Uruguay cuenta con una “Hoja de Ruta de Hidrógeno Verde” que involucró la participación de diversos actores en los sectores público y privado y también la que se prevé como la mayor inversión en la historia del país con una planta para producir e-fuels en Paysandú. “No obstante, ésta no podría definirse como una política de Estado, debido a que no ha transitado el camino de una discusión interpartidaria en diferentes niveles municipales, departamentales y nacionales, que culmine en la aprobación de una política consensuada”, advierte un informe realizado por un Equipo Académico Multidisciplinario de la Universidad de la República (UdelaR)*, al que accedió El País.
El equipo de la UdelaR afirma que Uruguay cuenta con antecedentes de concentrar sus esfuerzos en mejorar la productividad en la explotación de los recursos naturales, pero que no siempre repercute en mayor valor agregado, incorporación de conocimiento o mejoramiento de la calidad de vida. De ahí la importancia de desarrollar una política de Estado orientada en esa línea.
Reconoce que las oportunidades del nueva industria son importantes, pero también las inquietudes y resistencias por la incertidumbre sobre los eventuales impactos sociales y ambientales de los proyectos de hidrógeno verde.
Los académicos entienden que, aunque se han dado intercambios con los técnicos del Ministerio de Industria, Energía y Minas (MIEM), aún no se han concretado compromisos específicos para un mayor involucramiento del sistema científico nacional en las iniciativas relacionadas con el hidrógeno verde en el país.
Los proyectos y las comunidades
La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) identifica cuatro proyectos en Uruguay: H24U en Pueblo Centenario, Tambor Green Hydrogen Hub en Tambores, HIF Global en Paysandú y H2U Offshore Ancap (en proceso de licitación).
H24U es un proyecto piloto de desarrollo de hidrógeno verde para el transporte de carga pesada en Uruguay, una iniciativa de las empresas Saceem, CIR, Air Liquide y Fraylog.
Por su parte, el proyecto “Tambor” (localidad entre Tacuarembó y Paysandú) es un desarrollo de la empresa alemana Enertrag en conjunto con la uruguaya SEG Ingeniería, que prevé que la mayor parte del hidrógeno producido será convertido en derivados, principalmente metanol con fines de exportación.
En tanto, la chilena HIF Global proyecta la instalación de una planta para la producción de combustibles sintéticos (e-combustibles) a partir de hidrógeno verde, en Paysandú.
Además de H2U Offshore Ancap, está el proyecto “Kahirós”, enteramente de participación privada, liderado por Ventus, Fraylog y Fidocar, que consiste en la conversión de camiones transportadores de carga forestal que funcionarán en base a hidrógeno en lugar de gasoil.
“El dilema es si vamos a ser simples exportadores de commodities -rol que históricamente hemos cumplido- o si se puede aprovechar la ventana de oportunidad para potenciar capacidades nacionales y el desarrollo local en la cadena de valor”, plantea el informe.
En esa línea, los académicos destacan que las condiciones de instalación y operación de los emprendimientos deben contemplar “mejoras reales y permanentes en las vidas de las comunidades locales”, lo que no siempre ha ocurrido.
El informe menciona el caso del Proyecto Tambor, que –señala- contrasta con la escasez de servicios y carencias de las poblaciones cercanas, algo que también podría ocurrir en otros proyectos.
Acceso y transparencia
Entre los aspectos que destaca la Red, está la necesidad de acceso y transparencia de la información, en el entendido de que los proyectos en hidrógeno verde la han hecho poco disponible a la sociedad. Esto “empieza a generar inquietud, especialmente en poblaciones cercanas a los proyectos anunciados”, dice el informe.
El equipo de la UdelaR considera natural que alguna información técnica muy detallada del diseño de los proyectos sea reservada, no obstante, el acceso a la información sobre características técnicas relevantes o elementos que impacten en la sociedad o ambiente “es un derecho de la población”, plantea.
Un reciente estudio de percepción ciudadana realizado por la Cátedra Unesco e investigadores de la UdelaR, identifica como cuestión crítica a la desinformación en el caso del Proyecto Tambor, siendo uno de los aspectos más relevantes del relevamiento realizado.
Manejo de impacto ambiental
Existen varios elementos de impacto ambiental de los proyectos de hidrógeno verde: por el uso del territorio, el uso de recursos, efluentes y desechos.
