Una vez más los cubanos salieron a protestar a las calles, esta vez en Santiago de Cuba. Desde hace unas semanas miles de ciudadanos ganaron las calles ante la escasez de alimentos, la falta de combustible y los cortes permanentes y prolongados de energía. Sin dudas demasiado para una población acostumbraba a las privaciones y las penurias.
El gobierno, como no podía ser de otra manera, acusa a Estados Unidos de estar sembrando el descontento social. El propio presidente Miguel Canel arremetió contra el imperialismo yankee. Ya ni los propios cubanos lo escuchan y mucho menos le creen.
Una voz autorizada y respetada en el mundo libre se ha escuchado por estas horas, la del escritor Leonardo Padura que, por estas horas, participa en un foro en España, más concretamente en la Universidad de Alicante en el Centro de Estudios Literarios Iberoamericanos Mario Benedetti.
Padura que vive en Cuba, quiso ser prudente a la hora de hablar porque justamente las protestas lo encuentran fuera del país. Aun así, expresó que en las manifestaciones se escucharon: “gritos de libertad” algo que “es importante y que no se puede dejar de tener en cuenta”, enfatizó.
Sostuvo que “la crisis que se está viviendo en Cuba” en los últimos dos o tres años también tiene que ver con la emigración. Y añadió que: 650.000 cubanos han entrado en Estados Unidos por vías ilegales en los dos últimos años, una cifra “muy representativa” para una isla que cuenta con una población de once millones de personas.
Padura indicó que ahora “se han juntado, como dice el refrán, ‘el hambre y la necesidad’ y se produjo esta explosión. (...) Son manifestaciones de un proceso que yo lo vengo diciendo en mis novelas hace muchos años” y “que lo he denominado cansancio histórico”. “La gente se merece vivir mejor después de tantos sacrificios y espero que no haya una respuesta represiva por parte del Gobierno y del Estado cubano con estos manifestantes”, afirmó y remarcó “Lo que sí es evidente es que el sistema socio-político-económico cubano necesita cambios”.
Cabe indicar que Uruguay recibió en los últimos años treinta mil cubanos, tres mil más suman los inmigrantes venezolanos que llegaron a nuestro país entre 2018 y 2023.
Cuba vive bajo una dictadura desde 1959. Tres años más tarde, en 1962, su líder Fidel Castro abrazó el comunismo y traicionó a todos aquellos que vieron en él una alternativa a una infame dictadura como la de Fulgencio Batista. Peón de la URSS hasta que esta desapareció en 1991 y propulsor de las guerrillas que azotaron América del Sur en la década de 1960 y 1970, Castro y sus seguidores fueron los que provocaron los Golpes de Estado militares que, con complacencia de Washington, pulularon en el continente.
Seis décadas y media después, ese régimen opresivo que viola los derechos humanos y tiene presos políticos, pide a las Naciones Unidas leche en polvo, y arroz al Brasil de Lula. Su gobierno no puede asegurar los alimentos más básicos a sus habitantes y los servicios más elementales como la luz eléctrica son un lujo burgués.
Curiosamente, en Uruguay, hay gente que avala y admira a la tiranía cubana, y hasta aspirantes a la Presidencia de la República que no condenan al régimen; creen que si lo hicieran perderían votos.