Este jueves se puso en marcha el programa de reestructuración de deudas anunciado a principios de semana por la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU) y la Asociación Nacional de Empresas Administradoras de Crédito de Personas (Aneac) y en las primeras 12 horas de la operativa se registró una ola de adhesiones al plan.
Concretamente, en ese lapso se reestructuraron 14.285 deudas de 10.835 personas y se recibieron consultas de 102.798 personas, reveló a El País Bárbara Mainzer, directora ejecutiva de ABPU.
Los impulsores del plan de pago admitieron que la respuesta obtenida en este primer de día superó sus expectativas.
El programa es de carácter voluntario y aplica para los deudores que estén calificados en la categoría 5 (incobrables) en la Central de Riesgos Crediticios administrada por el Banco Central del Uruguay (BCU).
En caso de deudores con un saldo de capital de hasta $ 5.000, las instituciones renunciarán al derecho de ejercer el cobro de esas deudas.
En el caso de deudas por hasta $ 100.000 con cada institución, se podrán refinanciar hasta en 36 cuotas sin ninguna actualización del capital, sin intereses, multas ni recargos.
El programa de reestructuración se puso en marcha en coordinación entre las entidades privadas, el BCU y la Unidad de Defensa del Consumidor del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Más 40.000 personas de las 102.798 que hicieron consultas para acogerse al programa no aparecen como elegibles. Ello no necesariamente significa que no tengan deuda morosa, sino que la pueden tener con instituciones que no están adheridas al programa, o ellas mismas no están abarcadas por el programa porque su deuda supera el tope máximo de $ 100.000.
Otra razón para no aparecer es que hay muchas financieras muy pequeñas no se adhirieron al programa, por lo que sus deudores morosos no aparecen como tales.
Mainzer explicó que las mayores deudas no son con el sistema bancario, sino con financieras y estudios de cobranza.
El promedio de las consultas realizadas este jueves arroja que quienes lo hicieron tienen dos deudas cada uno.
No obstante la buena respuesta de los deudores Mainzer dijo a El País que “la medida del éxito (del programa) va a ser la cantidad de gente que reestructure y la cantidad de gente que no reincida” en incumplimientos crediticios.
La directora ejecutiva de la ABPU comentó que “la enorme cantidad de gente que entró en la página web y la enorme cantidad de deudas que se reestructuraron reflejan la voluntad y la vocación que los uruguayos tienen por pagar, pero también que la gente se da cuenta de la oportunidad que significa pagar el capital original de cuando se generó la deuda sin multas, recargos, ajustes por inflación, nada, y en cuotas sin interés”.
Beneficios
Alejandro Grasso, presidente de la Aneac, dijo a El País que el plan de pagos ofrecido generó un “interés muy fuerte” porque tiene “beneficios enormemente favorables” para los deudores, por lo que “es muy natural que se interesen por participar”.
En cuanto a los detalles operativos de ingresar al programa Mainzer explicó que aquellas personas que están en la categoría 5 de la Central de Riesgos del BCU (los incobrables) “irán mejorando su calificación crediticia a medida que vayan pagando las cuotas pactadas en el acuerdo”. Eso implica que no se pasa a fojas cero de forma automática, sino que es un proceso paulatino.
En los casos en que se tenga más de una deuda morosa con más de una entidad, se debe acordar pagarlas todas para mejorar la calidad crediticia y estar en condiciones de obtener nuevos créditos.
No obstante no es preciso saldar toda la deuda para mejorar de categoría, sino que se debe demostrar que se va cancelando en tiempo y forma.
En lo que respecta al historial crediticio que maneja el Clearing de Informes, este se mantiene explicó la ejecutiva. Ello implica que aunque se salde la deuda morosa, en dicha entidad se mantiene la información sobre si “en el pasado se tuvo algún tipo de incumplimiento”.
Objetivos del plan
El presidente del BCU, Diego Labat, que participó del lanzamiento del programa de condonación y reestructuración de deudas, destacó que se puso en marcha porque “hubo preocupación por el mercado de créditos y por el mercado de créditos del consumo (...) y esa preocupación es muy válida”.
Muchos uruguayos arrastran problemas de morosidad, sobre todo a partir de la pandemia de covid-19 en el año 2020, según explicó Labat.
Asimismo, destacó que el programa respeta principios básicos, como ser: “no rompe las reglas de juego” -afirmó- en tanto respeta la seguridad jurídica vigente y los acuerdos entre privados; no pone en riesgo el crédito “para adelante”; no restringe la información disponible; y consiste en soluciones que son fáciles de implementar, con tecnología adecuada para ello.
Tanto los actores privados como los estatales destacaron en todo momento que el programa tendrá un impacto social importante en el país.
El plan no se repetirá
Tanto Mainzer como Grasso pusieron el énfasis en resaltar que este programa de reestructuración de deudas se pone en marcha “por única vez”. Tanto la ABPU como la Aneac lo destacan para evitar que la expectativa de que más adelante haya otro plan similar sea un “incentivo inadecuado” para el mercado. En última instancia no quieren fomentar que las personas no cancelen sus deudas esperando que a futuro haya otro programa de condonación o reestructuración de las mismas. Se entiende que en la medida que este tipo de programa se repita se correría el riesgo de “deteriorar la confianza en el mercado de créditos”. Más de 786.380 deudores morosos están en condiciones de acogerse a este plan de pagos que vence el 15 de noviembre.
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