El Poder Ejecutivo decidió bajar el precio de los combustibles a partir de la hora 0 del domingo. La nafta Súper 95 bajará 4% en surtidor y pasará a costar $ 71,88 por litro, la nafta Premium 97 se reducirá 3,9% y saldrá $ 74,12 por litro. El gasoil 50S bajará 9,2% pasando su precio a $ 58,99 por litro y el gasoil 10S caerá 8% y pasará a valer $ 69,30 por litro. En cuanto al supergás, se mantendrá su precio de $ 63,35 por kilo.
En el caso de la nafta, el gobierno siguió exactamente lo que marcaba el Precio de Paridad de Importación (PPI), en el gasoil la rebaja del PPI era un poco mayor a la que se decidió (9,6% llevado a surtidor).
El gobierno también resolvió otros ajustes tarifarios a partir del domingo. En todos los casos, aprobó lo resuelto por los directorios de las empresas públicas. Así, OSE subirá su tarifa 6,7% (en línea con la inflación esperada por el gobierno para 2023), en el caso de UTE el ajuste será de 3,5% en promedio y Antel tendrá un alza de 2% en telefonía móvil y de 2,65% en el caso de telefonía fija y servicios de conexión fija a Internet.
Estas cifras fueron comunicadas por el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini y por la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche en rueda de prensa ayer en la Torre Ejecutiva. Arbeleche además volvió a repetir por enésima vez que en 2023 habrá un “alivio impositivo” del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y del Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS).
Combustibles
Paganini explicó que este mes el PPI tuvo una baja importante (lo que muestra que los precios internacionales están cediendo), y esto se reflejará en el surtidor a partir del 1° de enero.
“En base a estos números y viendo la salud financiera de Ancap, este mes y el anterior hemos podido hacer una baja importante en los precios de los combustibles”, dijo Paganini.
Aclaró que los nuevos precios ya incluyen los ajustes que corresponden (en el caso de las naftas, el Imesi se ajusta cada comienzo de año). “Este es el precio final que el público verá en las estaciones de servicio”, reafirmó.
Los precios de todos los combustibles quedarán alineados al PPI desde enero, salvo en el supergás que está por debajo del mismo.
El ministro mostró unas gráficas sobre la evolución del PPI en el año, comparando con el precio de la venta al público de la nafta Súper 95, que muestra que en septiembre hubo una baja de $ 3, en octubre otra reducción por el mismo monto y ahora se da una tercera caída también de $ 3 por litro. “Hubo tres bajas del precio de la nafta Súper en un semestre. El sistema de cálculo está funcionando”, indicó.
El relación al gasoil 50-S, que es el de mayor consumo en el país, explicó que “el gobierno decidió mantenerlo constante durante muchos meses, pese al fuerte aumento internacional que hubo. Ahora tenemos el PPI bajando y pudimos acompañar con esta decisión de bajar también $ 6”.
Recordó que cuando hubo un aumento fuerte del gasoil a principios de año, el gobierno decidió congelar su precio para “proteger la producción”.
Paganini remarcó que en los últimos años el precio de los combustibles al público han estado “la mayor parte del tiempo por debajo del PPI”.
Así Ancap renunció a recaudar US$ 159 millones en 2021 y US$ 251 millones en 2022, y que aún así “está sana financieramente” y “da ganancias”. Esto “es diferente a lo que sucedía en años anteriores en los que el PPI estaba por debajo de lo que cobraba Ancap”, lanzó. En 2020 (primer año del actual gobierno) eso implicó que los uruguayos pagaron un sobrecosto de US$ 50 millones por los combustibles (respecto al PPI), en 2019 (gobierno del Frente Amplio) había sido de US$ 60 millones, en 2018 de US$ 134 millones y en 2017 había sido de US$ 237 millones.
“El resumen es este: estamos en una política que funciona”, redondeó el ministro.
Hoja de ruta
“El petróleo bajó y hoy estamos anunciando la baja de la nafta y el gasoil”, dijo Arbeleche; una frase que le sirvió como punto de arranque para defender lo que llamó una “política exitosa”, en varias ocasiones.
El punto de los combustibles es uno más de la agenda de reformas estructurales que viene llevando adelante el gobierno y que la ministra repasó.
Así, de la hoja de ruta (que lleva casi tres años), destacó en primer lugar a la regla fiscal (que “permitió dar los recursos necesarios en la pandemia y no aumentar los impuestos”, dijo); los ajustes de las tarifas públicas (“que han ido en línea o por debajo de la inflación”) y el trabajo conjunto con Cancillería y otros ministerios “de salir a más mercados y en mejores condiciones”.
Otro punto que destacó fue incorporación de la política ambiental dentro de la política económica. “Con este paso, Uruguay ha pasado a la vanguardia en temas ambientales, dijo Arbeleche.
Hizo hincapié en la aprobación de la reforma jubilatoria en el Senado del pasado jueves; a la que calificó de “necesaria” y “urgente”, no sin aclarar que ni esta ni la próxima administración van a ver las consecuencias de la misma, ya que ha sido pensada para el mediano y largo plazo.
Comentó que la reforma le da sostenibilidad al sistema (“se pueden seguir pagando las jubilaciones sin tener que acudir a más impuestos para nuestros jóvenes”) y también “es una reforma justa y equitativa”, defendió.
Según la ministra, este es el tercer año consecutivo en el que las estimaciones del equipo económico, en cuanto a crecimiento del país, la creación de empleo y las cifras fiscales, “han sido alcanzadas”.
“Hubo una primera etapa de creación del empleo, ahora estamos en una segunda etapa en la que, a la creación de empleo, se le suma la recuperación del salario real”, prometió.