ECONOMÍA DIGITAL
El desafío “urgente” en las TIC es la falta de trabajadores, según Paganini.
La expectativa para los próximos años es “positiva” en relación a los avances de la economía digitalen la región, pero según referentes del ámbito privado, falta desarrollo en la relación público-privada del sector. En tanto, Uruguay tiene un desafío “urgente” en el cual debe trabajar.
Ayer se llevó a cabo la apertura de la segunda edición de la DigiEcon, evento organizado por la Cámara de la Economía Digital del Uruguay (CEDU) y la Asociación Latinoamericana de Internet (ALAI), en la que participaron referentes del sector privado y del sector público, quienes hablaron de qué se necesita para incentivar el desarrollo del sector, el estado actual del mismo y lo que se espera para los próximos años.
Al dar comienzo al evento, el gerente del sector de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Fabrizio Opertti, dijo que “la economía digital significa innovación, productividad, generación de empleo” y que “un 10% en la penetración de banda ancha en la región se correlaciona con un 3% del aumento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita”.
Por otra parte, el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, sostuvo que en Uruguay se pueden ver tanto los “vasos medio llenos” y “medio vacíos”, señalando dentro de los primeros a la infraestructura digital “amplia” y “bastante desarrollada” en el país, la penetración de la banda ancha de un 99%, el Plan Ceibal, la madurez del sector de tecnologías de la información (TIC), el cual es el quinto mayor exportador del país con un valor de sus ventas al exterior de US$ 1.000 millones anuales, entre otros.
También remarcó el objetivo del país en ser un hub de innovación en la región, donde ya no produzca servicios de software, sino que desarrolle soluciones “profundas”, como también la intención de continuar en las inversiones en el sector.
Sin embargo, al hablar sobre la parte “medio vacía” del vaso, destacó la falta del “factor humano”. Para esto, se encuentra el desafío de la transformación de puestos de trabajo y “de personas que fueron educadas en otro contexto, o que le faltan etapas del sistema educativo, para que tengan habilidades digitales para el mercado laboral”.
Según Paganini de esta forma aparece tanto el trabajo a través del sistema educativo como por fuera del mismo, que “pueden ser un esfuerzo público-privado”.
El presidente de la CEDU, Guillermo Varela, señaló que si bien concuerdan con el “buen estado de salud” que tiene Uruguay en su infraestructura digital, dijo que esta industria necesita “más ancho de banda, realmente acercar la última milla que queda, tener servicios más calificados y accesibles a nivel de costos”.
Del mismo modo, dijo que vieron “con buenos ojos” la portabilidad numérica, lo cual impactó en la fijación de precios, porque “veníamos muy atrasados como país”, ya que en la región solo Uruguay y Venezuela no contaban con esa libertad.
A su vez, afirmó que a raíz de la pandemia de covid-19 “quedó claro” que fue el sector el que permitió que la economía “no apagara los motores”.
“Con todo el mundo confinado, los shoppings cerrados y las redes de pagos cerradas, fue la economía digital la que permitió que muchos empleos se mantuvieran y que muchas empresas continuaran procesando sus productos y servicios”, afirmó.
En este sentido, sostuvo que al estar “claramente identificada la importancia” del ecosistema de la industria digital, pretenden alinearse con el gobierno en la elaboración de políticas públicas, ya que “hay siempre un pedido de los privados” para participar en la formación de las regulaciones.
“Después tiene un costo país la mala legislación o el no haber contemplado una cantidad de casos, que pretendemos que Uruguay se lo ahorre en tiempos y en costos”, afirmó Varela.
“El mensaje final es, los privados estamos conformes con el vínculo con el gobierno y con lo público, hay un diálogo, pero nos consideramos el motor, somos los que tenemos que empujar”, afirmó.
En esta línea, reafirmó la necesidad de la participación de los privados en la elaboración de las políticas públicas, debido a la perspectiva “analógica” con la que podrían regular la economía digital.
Esto sería como “medir con un metro el mar”, sostuvo.
Por su parte, el vicepresidente senior de Asuntos Legales y Públicos y consejero general de Mercado Libre, Jacobo Cohen, también enfatizó en la importancia del trabajo público-privado en el sector y sostuvo que la inversión “va a donde hay seguridad jurídica y un entorno amigable para hacer negocios”.
Por esto, dijo que desde el gobierno se debe procurar “hacerle la vida fácil al emprendedor”, en donde “no basta con que hagan una sociedad en un día”, sino que se deben propiciar “condiciones macro” para que se pueda emprender en el país y que otras empresas del exterior puedan ampliar sus negocios en el mismo.
Al ser consultado sobre los países “que hacen las cosas bien” en la región, Cohen destacó a Uruguay, Chile, Colombia y Brasil.