Carlos Maggi
El Plan Ceibal entró de lleno en un servicio de comunicaciones que estaba ahíto; de este modo empachado, la conectividad de Antel se hizo corso a contramano.
No critico al Latu, que consiguió más de lo que nadie pudo suponer; hablo de Antel que se ha especializado en telecomunicar lo menos posible; y sigue lográndolo.
En el año 2000, Antel rechazó la conexión al cable submarino de Global Crossing; le ofrecieron la conexión sin costo y Antel no aceptó. Un caso único. Los gerentes dijeron entonces:
- La demanda está satisfecha, pero la verdad era otra.
Antel se negó a comunicarse ampliamente con el mundo, por razones corporativas, inconfesables. Ahora sabemos que el sindicato no tolera ninguna innovación que corra el riesgo de mejorar el servicio.
Cuando se iba a adjudicar una licitación para cubrir "la última milla" con cables de fibra óptica, el sindicato de Antel se opuso. Y el gobierno, contra la opinión del Directorio del ente, mandó que la licitación quedara sin efecto.
A principios de este año, el Poder Ejecutivo, vista la fenomenal demanda que impuso el Plan Ceibal, resolvió:
- Autorízase a la Administración Nacional de Telecomunicaciones (ANTEL) a suscribir con la empresa Telecom Argentina S.A. un memorándum de entendimiento para el estudio de factibilidad y la planificación de un Sistema de Cable Submarino de Fibra Óptica entre Argentina y Uruguay.
COMENTO: De modo eufemístico, nueve años después, el Poder Ejecutivo pone en marcha la conexión con el famoso cable de Global Crossing, el ofrecido gratis, que ahora hay que pagar a precio de oro; decenas de millones de dólares.
Sucedió sin embargo, que el decreto del 29/1/09 quedó vigente, pero pendiente. Nada se supo de la nueva conexión a realizarse y así transcurrió el año que el propio decreto había establecido como plazo.
Plausiblemente, el nuevo Directorio de Antel, integrado por el ingeniero Beno Ruchansky; el ingeniero Martín Ponce de León y el Presidente del Banco República, Fernando Calloia, apreció bien la situación y anunció el 19 de septiembre de este año, el tendido de un cable submarino de fibra óptica entre Montevideo y la localidad de Las Toninas (Argentina) para alcanzar de ese modo, su conexión con Global Crossing.
El nuevo Presidente de Antel dijo:
-"Es un proyecto muy importante, permitirá multiplicar el ancho de banda en un futuro inmediato por 5; y hasta 32 veces.
El director del ente, Martín Ponce de León, precisó:
-Se trata de un cable de última generación. Se abre la posibilidad de empalmar la conexión en Las Toninas, con cables de otras partes del mundo".
Al día siguiente, como era de esperar, el personal de Antel se opuso a la conexión con Global Crossing. El presidente del sindicato, Gabriel Molina dijo:
-Por el momento no se va a seguir explorando ese camino. La información que nos había facilitado el directorio anterior fue muy poca y como sindicato exigimos información. Un mal acuerdo puede terminar liquidando a Antel. Le vamos a exigir al gobierno que defienda a Antel como lo supo hacer cuando fue oposición. No vamos a permitir que se hagan los distraídos.
COMENTO: Parecería que Antel sigue clavada a su cruz sin Crossing, aunque el servicio resulte cada vez más desastroso, aunque el gobierno y el Directorio de la empresa estatal uruguaya quieran corregir el aislamiento uruguayo.
Sucede que el mundo global, no admite ser dirigido por el sindicato de Antel.
La nueva geografía correspondiente a la sociedad de la información, mide la distancia entre un país y el resto del planeta, por su capacidad de comunicarse.
Nadie puede impedir que el Uruguay se aísle debido a las exigencias corporativas, unidas al monopolio comercial y a las prácticas totalmente obsoletas.
Hay una nueva geografía que nos descarta, mientras otros países menguan su lejanía y se acercan a todos, hasta lograr una estrecha vecindad: apertura económica, servicio eficiente, precio módico.
La larga distancia dejó de ser kilométrica, ahora se mide en bites por segundo y en dólares por minuto.
Demás está decir, que todas las maniobras de Antel en contra de la tecnología, tienen consecuencias económicas de tamaño mundial.
(Véase: https://www.eto.org.uk/eustats/netdist.htm#basis). Esta medición toma como medida UNO, el eje EE.UU.-Inglaterra y a partir de ese centro, mide las distancias (en dinero y en dificultades) que cuesta telecomunicarse.
Australia es de los países más próximos a todos: 1.6
A corta distancia está Hong Kong : 2.4
México, 2.6; Israel, 2.9; y Japón 3.0 distan casi lo mismo.
Perú queda a la misma distancia que Botswuana: 7.9
China (políticamente cerrada), está muy lejos: 8.3.
Y más difíciles aún resultan: Liberia, 8.6; Uganda, 8.6; Namibia, 8.6; Angola, 8.8; Mozambique, 8.9, países sordos.
Y perdido en la lejanía de su torpeza (más caro y más atrasado que los africanos) figura el Uruguay con un vergonzoso 9.4; en el lugar 134º de la tabla.
Por encima del Uruguay están colocados Costa Rica, 3.6; Ecuador, 5.8; Brasil, 5.9; Colombia, 7.0; Argentina, 7.3; Honduras, 8.0…
Antel es ¡estratégica!, se dice. ¿Habrá mentira más grande?
La situación fue denunciada por del Vicepresidente de la República, Nin Novoa, cuando afirmó con ironía:
-"Los entes autónomos son propiedad de sus funcionarios."
El presidente Vázquez había adelantado la idea:
-"Hay otro tipo de apropiación de las empresas públicas que tampoco puede continuar: la de sus corporaciones de funcionarios que a menudo confunden sus intereses legítimos con los no menos legítimos intereses de la sociedad." (1)
Antel, que desprecia a sus clientes, debiera mirarse en el espejo de UTE; un ente que alcanzó su bancarrota, debido al afán de producir cada vez menos; y cobrar cada vez más.
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(1) Intervención en el Seminario del "Centro 1815", 2/9/00.