La brucelosis bovina continúa cediendo terreno en Uruguay, pero hay un porcentaje menor a 1% de animales que están enfermos y no presentan síntomas, que siguen contagiando a rodeos sanos.
Para darle un golpe más fuerte a la enfermedad, el veterinario Roque Almeida, delegado de los productores en la Comisión Nacional Honoraria de Salud Animal (Conhasa), sostiene que la vacunación de todas las hembra bovinas, mayores de cuatro meses (ganado no preñado), debería ser obligatoria.
"El hecho de establecer esa vacunación obligatoria con la rb 51 (la nueva vacuna) es formar una población resistente a brucelosis para evitar la difusión de la enfermedad. El problema es que no sabemos dónde está ese pequeño porcentaje de animales que son portadores asintomáticos de brucelosis y siguen contagiando", explicó.
Defendiendo su idea, indicó que "si vacunamos cinco o seis años, vamos a obtener toda una población que será inmune a la enfermedad".
Hoy el uso de la vacuna es opcional, las dosis superan apenas los US$ 2, a lo que hay que sumarle el honorario del veterinario, viáticos y otros gastos. "Es una vacuna que se da una vez en la vida y produce una cobertura contra la brucelosis de casi 75%, con revacunación a los tres meses se llega a una cobertura de 95% o más de protección. Con menos de US$ 10 protegemos al animal de por vida", aseguró Almeida.
El profesional sostiene que ese monto no es significativo, porque si el productor tiene un foco de brucelosis pierde mucho más.
Ahí se deben mandar a faena obligatoria los animales positivos, sangrar todo el resto del rodeo, vacunar y continuar con los sangrados del ganado cada cuatro meses hasta que quede libre. A eso hay que sumarle el riesgo que puede representar para los operarios contagiarse —la brucelosis es zoonosis— si tocan un feto luego de un aborto o están en contacto con animales enfermos.
Almeida reconoció que en más de una reunión de la Comisión Nacional Honoraria de Salud Animal planteó su postura, pero las autoridades del MGAP argumentan que no es necesario declarar una vacunación obligatoria porque el porcentaje de animales que portan la enfermedad y no muestran síntomas es muy bajo.
"Como no se sabe dónde están esos animales enfermos, siguen circulando por todo el país continúan contagiando, formando bolsones de la enfermedad", argumentó Almeida.
En los últimos años, con el crecimiento de los megatambos, en varios predios de detectaron cantidades importantes de animales positivos. A la vez, con la nueva ley aprobada para combatir enfermedades prevalentes, los productores estarán aportando alrededor de US$ 7 millones anuales para las campañas sanitarias. Por eso, Almeida sostienen que "deberían exigir una vacunación obligatoria para darle un golpe mayor a la brucelosis y acelerar la eliminación de este flagelo" en la lechería y la ganadería de carne.
Costo es menor que tener que sangrar a todo el rodeo