PRESENTACIÓN
Las autoridades presentaron ayer la hoja de ruta del hidrógeno verde.
Un nuevo sector exportador y un cambio en el perfil productivo de Uruguay con un potencial “millonario”. Así calificó ayer el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, a la estrategia nacional de desarrollo de hidrógeno verde, un proyecto impulsado por el gobierno a través del cual se busca avanzar en la segunda transición energética del país.
En el marco de la presentación de la hoja de ruta del hidrógeno verde en Uruguay -que quedará abierta a consulta pública hasta el 15 de agosto-, Paganini destacó ayer que la incorporación del hidrógeno “es un paso natural” en el camino hacia la descarbonización de la economía y dijo que “todos los países desarrollados están apuntando hacia ahí”.
El objetivo del gobierno es atraer iniciativas privadas para desarrollar la producción de hidrógeno verde, tanto para el mercado doméstico -mediante la descarbonización del transporte terrestre, marítimo y la producción de fertilizantes “verdes”-, como para el de exportación.
Desde el gobierno y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) -que brindó apoyo técnico en la elaboración de la hoja de ruta- estiman que el desarrollo de la producción de hidrógeno verde y sus derivados, representará para Uruguay una capacidad de facturación de unos US$ 1.700 millones hacia 2040, así como la creación de más de 35.000 puestos laborales directos.
“Tiene un potencial de crecimiento importante. Similar a lo que ocurrió con la forestación años atrás. Estas no son apuestas para cinco minutos sino que son de largo plazo”, afirmó el secretario de Estado, quien también remarcó que se busca que sean los actores privados los que asuman el riesgo comercial de las inversiones.
De acuerdo con Paganini, el desarrollo del hidrógeno verde le dará a Uruguay “mayor independencia energética”, dado que no quedaría tan sujeto a la importación de combustibles fósiles, y por ende, generaría un “mayor ahorro de divisas”.
El gobierno apunta a que desde este año hasta 2025 se efectúen las primeras confirmaciones de proyectos de porte chico y mediano para que en 2030 ya estén funcionando.
Sobre el impulso del gobierno para dar este primer paso, el ministro afirmó que a través del Fondo Sectorial de Hidrógeno Verde (una convocatoria del MIEM, junto a Ancap, el Latu y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación), ya se recibieron 10 proyectos relacionados con el desarrollo del hidrógeno verde, lo que fue catalogado como un “éxito”, según Paganini. De esas 10 propuestas, próximamente una será seleccionada para recibir el apoyo del Estado durante un tiempo.
De acuerdo con el jerarca del MIEM, los primeros negocios de hidrógeno verde en Uruguay serán útiles para “adquirir experiencia y generar una curva de aprendizaje técnico” en el mercado doméstico y dijo que también “ya se están presentando” iniciativas privadas a través de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap).
“En el corto plazo, esto es dentro de cuatro a cinco años, las inversiones pueden ser de cientos de millones de dólares”, dijo el ministro.
En una segunda fase (de 2025 a 2029), se avanzará hacia proyectos de mediano porte con un “impacto real” en la economía. En esta etapa el objetivo de las autoridades es el de “escalar el mercado doméstico” y tener en operación los primeros proyectos para exportación.
La tercera etapa de la hoja de ruta está prevista a partir del año 2030, momento en el cual se espera una consolidación del desarrollo del mercado doméstico a gran escala, así como un crecimiento acelerado de las exportaciones.
Cifras del mercado
Desde el MIEM afirman que las condiciones climáticas del país, así como la complementariedad de los recursos eólico y solar, permitirían que el país pueda lograr costos competitivos para la producción de hidrógeno a escala.
Según las estimaciones oficiales, para 2030 los costos de producción podrían alcanzar entre US$ 1,2 y US$ 1,4 por kilo de hidrógeno verde en la región oeste del país y de entre US$ 1,3 y US$ 1,5 por kilo en la región este, con una capacidad total mayor a los 90 gigavatio (GW) de potencia a partir de energía renovable en los sitios con mayor potencial.
Estos costos de producción permitirían que Uruguay “se posicione de manera competitiva” entre países que actualmente son exportadores netos de hidrógeno como Chile, Arabia Saudita, Omán, Namibia o Australia.
“Teniendo en cuenta la potencialidad de sus recursos y las metas establecidas, para 2040 la producción de hidrógeno podrá acercarse a un millón de toneladas por año”, lo que requerirá una instalación de 20 GW en energías renovables y 10 GW en electrolizadores”, según el MIEM.
“La oportunidad es fantástica. Así como lo fue en la primera transición energética, Uruguay se pondrá como líder también en esta segunda transformación. Depende de todos nosotros. Es algo virtuoso que permitirá a largo plazo el desarrollo del país que todos queremos”, afirmó ayer la presidenta de UTE, Silvia Emaldi.
La visión de los actores protagonistas
Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap.
“Tenemos que abrir la mente y abrirnos al mundo. Desde Ancap vemos cómo hay un proceso natural y casi lógico de evolución hacia la transición” de combustibles no fósiles.
Matías bendersky, grupo bid
El representante del BID en Uruguay dijo que “es necesaria una mirada de muy largo plazo” para impulsar el desarrollo del hidrógeno verde, “similar a lo que se hizo en el sector forestal”.
María José González, asesora MIEM
“Entre 2017 y 2020 el 97% de la generación de energía eléctrica fue de fuentes renovables y aún tenemos mucho más potencial. El mercado que se proyecta es muy grande”.
Marcelo mula, presidente de Auder
“Este es el principal hito anunciado para nuestro sector desde el año 2008. Va a disparar un montón de acciones. Ojalá sea una política de Estado. El gran desafío es el tema de la escala”.
Silvia Emaldi, presidenta de UTE
“La política de Estado es clave. La planificación tiene que ser mucho más ágil para no perder esta oportunidad. Estamos compitiendo con otros países y no debemos llegar tarde”.