Probablemente usted lleva su envase retornable al supermercado y se lo descuentan de su nueva compra, tira aquel que no tiene retorno (que es la mayoría) o, en el mejor de los casos, le encuentra algún uso en su hogar.

Lo cierto es que la mayor parte de los envases no se aprovechan y terminan como residuos que contaminan el medio ambiente. Pero eso está en planes de que cambie.

Así se lo ha propuesto la Cámara de Industrias (CIU) con su Plan para la Valoración de los Envases y Materiales de Envasado (VALE), del cual forman parte ya unas 2.900 empresas. La iniciativa -y exigencia- es impulsada por el Ministerio de Ambiente, a través de disposiciones que le han puesto al sector industrial, con metas exigentes en la recuperación de envases en el país.

El Plan VALE, cuya iniciativa comenzó hace un año y medio, venía un poco lento, pero ha tomado mayor impulso en estos últimos meses, al adherirse cuatro intendencias: Canelones (desde octubre), Río Negro (desde noviembre), Soriano y Rivera (estas dos últimas, la semana pasada). “Hay un par de Intendencias más en cartera para firmar próximamente”, anunció a El País el ingeniero Agustín Tassani, quien está al frente del Consejo Directivo del Plan VALE y es secretario de la Comisión de Ambiente de la CIU. La idea es alcanzar a todo el país durante el año 2024.

El plan plantea dos soluciones: un sistema de depósito, devolución y reembolso para todos los envases de bebidas (de plástico PET, aluminio, multilaminados de larga vida), y un sistema de recuperación voluntaria para otro tipo de envases (de los más diversos materiales), basado en la recolección selectiva y con una red de centros de recepción y plantas de clasificados, de la mano con las Intendencias. Todo esto, a cargo del sector privado, según lo establece la normativa.

Se van a construir más centros de acopio y el consorcio Ciemsa y CSI -elegido por licitación internacional- será el operador del sistema de depósito y reembolso, encargado de destruir los productos recolectados para luego reciclarlos.

Una novedad es que se irán instalando máquinas con lectores QR o de barra en supermercados y shoppings en todo el país, para que los consumidores puedan depositar sus botellas plásticas y de vidrio, y recibir dinero a cambio de estas.

En los almacenes u otro tipo de comercios de porte menor, el sistema funcionará de forma manual. “El comerciante recibirá el envase, le pagará al cliente por este y luego se le reintegrará ese dinero, una vez haya dispuesto el material en bolsas que serán recolectadas para el circuito del reciclaje”, explicó a El País Fernando Pache, presidente de la CIU. Este proceso se irá implementando gradualmente, en un plazo de dos años.El monto de inversión en el Plan VALE asciende a US$ 50 millones (incluye la instalación de obras civiles, maquinarias, consultoría operativa, etcétera) y, adicionalmente, un costo anual de unos US$ 30 millones (para pagos a Ciemsa y CSI, grupos de asesores y otros gastos), según explicó Pache.

“El Plan VALE genera sus fondos propios”, reafirmó el ejecutivo, quien reconoce que el plan venía trabajando en forma aparentemente lenta, pero, a su entender, esto ha sido así porque “instalar los cimientos, que es el armado y la gobernanza, lleva más tiempo que la etapa que viene después, de mayor visibilidad”.

Por su parte, Gabriel Murara, vicepresidente de la CIU, afirmó a El País que “en un principio costó que las empresas avanzaran en el plan, por las altas inversiones que representa”, y también porque “participan tanto empresas grandes como pequeñas” y había diferencias o asimetrías en la dinámica de cada una. “Luego de un tiempo de adaptación y de presión por las disposiciones (ministeriales), las empresas se han hecho más a la idea y están demostrando mayor compromiso”, afirmó Murara.

El vicepresidente de la gremial industrial agregó que, así como las empresas en el país tienen que cumplir con normativas exigentes como esta en materia ambiental, deberían controlarse las importaciones a ese nivel; de lo contrario, se genera competencia desleal en el mercado interno.

Cabe señalar que, entre las empresas que integran el Plan VALE, están Coca-Cola, PepsiCo., Fabricas Nacionales de Cerveza (FNC), Conaprole, ATMA, Bodegas Joanicó, Compañía Oleaginosa Uruguaya S. A. (Cousa), Unilever, por citar algunas. Si bien unas 2.900 compañías forman parte del plan, se calcula que “son 80 empresas las que generan el 80% de los vertidos de envases”, dijo Pache.

Tassani afirmó que “lo destacable de las adherencias de las cuatro Intendencias al plan VALE es que dos -Soriano y Río Negro- no integraban el Plan de Gestión de Envases (PGE)” anterior al actual plan, que es más ambicioso, y esperan acelerar el próximo año.

“Estamos tratando de llegar a nuevas Intendencias y renovar las que estaban en el PGE”, dijo Tassani. “Negociamos en qué invertir en cada departamento y esas discusiones llevan tiempo, porque hay muchos frentes abiertos”, agregó.

En relación con el sistema de máquinas o manual de recuperación de envases de bebidas (botellas y de otro tipo), Tassani destacó: “Lo más importante es que generará toda una logística: viene una planta de conteo donde se consolidan los envases y enseguida se generan así los canales, para que se reciclen y revaloricen”, detalló.

“Lo que se ha visto en Europa es que rápidamente los usuarios se adhieren al sistema, porque los envases tienen un valor de seña. Con base en la experiencia, se puede decir que, en los primeros dos o tres años, se llega a una tasa de recuperación del orden del 80% o 90%”, afirmó.

Tassani anunció que la CIU ya está trabajando con Ciemsa y CSI en el diseño de ingeniería del sistema de depósito y reembolso, para empezar a implementarlo a nivel nacional en los próximos meses. La meta establecida por el Ministerio de Ambiente es recuperar el 50% de los envases que existen en el mercado y las botellas deben tener un 40% de reciclado, para 2025. Actualmente se recupera solo el 5% o 6% de los envases que circulan en el país; hay mejores números en algunos departamentos, como Canelones, que viene con una política ambiental más fuerte, y está llegando a valores cercanos al 30%, según la CIU.

Foto: Estefanía Leal