Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.
Se trata de la mayor quiebra bancaria en Estados Unidos desde la crisis de 2008 por volumen de activos y, aunque el presidente Joe Biden ha intentado tranquilizar a los mercados en estos días, el impacto se está sintiendo, en distinto grado, en todo el mundo. Nos referimos a la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) del pasado viernes y su toma de control por las autoridades federales del país norteamericano.
Todo se desencadenó cuando la entidad, con sede en California, hizo público que iba a ampliar su capital para tratar de hacer frente a sus dificultades financieras (anunció que intentaría reunir US$ 2.250 millones), lo que llevó a muchos clientes a retirar sus fondos y provocó su quiebra.
El grupo vendió rápidamente un portafolio de US$ 21.000 millones de títulos financieros, con una pérdida estimada de US$1.800 millones. Según el canal especializado en economía CNBC, el banco no logró obtener el capital necesario y negociaba su venta a otra entidad bancaria antes del anuncio de las autoridades regulatorias.
A fines de 2022, el SVB tenía US$ 209.000 millones de activos y unos US$ 175.000 millones en depósitos, seegún las autoridades estadounidenses.
Lo cierto es que el SVB, que trabaja con el sector tecnológico desde la década de 1980 (sobre todo con fintechs y fondos que invierten en empresas que no cotizan en bolsa) quedó, de golpe, escaso de liquidez. Esto en medio de una escalada de las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed, el banco central estadounidense) para contener la inflación, lo que ha aumentado la expectativa sobre las próximas decisiones que tomará el organismo.
El temor al contagio ha lastrado las bolsas, el sector bancario (otras instituciones se declararon en quiebra) y ha pesado sobre las negociaciones de los futuros del petróleo, entre otros impactos. (ver recuadros)
La decisión del gobierno estadounidense de tomar el control del SVB es, según ha manifestado, proteger las tenencias de los clientes y ganar tiempo para encontrar potenciales compradores para los activos de la entidad.
Analistas afirman que esto marca el final de la euforia tecnológica de los inversores tras la pandemia, la cual ya venía decreciendo dado que la brusca suba de las tasas de interés en Estados Unidos venía afectando ese sector, muy dependiente del financiamiento para crecer.
Impacto local
Analistas económicos consultados por El País coincidieron en que, pese a que la quiebra del SVB es una mala noticia a nivel global, no se esperan grandes consecuencias en Uruguay.
“El SVB era un banco regional con muy poca ramificación internacional”, por lo que “no veo nada significativo, al menos desde el punto de vista de potenciales impactos en el sistema bancario local” uruguayo, indicó a El País el catedrático en política económica, José Antonio Licandro.
Por su parte, el responsable de Gletir Corredor de Bolsa, Martín Licosatti, señaló lo siguiente: “Uruguay es un país con un sistema financiero sólido, con buenos números en la economía”, por lo que “no vemos que esto vaya a afectar significativamente en líneas generales”.
A su entender, tanto Uruguay como el resto de los países de la región de los que tienen buenos desempeños económicos, “no tendrían que tener problemas y si, por otro lado, la Reserva Federal deja de subir la tasa de interés de una forma tan agresiva y eventualmente en algún momento empieza a bajarla, eso debería ser favorable para la región”, afirmó.
En la misma línea, el socio de Gastón Bengochea & Cía. Corredor de Bolsa, Diego Rodríguez señaló a El País que “una probable pausa en la suba de tasas de la Fed, podría mejorar las condiciones de financiamiento para los países y empresas” de América Latina.
Por su parte, la especialista financiera y docente de la Universidad de Montevideo, Stephanie Shellman, explicó a El País que más allá de los “ruidos” que generó la quiebra del SVB en los mercados financieros norteamericanos, “es una situación bastante limitada a ellos”, por lo que “no debería tener mayores impactos” en Uruguay.
“Estas noticias siempre generan miedo, ruidos y sorprenden, pero vemos (que es) un caso aislado y una situación “puntual de un único banco”, por lo que “no creemos, o no debería, haber impactos en Uruguay”, explicó.
En esta línea, Shellman argumentó que en Uruguay, los bancos “son sumamente líquidos” y “mantienen en general los depósitos que tienen en dólares a corto plazo”, por lo que “no debería haber ningún tipo de impacto”, afirmó.
