El sentido de urgencia

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En mi columna anterior mencioné que en Uruguay muere gente que no debería hacerlo por causas como problemas cardiovasculares, enfermedades mentales y vulneración de condiciones de vida de niños en hogares pobres que genera, entre otras, violencia. Me llegaron sugerencias y explicaciones de por qué no tenemos sentido de urgencia. El sentido de urgencia se traduce en la capacidad de reaccionar y tomar decisiones para resolver problemas críticos en tiempo y forma. Una de ellas fue que a los uruguayos no nos gusta ponernos plazos para hacer lo que tenemos que hacer. A las organizaciones uruguayas tampoco.

Empresas, ONG, Hospitales y Ministerios, todas estas instituciones tienen en común que favorecen la actividad productiva. Sirven a alguien. A la clásica distinción de recursos para producir: tierra, capital y trabajo le sumamos conocimiento. La sociedad actual cree, y efectivamente lo paga, que el conocimiento es un recurso que agrega valor. Dentro de los factores que inciden en el buen desempeño, está la capacidad de las organizaciones de gestionar bien. Está comprobado que una mejora en la gestión impacta en una mejora significativa de la productividad. Para ello existe una “tecnología de gestión” que permite sistematizar todas las actividades.

De investigaciones a nivel nacional e internacional que estamos realizando, surge que las organizaciones dicen que gestionan bien. Sin embargo, su performance está por debajo de su percepción. Este resultado es el mismo en 15 de 16 países. Solo en Singapur se ven peor de lo que realmente están gestionando. Más aún, comparando los resultados entre los 16 países, Uruguay se encuentra en los últimos lugares del indicador del nivel de gestión.

¿Qué es lo que hacen bien las organizaciones para aumentar su productividad en términos de gestión? Planificar y definir objetivos claros, sencillos pero exigentes, hacer un seguimiento de dichos objetivos con indicadores que le marquen el desempeño; incentivar el buen desempeño de las personas; desincentivar a tiempo comportamientos y desempeños de baja performance, sin tapujos: a veces es despedir gente; mantener un buen clima laboral; incorporar tecnología y sistematizar en la gestión y en la innovación.

Para elevar el sentido de urgencia, salvar vidas e incrementar el bienestar, debemos cambiar la manera como gestionamos las organizaciones. También depende de las universidades que forman a futuros gestores. Depende de la sociedad que promueve y premia la labor de empresas y organizaciones como un conjunto de personas que buscan el mismo fin: mejorar la calidad de vida de la gente por medio de la entrega de mayor valor para: beneficiarios/clientes, empleados, accionistas y a toda la sociedad.

Es imprescindible que el sector privado y el estatal trabajen conjuntamente en la profesionalización de la gestión: cambiar sistemas que no logran los resultados que queremos; apoyar capacitaciones, crear la cultura de la innovación y mejora continua.

El sentido de urgencia del mundo es más intenso que el uruguayo. Los más privilegiados y los más vulnerables del Uruguay dependen de las mismas organizaciones.

El servicio de interés público por excelencia consiste en gestionar bien y mejorar continuamente para los demás.

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