Yamandú Orsi será el nuevo presidente de la República. Contará con mayoría parlamentaria del Frente Amplio en ambas cámaras. Nadie tiene la menor idea de lo que esta organización política va a hacer. En materia internacional y nacional. Se vienen las elecciones departamentales y municipales del domingo, 11 de mayo de 2025, para tener panorama definitivo del mañana inmediato. Advendrán muchos Pluna, Ancap, Regasificadora, Antel Arena y afines de depredación del tesoro nacional a barrer para abajo de la alfombra y sin condena penal.
Montevideo electoralmente es ilustrativo. En los barrios periféricos de nivel cultural y socioeconómico más bajo, la votación del 70% fue a favor del conglomerado filosocialista contra un 30% favorable a la coalición. Por ejemplo en el Cerro, abandonado por el Frente, la construcción de un hospital formidable, no mereció reconocimiento popular alguno. Se da la mayor votación frentista en lugares que son asiento de atraso educativo y foco de multiplicación del delito.
Las encuestas fallaron respecto de la primera vuelta. En la que la Coalición Republicana votó por encima de la entente populista. En la segunda la decisión final fue mayoritaria a favor del frentismo. En términos futbolísticos, había un empate y la opción bolivariana se impuso en los descuentos. Con dos goles de diferencia.
Vale evocar, que en la primera vuelta en todo el país se jugaban los cargos del Senado y la Cámara de Diputados. Esto implica que los dirigentes políticos pusieron allí toda la carne en el asador. En la segunda vuelta este impulso movilizador no estaba. Los partidos de la coalición votaron menos en la segunda vuelta.
El gobierno que acaba tuvo dos primeros años que exigieron la atención eficiente de la pandemia. Igualmente, sus logros políticos, económicos y sociales son descollantes en términos latinoamericanos. Y, el prestigio personal del presidente Lacalle Pou es tangible. ¿Qué fallo en la captación del favor popular?
La oposición de tupamaros y frentistas fue deleznable. Personajes de una chatura intelectual y ética sin par no pararon de agredir hasta soezmente al oficialismo. Mis primeras experiencias cívicas fueron en el herrerismo que presidía Alberto Heber (1967). Solía decir que éramos una columna que jugaba en el área chica. “Adonde te arrancan las muelas”. Hoy son otros tiempos. Pero de ahí al que todos somos buenos e iguales, espíritu difundido por la campaña, hay un abismo. Los bueyes mansos no hacen patria ni historia.
Que hay una estructura cultural frenteamplista decadente instalada en la sociedad es cierto. Son las aulas hechas barricada, los sindicatos de protesta inclaudicable, el teatro, las murgas y el periodismo compañero. Pero, también cabe advertir que la comunicación de la coalición fue mala. Nacionalistas y colorados somos la Patria y fundamento de democracia y equidad social. La coalición debe organizarse institucionalmente. Le mueve el bien común. No es el segundo piso de nada, contra lo que rezaba un aviso de imaginario inmobiliario. Somos ciudadanía movida históricamente en la prosecución de un mundo en el que los niños aprendan a reír desde la cuna.
No admiten distracción las elecciones municipales de mayo de 2025. Hay que unirse. Y, dejar el alma en la cancha.