AFTER WORK

silvana nicola

«Todos podemos hacer vermut», aseguró Laura Meléndez, fundadora de Casa Cerruti Vermut.

Meléndez retoma la tradición que trajeron a Uruguay los inmigrantes italianos y propone repasar la historia de este aperitivo con un mix de teoría y práctica en un taller de elaboración que se realizará el próximo miércoles 23 de noviembre en Criaturas Nocturnas ($ 2.100 por persona).

«Cada asistente armará su propia mezcla de botánicos y la macerará en vino», adelantó Meléndez. Además en la jornada se degustarán vermuts caseros, cervezas artesanales y se compartirá una picada de quesos, fiambres, y panes.

Al finalizar el encuentro, cada participante regresará a su casa con material teórico y también con su vermut personalizado, para cuidarlo durante los días de maceración que luego le permitirán beber -y compartir- su elaboración.

«Nuestro vermut está hecho con vinos uruguayos, conocemos a sus productores y por eso los elegimos. Tiene hierbas, especias, cítricos, semillas, cortezas, raíces, que seleccionamos ejercitando nuestros sentidos», contó Meléndez, quien rescató la tradición de Bartolomé Cerruti, su bisabuelo.

«Sommeliers, enólogos y cocteleros hoy protagonizan un resurgimiento del vermut en Uruguay. Creo que hay una oportunidad para rescatar tradiciones que nos legaron los inmigrantes italianos, españoles y franceses, que llegaron a ‘hacerse la América’ hace cerca de 100 años», puntualizó Meléndez.

«El vermut es esencialmente un vino saborizado y fortificado con una adición mínima de alcohol para elevar el tenor alcohólico a entre 15° y 22°, y evitar la refermentación en botella», explicó quien en Casa Cerruti emplea no menos de 20 botánicos.

Su vermut no es ni muy alcohólico ni muy dulce. Tiene perfil aromático hacia lo especiado, con notas cítricas. El amargor principal está dado, como debe ser, por el ajenjo que es la hierba que da nombre a este aperitivo: wermut (en alemán).