Vuelve la incertidumbre con el dólar en Argentina y complica baja de la inflación a Milei

Consultoras anticipan un índice de inflación de 2,5% en marzo; el sexto mes consecutivo en que se mantendrá estancada.

Un billete de US$ 100 entre billetes de pesos argentinos.
Un billete de US$ 100 entre billetes de pesos argentinos.
Foto: AFP

El sostenido proceso dedesaceleración de la inflación en Argentina empieza a encontrar límites. Si se cumplen las estimaciones de las consultoras que anticipan un índice en torno al 2,5% en marzo, será el sexto mes consecutivo en que la inflación se mantendrá estancada en niveles similares. Las dificultades para perforar el piso del 2% mensual no solo profundizan el ya notorio atraso cambiario, sino que también amenazan con debilitar el principal logro de gestión que el gobierno de Javier Milei tiene para exhibir de cara a las elecciones parlamentarias de octubre próximo.

“Hay una combinación de factores que impiden que la inflación baje más rápido. El más importante es que la demanda de dinero está aumentando más gradualmente de lo que se esperaba y todavía hay muchos pesos dando vueltas. Además, hay todo un proceso de reacomodamiento de precios relativos que continúa y, por último, el tipo de cambio ya no está sirviendo como ancla de los precios ante las expectativas de un dólar más alto en el marco de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, dijo a El País Fernando Baer, economista asociado de Quantum Finanzas, en Buenos Aires.

Luego de la fuerte devaluación convalidada al inicio de la gestión, el gobierno de Milei puso en marcha un esquema de depreciación administrada del peso argentino del 2% mensual. Esa medida, en el marco de la continuidad del cepo cambiario, convirtió al tipo de cambio oficial en un ancla que permitió frenar el ritmo al que venían corriendo los precios. Lejos de la retórica libertaria, a partir de julio del año pasado el control cambiario se extendió a los dólares paralelos con la intervención del Banco Central en esos mercados. Esa estabilidad cambiaria, en línea con el cierre de buena parte de las canillas de emisión monetaria, fue un factor clave para reducir la inflación desde el pico del 25,5% mensual registrado en diciembre de 2023 al 2,7% de octubre pasado.

No obstante, desde entonces la tendencia a la baja se frenó. Luego de los índices del 2,4% en noviembre, 2,7% en diciembre y 2,2% en enero, el gobierno de Milei intentó apurar la caída de la inflación a un nuevo escalón a partir de febrero mediante la desaceleración del ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial al 1% mensual. El objetivo de la ralentización de las minidevaluaciones es que, en un contexto de apertura de las importaciones, la mayor oferta de bienes provenientes del exterior con ajustes de solo el 1% mensual ayudara a poner un techo a los aumentos de precios en algunos rubros. Sin embargo, el índice de febrero (2,4%) y las proyecciones de marzo dan muestras de que la inercia inflacionaria se mantiene.

Javier Milei
Javier Milei, Presidente de Argentina
Foto: AFP

“La tablita de devaluación influye sobre los bienes sujetos al comercio exterior, pero muchos de los precios que vienen aumentando con mayor fuerza son los de los servicios, que no están atados al tipo de cambio. El problema es que si la inflación se mantiene por arriba del 2%, tendremos un atraso cambiario cada vez más pronunciado. El gobierno ha priorizado forzar la baja de la inflación aunque esto implique profundizar otros desequilibrios en la economía”, dijo a El País Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, en Buenos Aires.

Incertidumbre cambiaria

Urgido por exhibir una tendencia declinante de la inflación en un año electoral, el gobierno de Milei dispuso, además de reducir el ritmo de las minidevaluaciones, moderar los aumentos previstos para los próximos meses en las tarifas de energía eléctrica, gas, agua y transporte. Sin embargo, aún con esas medidas, la inflación no cede. De hecho, las consultoras han venido ajustando hacia arriba sus proyecciones para marzo debido a los incrementos que se vienen registrando sobre todo en alimentos. Según la consultora LCG, solo en la tercera semana de marzo los precios del rubro Alimentos y Bebidas aumentaron 2,4%, la mayor suba semanal de los últimos seis meses.

