En la niebla, timón firme

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Fue conmovedor ver al Dr. Lacalle Pou en el “retiro” de Presidentes que convocó Lula. Fueron inspiradores los conceptos: condenar las dictaduras; no sumar más instituciones mochas; actuar. Y fue emocionante saber que la voz se alzó recia desde una imagen distorsionada, porque nuestro Presidente decidió filmarse él mismo y salir por Instagram, a la vista de que el anfitrión transmitía su discurso y acallaba el de sus invitados. El retiro de Presidentes fue un retiro de micrófonos, un ensayo general de ataque a la libertad. Propio del elenco de tiranías que, con su pinta bonachona, admira el brasileño.

En un país horrorizado por crímenes como el perpetrado el lunes en el Parque Rodó y consternado por las imputaciones de inverecundia a un senador, no deben pasar inadvertidos los gestos de grandeza ni deben ignorarse las luces del buen sentido. Wimpi escribió que, hace millones de años, el latido elemental tuvo que abrirse paso entre una espesura de monstruos. Hasta hoy ha seguido siendo así: la vida es auténtica cuando brota de una anti-resignación.

Con 45 veces menos superficie y 61 veces menos población que el Brasil, el Uruguay a través de su Presidente dribleó el silenciamiento y afirmó su derecho a hablar fuerte. Eso no se reduce a anécdota. Es actitud de rebeldía y mesura. Patentiza conexión entre la intimidad de la conciencia personal e institucional y la certidumbre de que la vida republicana manda no rendirse ante cualquier cosa.

Así como apoyamos la postura presidencial apuradamente meditada en los días iniciales del Covid -que nos salvó de encerrarnos-, hoy aplaudimos al Presidente que aplicó su experiencia en selfies para defender su libertad de expresión, encarnando la libertad de la nación que representa.

En el mismo plano, celebramos que el Ministro de Defensa Nacional, Javier García, ofrezca la apertura sin límites de los archivos de la dictadura. La iniciativa solo puede merecer plácemes. Y honra al gobierno que la propone, ejercido por ciudadanos que en vez de declamar y pintarrajear paredes, dan prueba de que no quieren ocultar nada, a diferencia de otros que, habiendo ejercido la suma entera del poder político, nunca se animaron a abrir todo a todos y hasta les da urticaria la proposición de apertura irrestricta.

También es para celebrar la celeridad con que la Fiscalía y la Suprema Corte de Justicia tramitaron el exhorto en que se pide el desafuero del senador Penadés, y el propósito de no demorar anunciado por la Presidente del Senado Dra. Beatriz Argimón. Ante lo insólito y deplorable, adoptaron la mejor actitud posible.

Sentimos que en la niebla, el timón se pone firme. Es lo pertinente. En la imagen marinera, acaso nos resuena la frase que acuñó en El Debate el Dr. Luis Alberto de Herrera, bisabuelo del primer mandatario: “La quilla de nuestro barco hiende mejor las aguas embravecidas”. Uno leía crispado aquellas columnas vitriólicas, pero tras todo lo vivido las evoca hasta con un dejo de ternura.

Y es precisamente desde todo lo vivido -guerrilla, dictadura, recuperación de la democracia y aciertos, yerros y pecados de los últimos 40 años- que, todas las cuentas hechas, sentimos la imperiosa necesidad de reconstruir juntos las ideas desde las cuales vivimos la Constitución.

Para que sea cimiento e inspiración de gestos de grandeza como los que aquí celebramos.

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Leonardo Guzmán

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