La firma en Praga de un tratado de reducción de armas nucleares, suscrito por las dos potencias que juntas poseen más del 95% de ese armamento en el mundo, merece especial destaque. Es de suma importancia que los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama y de Rusia, Dimitri Medvedev hayan puesto en vigor un nuevo tratado Start, que sustituye al firmado en 1991.
Es un ejemplo para todos esos países que acarician el sueño de poseer armas atómicas, el que las potencias mayores se comprometan a reducir el número de ojivas nucleares.
En momentos en que Irán intimida con su política nuclear, Rusia y EE.UU. ponen en marcha un tratado que permitirá la eliminación en siete años, de un 30% de sus respectivos arsenales nucleares. Algo único.