El venado de campo protegido

Compartir esta noticia

Hace cuatro decenios un visionario, comprometido con la conservación del patrimonio biodiverso nacional, emprendió la titánica tarea de crear una institución zoológica municipal en Piriápolis, con el propósito de reivindicar a la olvidada fauna autóctona. Comenzó de cero, en un predio sobre la falda del cerro Pan de Azúcar; pero con la convicción de que era una batalla que había que librarse. A partir de allí Tabaré González Sierra dedicó su vida a la Estación de Cría de Fauna Autóctona que lleva su nombre.

Su concepto de institución zoológica fue sui géneris: trabajar con especies originarias de nuestro país, incluyendo en lo posible la vegetación de todo el predio. Puso especial énfasis en la especie más emblemática del ecosistema uruguayo: el venado de campo (Ozotoceros bezoarticus uruguayensis), porque había poblado las praderas de todo el país antes de la llegada del ganado y estaba en peligro de extinción. Casi sin información sobre su biología y etología fue lentamente consolidando un reducido rebaño reproductor, no sin sortear toda clase de dificultades. Hoy la Estación está robusta. Cuenta con más de 160 venados, siendo la población en semicautiverio más numerosa del mundo.

Pero el valor superlativo de esta experiencia -que enorgullece al país- es que todo este tiempo, tanto esmerado trabajo no se desarrolló con el único fin de exhibir venados, sino de lograr su reproducción, generar conocimientos, estimular la investigación científica, promover sensibilidad y compromiso en la sociedad, y realizar un aporte real y concreto para garantizar la supervivencia de la especie, pensando en las futuras generaciones.

En estado salvaje solo sobreviven dos pequeñas poblaciones -en Salto y en Rocha- con futuro incierto. Aunque nuestro país declaró al venado de campo “Monumento Natural” en 1985, y “especie protegida” en 2023, con esto no alcanza; hay muchísimo por hacer para asegurarle la supervivencia.

Basta visitar la Estación para comprobar que allí se trabaja con el mismo ahínco, con muchas otras especies autóctonas, habiendo concretado numerosas liberaciones de ejemplares a la naturaleza (en lugares especialmente escogidos) con el fin de contribuir a su preservación. El principio rector de la institución es el bienestar animal.

Está claro que nuestra fauna no es parte del decorado de un hermoso escenario natural, sino un componente esencial de la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas que conforman el territorio uruguayo. Todo contribuye a generar los bienes y los servicios ambientales que hacen posible elevar la calidad de vida de la sociedad e impulsar el desarrollo nacional.

Continuado con el legado original, nuevos vientos soplan por la institución fernandina, impulsando proyectos de cooperación permanente con el sector académico, de indudable mutuo beneficio. Un muy buen ejemplo es el de la desafiante reproducción asistida en marcha, utilizando semen obtenido de ejemplares salvajes para inseminar a hembras de la estación de cría, con el fin de renovar la sangre y combatir la inevitable endogamia cuando se trabaja con grupos aislados. Con el paso del tiempo se verá si se tiene éxito pero, lo relevante es la intención de hacer y la decisión de arriesgar, persiguiendo grandes objetivos como los trazados por las actuales autoridades de la Estación de Cría de Fauna Autóctona.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premium

Te puede interesar