Desde las cero horas de hoy rige la veda electoral. Según indica la Ley 16.019 está prohibida la “realización de actos de propaganda proselitista (...) en locales públicos o abiertos al público y en los medios de difusión escrita, radial o televisiva”.

También están prohibidas las “exhortaciones dirigidas a influir en la decisión del Cuerpo Electoral”

Una norma bastante anacrónica, más hoy en un mundo digital donde a todo lo tan sustantivo que ocurre por dichos canales no le corre la prohibición. Si le sumamos la prohibición a la venta de alcohol en las 24 hs. previas al cierre de los circuitos electorales ya se vuelve gracioso.

La idea de que si no vendemos alcohol la gente va a votar más sobria, y por ende mejor (?) no parece muy lógica. Ninguno de los objetivos para los cuales se establecieron dichas reglas están siendo logrados y solo se distorsiona la vida de las personas y el funcionamiento de la campaña.

Pero aprovechando el “tiempo de reflexión” se me ocurrió compartir algunas ideas sobre lo que se viene el 1° de julio.

Creo que para varios candidatos de esta contienda el día después será bastante extraño y discordante con los días previos.

Los primeros que tendrán un día después bien distinto serán los que hicieron una campaña pura y exclusivamente dedicada a la interna, en especial cuando se trató de una campaña de nicho, agresiva hablándole a las minorías que se busca movilizar o de sacar una ventaja con un adversario interno.

Hay candidatos que claramente siguieron este legítimo camino y que a partir del lunes, si se trata de alguien con aspiraciones presidenciales reales, deberán recalcular fuertemente.

El caso más claro de esto son los que están jugando con fuego coqueteando con el plebiscito del Pit-Cnt. Candidatos inteligentes a quienes sus asesores ya les explicaron la debacle económica y social que esto implicaría; pero aún así prefirieron la ventajita para la interna.

Tiendo a creer, y ojalá no me equivoque, que cualquier candidato con pretensiones reales va a tomar mucha distancia de ese proyecto a partir del lunes. Podemos imaginar los recursos retóricos a utilizar.

Pero también tendrán que recalcular algunos aspectos a nivel del manejo interno de sus partidos. A partir del domingo a las 19:30 hs. las cosas cambian. Quien gana necesita a los que pierden de su partido y todas las tensiones y rencores de campaña hay que ponerlas en una caja y mirar para adelante. Parece claro que algún partido no logró gestionar esto de la mejor forma en las últimas semanas.

En ese sentido creo que el Partido Nacional tiene una ventaja clara. El candidato favorito para obtener la candidatura tuvo siempre un discurso mirando octubre y noviembre, un discurso amplio y nada sectario, para todo el Uruguay.

Al mismo tiempo el buen clima interno y la consistencia programática hace prever una conformación de la fórmula exitosa y la construcción rápida del programa único.

Serán los que tomaron otros caminos, los que apostaron por dividir, los que jugaron con populismos o los que no supieron gestionar su interna en paz los que tengan más trabajo el día después.