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alejandra pintos

En una jornada de coaching y estrategia, Roberto Palermo, presidente de Abitab, habló del libro La estrategia del océano azul y enseguida despertó la curiosidad de Oscar Barreto, jefe de marketing de la empresa. «Lo utilizó de ejemplo para contar cómo se había gestado en su momento la empresa y cuál era a su entender el faro guía en la estrategia comercial», recuerda el ejecutivo, que tiempo más tarde se compró un ejemplar en un viaje a Buenos Aires.

Hoy es uno de sus libros de cabecera. «Cada tanto lo vuelvo a mirar porque siempre logra aportar algo nuevo. Nos enseña a ver cómo las empresas muchas veces están en un océano rojo, donde la competencia se vuelca hacia lugares transitados sin poder conseguir una verdadera diferenciación. A través de distintas herramientas de análisis y verticales recorre ejemplos de empresas reales mostrando cómo desde distintos lugares lograron generar su océano azul», explica.

El texto remarca la importancia de encontrar espacios inexplorados, a los que los autores, Renée Mauborgne y W. Chan Kim -profesores de Estrategia de la escuela de negocios francesa Insead-, llaman «océanos azules». En ese sentido, la frase favorita del libro para Barreto sostiene que «las compañías deben salir de las fronteras generalmente aceptadas que definen las formas en que deben competir».

Para el ejecutivo, la principal enseñanza del libro es la de pensar siempre de manera disruptiva. «Debemos parar, mirar y repensar qué tipo de estrategia queremos desarrollar y por qué. En un mundo como el actual que cambia constantemente, el mayor desafío -y visto desde el punto de vista comercial y de marketing- es cómo lograr que el consumidor nos elija día tras día. Para eso, como dicen sus autores, debemos trazar un buen método basándonos en tres características principales: foco de atención, divergencia y mensaje convincente», agrega.

Próximamente Barreto se tomará unas pequeñas vacaciones donde leerá Economía y felicidad, del psicólogo Alejandro De Barbieri. Su primer acercamiento con el autor fue a través de Educar sin culpa, que recomienda «a todos los que somos padres y madres».