De Moretti y de hoy

Compartir esta noticia

LEONARDO GUZMAN

El 3 de mayo de 1966 -el miércoles hará 40 años- moría Raúl Moretti.

Catedrático de Derecho Procesal, se singularizaba entre Couture, Zeballos, Gelsi y Barrios De Angelis. Desde su infancia en Rosario, por innato afán de perfección ascendió a las cumbres del pensamiento.

Iba a la clase sólo con el Código. `No hay que preguntarse qué dice la jurisprudencia sino qué se desentraña de la ley, iluminando la interpretación con principios y lógica.` `Primero interprete usted; después, vaya a la jurisprudencia a ver si lo apoya o va a tener que luchar por cambiarla.`

(Las medias comillas no indican transcripción sino memoria fiel a lo que nos enseñó ese hombre inquieto, que edificaba conceptos hasta en el desierto.)

Adjunto al Fiscal de Corte Melitón Romero, en la consulta Moretti aprendió los vericuetos del proceso penal. Y cuando llegó a la cátedra, construyó la primera interpretación orgánica del viejo Código de Instrucción Criminal y trasmutó la imperfección en claridad de soluciones, sentando tesis: por ejemplo, que si la Constitución prohíbe las pesquisas secretas… el presumario es inconstitucional.

Fiscal de Hacienda, logró unificar las dispersas normas sobre Impuestos a las Herencias, al tiempo que para liquidarlos, proveía las primeras calculadoras que usó la Magistratura.

Moretti redactó los artículos de la Constitución que en 1952 crearon el Tribunal de lo Contencioso Administrativo y rigen intactos hasta hoy: inspirados en la mejor doctrina, reconocen derecho a recurrir no sólo a los titulares de un derecho sino también a quienes sientan lesionado tan solo un interés, si es "directo, personal y legítimo".

La larga vida de ese admirable texto fundacional -y también de la ley 13.318 de Aduanas, que redactó en 1964- nos muestra al Moretti jurista, que sigue aleteando en las instituciones.

Y aun así, nos queda más: el entrañable ser humano que nos acompaña a la hora del sentimiento en el trabajo.

Vivía la angustia jurídica, se emocionaba ante el caso concreto. Y actuaba: presidiendo el Tribunal de lo Contencioso, un 24 de diciembre mandó notificar a domicilio un fallo recién firmado, porque el ganador a quien sentía haber hecho justicia `tenía derecho a pasar la Navidad en paz`.

A nosotros, como a tantos abogados, nos acompaña en la batalla: fue con sus razones que en 1988 hicimos que la Suprema Corte de Justicia rectificase su jurisprudencia y pasara a admitir que el procesado rechazase el perdón y mantuviese abierto el juicio a que tenía derecho para intentar probar inocencia

Y es con su enseñanza sistematizadora -¡hacía cuadros lógicos años antes que llegasen las fecundas ideas de Von Wright, Alchourrón y Bulygin!- y es con su ejemplo que hemos podido encarar temas que exigen buena dosis de creatividad a partir de principios vividos como inspiración y no como límite.

Lo contamos no para pagar una deuda con el Maestro: en cuestiones del espíritu, la cuenta corriente no se cierra nunca. Lo hacemos para subrayar cuánto vale el modelo de quienes como él afirmaron su personalidad, porque a pesar de todo la única esperanza radica en la luz de la grandeza del pensamiento y la actitud.

Mientras algunos se esfuerzan por reducir el Derecho a mero procedimiento, él lo vinculó a la sustancia de lo humano, ascendiendo desde la norma, casi sin sentir, al arte y la filosofía.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Encontraron una botella con un mensaje en una playa de Australia
0 seconds of 55 secondsVolume 90%
Press shift question mark to access a list of keyboard shortcuts
Next Up
Conferencia de prensa de la Policía Nacional tras amenazas en Udelar y shoppings
03:22
00:00
00:55
00:55