Por diferentes motivos, la mayoría de las personas solicita o acepta sin cuestionamientos el envío de tarjetas de crédito. Sucede que, mientras que para algunos son la solución al engorroso traslado de dinero físico y permiten el acceso a promociones y descuentos, otros las ven como un salvavidas que les permite llegar a fin de mes, aunque ese salvavidas venga con piedras dentro.
Pensemos en lo siguiente: el banco nos envía un plástico para que podamos comprar bienes y servicios sin pensar si tenemos el dinero para afrontar esos gastos. Nunca nos alerta sobre los daños que el mal uso de estas puede causar en nuestras finanzas.
¿A qué nos referimos con buen uso o mal uso? Para responder esta pregunta, en este Finanzas de Bolsillo vamos a indagar sobre lo que ocurre cuando “tarjeteamos”. Para ello, describiremos términos y mecanismos que no todas las personas se preocupan por conocer.
Hay detalles de la “letra chica” de los contratos que firmamos al aceptar tarjetas de crédito que no todos se detienen a leer ni a interpretar, a pesar de que nadie desea sumar problemas financieros.
Antes de adentrarnos en los puntos a prestar atención para no caer en deudas por el uso de este plástico debemos preguntarnos qué se necesita para obtenerlo. Es obligatorio tener 18 años de edad. Además, el cliente deberá presentar su cédula de identidad, constancia de domicilio y los ingresos que obtiene, los que se comprobarán luego a través de un recibo de sueldo o certificación de ingresos.
Pasemos a lo que de verdad importa: los puntos de la “letra chica” que tal vez no conocés. Tenerlos en cuenta puede ayudarte a organizar aún más tus finanzas y no generar gastos excesivos de manera mensual que terminen creando una “bola de nieve” financiera difícil de frenar.
Costos.
Más allá de lo que compremos con la tarjeta, existen otros gastos que aparecerán en el resumen mensual relacionados con el uso del plástico. Hablamos de las comisiones y los cargos.
Las comisiones se vinculan con los servicios que prestan las entidades, como la emisión original o la reimpresión de la tarjeta por robo, mal estado o destrucción, la renovación, el mantenimiento, la administración y el procesamiento de cuenta.
Los cargos representan servicios que prestan terceros y que el banco emisor de la tarjeta nos traslada de manera indirecta. Debemos exigir que sean debidamente detallados para conocer su monto exacto. Es importante saber que no nos deberían cobrar cargos que no hayamos autorizado previamente. Cabe destacar que, por más que aparezcan en la “letra chica” del contrato que firmamos con el banco cuando nos entrega la tarjeta, estos cargos y comisiones son muchas veces negociables.
Basta un llamado al call center de atención al cliente de tu banco de preferencia para reducir valores y aliviar un poco el peso sobre nuestros bolsillos.
En esa línea, si el cliente realiza gastos en el exterior, la tarjeta también genera gastos administrativos, al igual que comisiones asociadas a las operativas de retiros de efectivo, por ejemplo.
En ese marco, Juan Manuel Gasparri, gerente de Banca Persona del Banco Santander, destacó que es clave ser “conscientes de lo importante que es tomar decisiones informadas y adecuadas en las finanzas”, ya que “la educación financiera se presenta como un elemento de mucho valor”.
Ciclos de facturación y vencimientos.
Saber leer correctamente el resumen de la tarjeta de manera mensual también es importante, ya que de esa manera podremos organizarnos para visualizar las compras que podemos realizar en ese período, sin sobresaltos futuros que puedan ocasionar un desequilibrio financiero y, en consecuencia, un posible endeudamiento.
Un punto clave en este sentido es la fecha de vencimiento actual, es decir, la fecha límite que tenemos para realizar el pago. Generalmente, esta tiene lugar entre nueve y 11 días después del cierre de facturación. Cabe señalar que, si se paga la totalidad del importe en fecha no se deberían abonar intereses ni costos derivados de la refinanciación.
Otro consejo a la hora de evitar deudas por el uso del plástico, es visualizar la fecha de facturación actual. Esta indica la fecha de cierre del ciclo mensual a abonar (último período de facturación). Aquí se incluyen los gastos producidos desde el cierre del ciclo mensual anterior hasta esa fecha.