La quiebra de SVB bloqueó decenas de miles de millones de dólares depositados allí por start-ups y fondos de capital privado, lo que hace temer una onda expansiva en todo el sector tecnológico.
“El socio financiero de la economía de la innovación” era el eslogan con el que se presentaba el SVB, gran aliado de los emprendedores.
Más controles
Los bancos en EE.UU. son sometidos a mayores controles y a las llamadas “pruebas de resistencia” en forma periódica, incluyendo la obligación de acreditar garantías de su capacidad de respuesta ante situaciones de estrés, desde la crisis financiera del 2008. Ahora, todo indica que los controles serán mayores, en especial de las entidades bancarias y financieras más pequeñas, o las que se manejan con segmentos de mercado más volátiles.
Cabe recordar que son tres los bancos que quebraron en el país del norte en menos de una semana. El Signature Bank, que está muy expuesto a las criptomonedas, fue cerrado por los reguladores el domingo.
Bonos
A partir de lo ocurrido, en estos días los operadores se han concentrado en activos más seguros, en especial por los bonos del Tesoro norteamericanos. De hecho, los rendimientos de los bonos a 10 años cayeron a 3,48 % frente a 3,69 % el viernes pasado al cierre, debido a un ola de compras de inversionistas en busca de seguridad. Esto ha aumentado el precio de los papeles y reduce el rendimiento que debe pagar el Tesoro al emitir.
Pérdidas de Credit Suisse
Credit Suisse cerró su jornada bursátil en la bolsa de Zúrich con grandes pérdidas del 9,58 %, arrastrado por el cierre del Silicon Valley Bank, tras haber alcanzado varias veces su mínimo histórico a lo largo de ayer. La entidad, inmersa en una grave crisis financiera y reputacional, finalizó la jornada con su acción cotizada a 2,26 francos suizos (2,31 euros). La crisis causada por SVB en las bolsas de todo el mundo también ha seguido afectando ayer a los bancos suizos UBS y Julius Bär, que cayeron 7,66 % y un 5,47 %, respectivamente.
La paradoja tras acción de la FED
“El Tesoro de Estados Unidos actuó rápido, salió a garantizar los depósitos” del SVB “y para evitar un contagio también salió a garantizar los depósitos de otros bancos que podrían llegar a tener problemas”, indicó Martín Licosatti, responsable de Gletir Corredor de Bolsa. A su entender, si bien “obviamente para la economía mundial no es una buena noticia” la quiebra del SVB, también podría llevar a que “paradójicamente” la Reserva Federal “disminuya su nivel de agresividad” en la suba de tasas de interés.
Argentina eleva su riesgo país
La quiebra de Silicon Valley Bank se sintió con fuerza en la apertura del mercado argentino ayer, para luego dejar sus efectos con una caída de 2,04 % en el S&P Merval a las 14.01 (GMT 17.01). En cambio, el golpe se siente en los bonos soberanos, con una caída en sus precios que hicieron disparar el riesgo país 6,5 % a 2.350 puntos básicos por una mayor aversión al peligro debido al contexto global.
Los operadores locales están atentos al efecto en los bancos locales, que con caídas de hasta 1,54 %.
“Quiebra de SVB muestra las grietas del mercado”
Para Axel Christensen, director de la empresa de gestión de inversiones BlackRock de EE.UU., a los mercados internacionales les ha resultado difícil “digerir” las subas de las tasas de interés, no solo por el volumen sino por la velocidad de implementación de las mismas. Y en ese sentido, advirtió que, si bien los mercados supuestamente han superado los efectos de la pandemia, no es tan así y que se están enfrentando a nuevos desafíos.
“La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) muestra las grietas que existen en el mercado financiero y que no se habían visto”, dijo Christensen, en el evento “Claves y estrategia de inversión”, organizado por el Santander en el hotel Sofitel el pasado viernes, precisamente el día de la quiebra del SVB.
Según sus proyecciones, la inflación va a la baja pero muy lentamente, y será resistente en especial en algunos sectores como servicios, por lo que se requieren medidas de resguardo, y también por el enfriamiento de las economías, lo que ya está ocurriendo. “No necesariamente el softlanding de la economía va a evitar la recesión”, afirmó.
En la medida en que los bancos centrales van a tardar en converger la inflación, las empresas y particulares deberán desarrollar otras estrategias. Es decir, podría comenzar una era de mayor moderación financiera para paliar los golpes e incertidumbres del entorno.