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Diego Ferreira

Para los amantes de la tradición fue una aberración, para los desprevenidos un motivo de desconcierto. El domingo Real Madridy Barcelonajugaron un nuevo clásico español, aunque no uno más:los culés golearon 4 a 0 a los «merengues» en el mismísimo Bernabéu, y, más llamativo aún, fue el primero en toda la historia en el que los dos equipos no lucieron sus tradicionales indumentarias. Los madridistas tiñeron de negro su icónico uniforme blanco, y los catalanes cambiaron sus colores blaugrana por los de la senyera (amarillo y rojo), que identifican a Cataluña.

La novedad acompaña la tendencia; cada temporada los equipos más populares lanzan junto a sus marcas deportivas una colección con varias camisetas (de colores o diseños a veces intrigantes), una moda que también vive la NBA de la mano de Nike.

El modelo Y-3 que lució el Real Madrid el domingo fue la cuarta casaca que estrenó el club en esta campaña. El lanzamiento homenajeó los 120 años de la institución y surge de la colaboración entre Adidas y el diseñador de moda japonés Yohji Yamamoto, que celebra sus vigésimo aniversario. Además, la línea Y-3 se compone de pantalón y chaqueta con estampados reflectantes, bufanda y un bolso.

Mientras, la elección de la senyera por parte del Barcelona fue a solicitud de su presidente, Joan Laporta, según informó la prensa local.

Los colores catalanes ya asomaron en los bastones azul y grana de la camiseta culé en el clásico disputado en abril del año pasado. A diferencia del último domingo, en aquella ocasión el Barça cayó por 2-1 ante el Real Madrid.

Pero, ¿qué llevó a ambos clubes a dejar de lado su historia en el partido de mayor audiencia a nivel mundial después de la final de la Champions League?

Hay «millones» de razones. Adidas y Nike, los sponsors técnicos de Real Madrid y Barcelona respectivamente, ven en este tipo de cita una vidriera mundial para promocionar un nuevo producto y multiplicar sus ventas.

La goleada recibida por el Real Madrid hará repensar a algún aficionado «merengue» la idea de comprar el modelo Y-3. Pero para Adidas la jugada sonaba lógica: Real Madrid es su principal franquicia en la categoría «fútbol». Por ello, renovó su contrato de patrocinio en 2019 por 120 millones de euros (US$ 132 millones) por temporada hasta 2028.

Lo mismo puede decirse de la relación entre Nike y Barcelona, más allá de que la salida de Lionel Messi hacia el PSG afectó la venta de camisetas blaugranas (la marca también viste a los parisinos). Nike le paga al Barcelona 105 millones de euros por temporada (US$ 115 millones), una cifra que puede escalar a los 155 millones (US$ 171 millones) con la suma de variables.

De la venta de camisetas, a los clubes les queda un porcentaje que oscila entre un 7,5% y 15%. Al Barcelona, por ejemplo, le quedan unos 45 o 50 millones de euros (US$ 50-55 millones) por ese concepto.

Al final, el color más importante no es el de las camisetas sino el verde de los dólares.

La idea de jugar con uniforme alternativo también cundió por las oficinas de la Bombonera de cara al clásico que Bocadisputó -y ganó- frente a Riverel domingo. El equipo xeneize, reconocido por su camiseta azul y franja amarilla, se presentó en el Monumental de Núñez con una camiseta
amarilla con vivos azules. El modelo fue estrenado una semana antes cuando Boca derrotó a Estudiantes de La Plata por 1-0. Desde la dirigencia «xeneize» no hubo una explicación respecto a la decisión de cambiar la indumentaria, lo cierto es que le trajo suerte y Boca le ganó 1-0 a River.

Detrás de la nueva camiseta está Adidas, que ingresó como sponsor técnico de Boca en 2019 en reemplazo de Nike. La marca alemana acordó un contrato con el club a 10 años y por valor de US$ 10 millones por temporada.