Los padres fundadores de los EE. UU. cuidaron mucho que la presidencia refleje el carácter, rural, conservador y patricio del país. (*) Desconfiaban de la gente en las grandes urbes, de los recién llegados. Deseaban evitar que cualquier demagogo con pico de oro o con promesas incumplibles fuese capaz de alcanzar la presidencia. Por lo tanto, al labrar la carta magna, establecieron la institución del colegio electoral. Una instancia de salvaguardia.
Hasta el día de hoy, la Constitución prevé que el presidente y vicepresidente deben ser indirectamente electos por una mayoría del colegio y en caso de empate, que los hubo, la elección se dirima en la cámara de representantes cuyo mandato sería elegir a una de las fórmulas más votadas. Cada estado vale un voto en esa circunstancia.
Los ciudadanos, aunque muchos no lo sepan, votan a los electores de cada estado designados por los partidos y no a los candidatos.
¿Quiénes son estos electores? Suelen ser figuras destacadas y pudientes de cada estado. No pueden ser legisladores y tampoco pertenecer a ninguna rama del gobierno federal. Deben respetar algunas mandas; no pueden elegir a dos candidatos de un mismo estado, por lo que se hace imposible elegir a un presidente y vice de un mismo estado.
Terminado los comicios los electores se reúnen días después en Washington DC y eligen -consagran- la fórmula presidencial de entre los candidatos de cada partido, aunque la Constitución no lo exige. (**).
El colegio electoral, que se congrega para ungir al candidato presidencial. Se compone de 538 miembros que corresponden a 435 representantes,100 senadores y 3 electores por el Distrito Federal (DC)
Cada Estado cuenta con un cupo de electores basado en el número de representantes y senadores que cada uno tiene. (Ejemplo: California 55 y Monta-na 3).
Como cada estado tiene 2 senado-res, el sistema de elección de electo- res, es intencionalmente desproporcionado en favor de los estados menos poblados.
Para ganar la presidencia el candidato debe obtener un mínimo de 270 votos electorales. No importan, a ese efecto, los votos que haya obtenido directamente. Han habido varias elecciones donde el candidato perdedor, había obtenido más votos populares que quien fue declarado ganador.
Para dejar en claro el concepto. En 2016 Hillary Clinton obtuvo: 65.853.000 vs. Trump 62.985.000 pero Trump consiguió 305 votos electorales ganó la presidencia con Clinton que solo obtuvo 227 votos.
Se sabe con mucha certeza, cómo vota la población en la mayoría de los cincuenta estados. Por ejemplo, California y New York son circunscripciones donde el voto es mayoritariamente demócrata. Por lo tanto, el candidato republicano difícilmente pierda tiempo haciendo campaña allí. Y al revés, Texas y Alabama tienen una larga historia de votar a favor de los republicanos.
Hoy los especialistas en la materia pronostican que son siete los estados que pueden inclinar la balanza y es allí donde se centrará el combate. A saber:
Arizona (AZ) 10; Georgia (GA) 15; Michigan (MI) 17; North Carolina (NC) 15; Nevada (NV) 4; Pennsylvania (Pa) 21; Wisconsin (WI) 10. Estos números indican los escaños electorales.
Repasemos el tablero actual:
Trump ha elegido como su vice a J. D. Vance, un “self made man”, de origen humilde, que con trabajo, inteligencia y coraje llegó a servir a su país en las fuerzas armadas. Se graduó en una de las más prestigiosas universidades (Yale), descolló como empresario, hizo fortuna, se metió en política, fue electo senador y ahora acompaña al magnate inmobiliario que busca volver al poder. Trump no ensanchó su base política con Vance, aunque si la consolidó.
Luego del paso al costado de Biden, Kamala Harris, la actual vicepresidenta, fue elegida en la convención del partido demócrata, escogiendo como ladero al popular y sonriente (como ella) gobernador de Wisconsin.
Kennedy (RFK, jr.) quien se postulaba como candidato independiente abandonó la carrera y luego de algunos intentos de plegarse con los demócratas -al no ser correspondido- se volcó con Trump, quien lo recibió con los brazos abiertos. Esta movida puede resultar negativa para Harris, en el contexto de la forma en que son electos los presidentes en EE.UU.
En una reciente encuesta, antes de “abandonar” la carrera presidencial, Kennedy tenía la siguiente intención de votos: en los Estados bisagra, AZ 5%, GA 3%, MI 4%, NC 3%, NV 4%, PA 4%, WI 4%.
Trump y Kennedy estudiarán qué les conviene más estado por estado; si mantener la candidatura en la nómina para la elección o no, al margen de que Kennedy no aspira ya a la presidencia. Puede que algunos votantes prefieran votar por RFK jr. que a Trump o a Harris. Sus votos en el colegio electoral pueden ser definitorios.
Dicen que uno no es dueño de los votos. Sin embargo para quien tenía intención de votar por el sobrino del expresidente, hacerlo por Trump, donde Kennedy supuestamente tendrá un roll importante (en el tema “verde” y anti “mega - pharma” etc..) es una ventaja que puede llegar a ser considerable. Esta elección se decide por poco margen.
Falta ver el debate de Donald vs. Kamala el 10/09 y cómo se desarrolla el panorama político global además del jurídico en el caso de Trump. La carrera es pareja.
(*) Cuatro de los cinco primeros presidentes fueron terratenientes de Virginia: Washington (1789 -97); Jefferson (1801- 1809); Madison (1809- 1817) y Monroe (1817-1825). Todos estos fueron reelectos seguidamente, mientras John Adams (1797-1801) de Boston, Massachussets (que había sido vicepresidente de Washington) se coló entre este y Jefferson aunque no fue reelecto.
(**) Sabiamente la Constitución no exige que los electores solo voten al candidato del partido que representan, previendo imponderables como su muerte, incapacidad para desempeñar el cargo, o un gran escándalo - entre la elección y la jura y/o posesión. O algún hecho que hubiese surgido y desmerezca al candidato.
Años después algunos estados han legislado exigiendo que los electores solo voten al candidato de su partido. Esas disposiciones no han sido puestas a prueba y posiblemente sean inconstitucionales.