A su vez, la fecha de la próxima facturación nos informa sobre la fecha de corte del próximo ciclo mensual de facturación y permite, a quien esté atento, una mejor organización de los gastos (generalmente, tiene lugar entre 25 y 35 días corridos después de la fecha de cierre de la facturación actual).
Qué hacer cuando me roban o extravío la tarjeta y me paso del límite de crédito
Muchos suelen preguntarse qué pasos se deben seguir si les roban la tarjeta de crédito. Leticia Caballero, analista de negocio del área Medios de Pago de Itaú, dijo que el cliente es responsable por tener la tarjeta consigo y, en el caso de que la pierda o sea hurtada, debe realizar la denuncia en el banco y en la comisaría a la brevedad (la cobertura por las compras indebidas realizadas con la tarjeta perdida o robada, aplica desde el momento en que se realiza la denuncia). A su vez, desde el banco ofrecen a sus clientes una serie de herramientas, como el bloqueo desde la web y un seguro, que evitarán cualquier inconveniente de este tipo. En el caso de Santander, Gasparri dijo que el hurto o extravío deben notificarse lo antes posible, comunicándose por teléfono (al número 132 en cualquier día y horario del año) para así poder bloquear la tarjeta y evitar la realización de compras fraudulentas. Adicionalmente, el bloqueo preventivo de las tarjetas de crédito se puede gestionar desde los canales digitales del banco, como por ejemplo desde la app móvil Plus o la app Mi tarjeta. Por otro lado, en el caso de pasarse del límite que la tarjeta de crédito le brinda al usuario a la hora de gastar, desde el banco Itaú destacan que si un cliente se queda sin disponibilidad en su tarjeta de crédito, en ese caso desde Itaú se puede solicitar por los canales digitales (app o sitio web) un aumento transitorio de hasta el 50% del límite por hasta 60 días.
La fecha de vencimiento próximo también resulta pertinente. Es la fecha límite que tenemos para pagar el próximo ciclo. Conocerla permite organizar los gastos para contar con el dinero suficiente en el banco a la hora de cumplir con nuestro próximo compromiso sin sobresaltos en nuestras finanzas.
Por otro lado está el pago mínimo, es decir, el pago que sí o sí debemos efectuar antes de la fecha del vencimiento actual. En el caso de no realizarlo, el banco emisor puede bloquear la tarjeta. El pago mínimo equivale al 4% del total de lo gastado en el período (más deudas de períodos anteriores, si las hubiera). En caso de cancelar el pago mínimo en vez de todo lo gastado en el período, comenzarán a correr intereses que engrosarán la cuenta el próximo vencimiento.
En ese marco, existen dos recomendaciones para no caer en deudas por ello. El primero sería realizar el pago total de lo gastado como sea. Son muy pocas las personas que, si no lo hacen, luego logran escapar de la espiral de intereses y gastos que se forma cuando se opta por el pago mínimo resumen tras resumen. En tanto, el segundo, sería tener en cuenta que si retiramos dinero en efectivo desde un cajero con la tarjeta de crédito, no existe la opción del 4%, sino que debe saldarse el 100% de la extracción. [EN BASE A LA NACIÓN/GDA]
Diferencias al usar la tarjeta de crédito y débito
Una de las principales diferencias entre una tarjeta de crédito y una de débito, es la forma de pago. Con la de débito, el pago se carga directamente en la cuenta corriente del titular. De esa manera, solo se permite el cobro hasta el límite de los fondos de la cuenta. Por otro lado, con la tarjeta de crédito es posible realizar el pago incluso si no se dispone de fondos, ya que uno puede aplazar el cobro hasta el mes siguiente. Sin embargo, así es como uno contrae una deuda con el banco. También existen diferencias si uno desea retirar efectivo en un cajero automático. Si utilizas la tarjeta de débito en un cajero de la entidad financiera que la ha emitido, normalmente, no se paga ninguna comisión. En cambio, si retiras efectivo con la tarjeta de crédito, es posible que el banco te cobre intereses por adelantar ese dinero. A su vez, es clave saber que el retiro de efectivo con tarjeta de crédito es contra el límite de crédito que te ha concedido el banco y no contra tu cuenta corriente. Por otra parte, las tarjetas de crédito suelen contar con una serie de seguros gratuitos que, por ejemplo, te protegen en el caso de que compres un objeto defectuoso. Además, antes de conceder una tarjeta de crédito, el banco estudia la viabilidad del cliente, asegurándose de que sea solvente para asignarle determinado límite.