El dios Jano romano tenía dos caras. El made in casa -¿que nos gobierna?- tiene una cantidad más. Hay una diferencia fundamental entre la corriente del mundo libre que ha inspirado a las instituciones republicanas tradicionales y la veta soviético-caribeño-cisplatina que mueve al actual “Frente” gobernante. Con acierto o error nuestro país se construyó a partir de analizar la realidad. El frentismo parte de que “como te digo una cosa te digo la otra”.
Uruguay es la mejor expresión política, económica y social de América Latina. Es indiscutible y basta viajar y ver para comparar. Pero, están los números estadísticos que rebaten a la menor duda. Y, esto es así, desde la consolidación institucional del país a principios del siglo pasado hasta hoy. Hay centenas de miles de personas que en el sector privado todos los días se levantan desde la empresa o el empleo, para mantener viva a la producción material que sirve tanto al cumplimiento de los cometidos esenciales del Estado como la Justicia, las fuerzas armadas y la policía; como a los servicios sociales caso de la educación, las jubilaciones y la salud. Son uruguayos que no saben conjugar la palabra huelga.
Del otro lado, hay una organización de agitadores incluyendo a quienes atentaron por medio de un terrorismo criminal y execrable contra las instituciones libres, que a través de la protesta sistemática, y la invitación al descontento buscan lo que han logrado: acomodarse en la burocracia estatal.
Nadie sabe qué rumbo tiene la administración actual. Lo último ha sido la discrepancia entre el un día juez del caso Feldman, al otro fiscal y al otro posterior abogado privado, actual pro-secretario de la Presidencia Dr. Jorge Díaz, con el ministro de Economía y Finanzas Ec. Gabriel Oddone. Leal a la poca credibilidad que le acompaña expresó Díaz que: “Nos dijeron que nos entregaban una Ferrari, pero, la Ferrari está fundida”. Lo que recibió una contundente respuesta del ministro Oddone diciendo respecto de la situación económica “es la de un país sólido”.
En otro orden, capitalinos y leales a su proverbial odio al campo y el interior del país, el Instituto de Bienestar Animal frentista, viene de aprobar un reglamento de jineteadas. O sea, de las fiestas criollas que incluyen doma y folclore, que dan alegría multitudinaria a la población y empleo a miles de compatriotas. Las que se realizan por todo el país en la próxima Semana Santa, para muchos justamente “Semana Criolla”. Amenazan con reglamentaciones y multas que llegan a los 20.000 dólares. Muchas de las celebraciones previstas ya han sido por ello canceladas. Los comités de base y capitalinos, expresan de esta forma su atávico odio urbano contra el interior rural.
Un batallón de inútiles, en casos licenciados en difusas especializaciones universitarias gratuitas, se pliegan por esta vía al multimillonario Bill Gates que promueve prohibir el consumo de carne natural, producida a pradera y sustituirla por hamburguesas artificiales (hechas vaya a saberse con qué cosa), de las que ha montado una fábrica. Sería un lindo gesto enviara algunas cajas a estos inútiles ambientalistas ya que algunos de ellos incluso sostienen públicamente que “¡quienes comen carne natural de ganado son asesinos!” Que el presidente Orsi acabe ahora por suspender este engendro, no abate el espíritu que anima al “urbanismo” socialista.