las importaciones devengadas. A eso se suma que los vencimientos de deuda del mes próximo superan los US$ 3.000 millones.
“Hacia adelante, en la medida que el mercado perciba que el tipo de cambio oficial se encuentra muy apreciado, los importadores intentarán adelantar los pagos al exterior todo lo posible antes de un eventual ajuste, lo que agregará mayor presión a las reservas”, dijo a El País el economista Juan Truffa, director de la consultora Outlier.
La encrucijada del cepo
Ante las dificultades para acumular reservas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reclamó la semana pasada al gobierno argentino la eliminación del llamado “dólar blend”, un esquema iniciado durante la gestión del exministro de Economía Sergio Massa que permite a los exportadores liquidar el 20% de las ventas externas por el tipo de cambio financiero Contado Con Liquidación (CCL) en lugar de hacerlo por el mercado oficial de cambios.
El FMI considera que por ese mecanismo el Banco Central viene resignando la compra de unos US$ 1.200 millones mensuales que en promedio se liquidan vía CCL. Sin embargo, el gobierno se resiste a eliminar ese esquema dado que la oferta adicional en el CCL le permite mantener controlados a los dólares financieros y, con eso, moderar las expectativas de devaluación del tipo de cambio oficial.
En cualquier caso, la falta de acuerdo con el FMI sobre el régimen cambiario es uno de los factores que impidió hasta ahora el envío de fondos frescos por parte del organismo.
El gobierno argentino busca colchón de fondos para salir del cepo
El gobierno de Milei espera el próximo desembolso del FMI sobre el que se discute, para apurar el levantamiento de las restricciones cambiarias.
“El gobierno quiere conseguir un colchón de fondos para salir del cepo cambiario. Sin embargo, la historia demuestra que ese colchón se consigue después de salir de cepo y no antes. Vemos la salida del cepo hacia fin de año. Ya en enero y febrero del año próximo habrá vencimientos de deuda más fuertes y pagarlos en una condición de cepo —sin incremento de reservas ni financiamiento— sería muy costoso”, dijo Truffa.
Sin salida del cepo en el corto plazo, todo indica que la actividad económica no logrará emerger con fuerza del pozo al que cayó en abril. De hecho, indicadores de mayo reflejan que el descenso continúa. Según la consultora Orlando Ferreres & Asociados, el Índice General de Actividad cayó 4,4% interanual y 0,8% con respecto a abril.
Tampoco el consumo da señales de recuperación. De acuerdo a un estudio de la consultora Focus Market vía Scanntech elaborado a partir de un lector de código en 756 puntos de venta en todo el país, el consumo masivo retrocedió en mayo un 14,5% interanual y 3,1% con relación a abril.
Tras la aprobación de la Ley Bases el jueves pasado, Milei anticipó que el próximo objetivo será avanzar hacia el cambio del régimen monetario.
“El gobierno está ante una encrucijada. Si levanta el cepo, el dólar oficial tenderá a subir hasta el nivel que hoy registran los paralelos, y eso aceleraría la inflación. Ese escenario haría perder capital político al gobierno dado que el único logro que tiene para mostrar hasta ahora es haber bajado la inflación. El problema es que sin el levantamiento del cepo nadie va a entrar inversiones a Argentina sabiendo que luego no podrá sacar el resultado del dinero invertido”, dijo Colina.