El equipo de la UdelaR plantea que el país debe contar con mecanismos de control para el análisis de esta actividad. Y alerta sobre los posibles desechos generados a mediano-largo plazo por la salida de funcionamiento o renovación de parques eólicos y solares, que están diseñados para una vida útil de 20-25 años, o la degradación de electrolizadores cuyos electrodos pueden estar compuestos por electrocatalizadores a base de metales nobles y minerales críticos.
Además, advierte sobre la necesidad de analizar que la ubicación de los proyectos de hidrógeno verde no entre en conflicto con otros usos o destinos del territorio, en particular, en lo que tiene que ver con áreas protegidas.
Consumo del agua
El equipo de la UdelaR destaca que hay que dar especial mirada al recurso del agua. Uruguay cuenta con una red de monitoreo de recursos hídricos que, si bien ha permitido el aprovechamiento del recurso sin grandes conflictos, muestra una falta de inversión y necesita ser reforzada, según Red H2uy.
Particularmente, a nivel de aguas subterráneas, los monitoreos son sustancialmente menores en comparación con los de aguas superficiales y los mecanismos de fiscalización de uso no son efectivos, agrega.
El informe aclara que el volumen de agua demandado por los proyectos de hidrógeno verde no generaría un desbalance país, ni afectaría significativamente la disponibilidad de agua para consumo humano u otros usos, pero siempre que sea adecuadamente monotorizada.
El proyecto de la empresa Enertrag en Tambores requiere entre 500 y 700 m³/día de agua (no es un volumen que preocupe), pero la empresa no ha especificado si dicho caudal será cubierto con explotaciones del acuífero Arapey, o del acuífero Guaraní, encontrándose este último a una mayor profundidad que el primero.
Marco regulatorio
Existe incertidumbre sobre la regulación internacional. Actualmente la demanda de hidrógeno verde, al menos en los primeros años de la actividad, estará concentrada en países del norte global, y sujeta a la regulación de los potenciales compradores, en particular, la Unión Europea. A esto se sumarán las regulaciones nacionales, que en el caso de Uruguay están aún por definirse. “Se requiere un adecuado balance (regulatorio) entre el avance país en la temática, las expectativas y los desarrollos a realizar”, destaca.
El equipo de la UdelaR plantea la importancia considerar aspectos como: Identificar vacíos normativos o necesidad de adecuación normativa; definir qué mecanismos de incentivo o desincentivo se utilizarán para promover esta industria, el rol de las pymes y su impacto fiscal en los contribuyentes. Agrega la necesidad de identificar puntos de contacto entre UTE y ANCAP y posibles contiendas de competencia y duplicación de recursos en su caso, haciendo los ajustes normativos institucionales pertinentes.
Integrar a la Academia
El equipo de la UdelaR plantea que los desafíos de desarrollar un ecosistema de emprendimientos de hidrógeno verde van a requerir del aporte de la Academia a través de la realización de estudios en temas relacionados al sector energía, a la tecnología específica, al uso y manejo del agua, a los recursos renovables, a los aspectos económicos y logísticos, y a los impactos ambientales y sociales de esta nueva actividad. Si bien se han realizado muchos trabajos, queda un gran espacio.
El informe agrega que la actividad de esta industria se desarrollará principalmente en el interior del país, lugar donde deberán estar radicados la mayor parte de los recursos humanos especializados. “Esto obliga a pensar las acciones de formación en forma descentralizada, con visión territorial”, afirma el texto.
Cabe agregar que en la UdelaR funcionan grupos académicos cuyo objeto de estudio son los temas relacionados al hidrógeno verde y sus derivados, y también grupos que trabajan en temas de energía, ambiente y sociedad con relación a esta temática.
* Una versión anterior de este artículo decía erróneamente que el informe había sido elaborado por la Red Académica para la Promoción, Investigación y Desarrollo del Hidrógeno y la Descarbonización en Uruguay (RedH2uy), un proyecto de red académica en formación que a la fecha no ha elaborado ningún documento. El documento fue realizado por un Equipo Académico Multidisciplinario de la UdelaR del que "tomó conocimiento" y "encomendó difundir" el Consejo Directivo Central de la UdelaR. A los lectores e involucrados, las disculpas del caso.