En este 2021, el Instituto Nacional de la Juventud cumplió sus primeros 30 años de vida. Creado con la Ley de Presupuesto del gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera (90-95), su vigencia formal se remonta entonces al primero de enero del año 1991.
En estos treinta años, distintos partidos políticos han transitado por el gobierno y asumido la conducción del INJU. Al analizar cada período en detalle, son enormes las coincidencias y casi unánimes las prioridades trazadas.
La continuidad de este Instituto constituye una política pública en sí misma, que refleja un consenso a nivel de todo el sistema político respecto a la necesidad de contar con un organismo para la formulación, rectoría y ejecución de políticas específicas para el grupo etáreo de 14 a 29 años.
Inclusión y promoción de la autonomía de las personas, espacios para la participación juvenil, orientación, capacitación y primeras experiencias laborales, promoción de la salud y el bienestar de los jóvenes, son algunos de los temas que se repiten en esta historia. Aunque cambien los nombres de los programas e iniciativas, se repiten en estos 30 años objetivos y metas de las acciones.
Fiel a su tiempo, cada etapa del INJU ha marcado sus prioridades. Lo que no cambia en esta historia es la importancia de reivindicar el rol positivo y protagónico de los jóvenes en la agenda, así como su inclusión en la construcción de las políticas.
La continuidad de este instituto refleja un consenso a nivel de todo el sistema político.
Un Instituto que desde 1991 teje redes con otras instituciones del Estado, empresas y organizaciones de la sociedad civil para defender y garantizar el acceso de las personas jóvenes a todos sus derechos.
Desde su origen, que se remonta a la creación del Centro de Información a la Juventud en el año 1987 y posteriormente el lanzamiento de la Tarjeta Joven en 1990, el INJU ha perseguido el objetivo de poner a los jóvenes en el centro de su agenda.
En un contexto político y social distinto al de hace 30 años, Uruguay continúa necesitando del INJU. En una sociedad que muchas veces mira a los jóvenes con recelo, es necesario promover un cambio cultural y una agenda de transformaciones políticas que permitan el acceso de este grupo etario a espacios de participación y decisión.
En esta etapa particular, el INJU ha sido un actor clave en el desarrollo de políticas específicas dirigidas a necesidades fundamentales de los jóvenes como son el acceso al trabajo y la salud integral.
Entre otras, el Instituto ha sido protagonista en la redacción de la nueva Ley de Promoción del Empleo en personas jóvenes impulsada por el Ministerio de Trabajo y en el desarrollo del programa Yo Estudio y Trabajo que promueve primeras experiencias laborales para jóvenes de 16 a 20 años.
A su vez, en conjunto con ASSE, ANEP y el Ministerio de Salud Pública, nos encontramos impulsando una agenda de cambios y transformaciones priorizando el abordaje integral de la salud mental y la prevención del suicidio en la población adolescente.
Como hace 30 años, nuestra misión está intacta: promover la participación de las juventudes, acercarlas a nuestro Instituto, tocar todas las puertas que se puedan y acompañar particularmente a los que más lo necesitan. En este rumbo caminamos.