Superado marzo -un mes en que históricamente la inflación es impulsada en Argentina por factores estacionales como la vuelta a clases-, la apuesta del gobierno es que ya a partir de abril el índice sea inferior al 2%. No obstante, surgió un obstáculo que puede frustrar los planes otra vez: la irrupción de una mayor volatilidad cambiaria impulsada por la incertidumbre sobre cuáles serán las condiciones que exigirá el FMI para otorgarle a Argentina un nuevo préstamo por U$S 20.000 millones.

En las negociaciones, el staff técnico del organismo multilateral de crédito quiere asegurarse que el gobierno de Milei no utilizará los dólares del préstamo para seguir sosteniendo un tipo de cambio artificialmente sobrevaluado. Solo en las últimas diez ruedas, el Banco Central vendió U$S 1.637 millones para mantener el actual esquema cambiario. A esas divisas sacrificadas en el mercado oficial deben agregarse otros U$S 300 millones utilizados en marzo para contener la cotización de los dólares paralelos. Semejante sangría es insostenible en un contexto en que las reservas netas del Banco Central ya son negativas –pasivos mayores al activo- en unos U$S 8.000 millones.

Ante ese panorama, en el mercado crecen las apuestas sobre inminentes cambios en el régimen cambiario. En los últimos días, ha venido tomando fuerza la versión que el gobierno argentino reemplazará el actual esquema de minidevaluaciones fijas por un sistema de bandas de flotación cambiaria. Ese régimen, ya utilizado en Argentina entre octubre de 2018 y abril de 2019, definiría un piso y un techo para el tipo de cambio. Si la cotización del dólar se mantiene dentro de la banda cambiaria, el Banco Central no intervendría. En tanto, si cae por debajo del piso, compraría dólares, y en caso de que suba por arriba del techo, vendería.

Pesos argentinos.
Pesos argentinos.
Foto: Archivo El País.

La implementación de ese esquema implicaría, en principio, una suba inicial del tipo de cambio oficial y mayores fluctuaciones dentro de la banda. Esas expectativas ya provocaron un aumento superior al 7% de los dólares paralelos en las últimas tres semanas, un alza que en algunos rubros empezó a trasladarse a los precios. “Cualquier corrección del tipo de cambio oficial o de los dólares libres va a tener impacto en precios. Eso ocurre lamentablemente en Argentina desde hace mucho tiempo por la alta participación de insumos importados en el proceso productivo y porque históricamente los argentinos piensan más en dólares que en pesos”, dijo Baer.

Baja de la inflación

La baja de la inflación es el principal mandato que buena parte de la sociedad argentina le impuso al gobierno de Milei. Hasta ahora, más allá de déficits de gestión y escándalos como el desatado por la promoción del presidente de una criptomoneda que derivó en una estafa millonaria, la desaceleración del ritmo al que venían creciendo los precios fue suficiente para mantener en niveles relativamente elevados los índices de imagen positiva del gobierno. Sin embargo, la persistencia de la inflación por arriba del 2% mensual, en medio de ingresos que siguen muy deprimidos, amenaza con empezar a horadar los niveles de aprobación. Según un reciente sondeo de la Universidad de San Andrés, los encuestados que aprueban algo o mucho la gestión de Milei cayeron del 54% en noviembre al 45% en marzo. En tanto, el Índice de Confianza en el Gobierno que elabora la Universidad Torcuato Di Tella registró en marzo una disminución del 5,4% con respecto a febrero, lo que se convirtió en la cuarta caída mensual consecutiva.

“En caso de que haya ajustes en el régimen cambiario, podría haber un impacto inicial en la imagen del gobierno por el alza de corto plazo que registraría la inflación. De cara a las elecciones, la clave para el gobierno será cómo podrá encarrilar el proceso para que la inflación no tenga un gran salto una vez implementadas las medidas en el frente cambiario que surjan del acuerdo con el FMI”, dijo Baer.

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