El cierre de las urnas el pasado domingo la Coalición Republicana tuvo 445.000 votos y el Frente bolivariano 410.000 votos. La votación voluntaria total fue de un 36% del padrón. Equiparable a la más baja registrada en 1999.

Ante este desinterés ya hay propuestas de votación legal obligatoria hacia el futuro. Inquietud improcedente ya que las elecciones internas corresponden a los simpatizantes de las organizaciones partidarias. Sin que el resto de la ciudadanía deba votar forzado si no quiere hacerlo.

El “partido” mayoritario fue el del 64% de la ciudadanía, que se abstuvo de votar. En el que están incluidos 100.000 uruguayos que viajaron al exterior. Para explicarlo se sacan chispas especialistas varios. “Politólogos” (frecuentemente frentistas agazapado tras gesto de sabio), periodistas tiradores de cartas, astrólogos, y demás. El resultado son explicaciones obtusas que desprecian el encanto de lo simple.

Todos los datos emanados de organismos e instituciones internacionales indiscutidos dicen que la democracia, la libertad, las condiciones económicas y sociales del Uruguay son las mejores del continente latinoamericano. Constatables, además, para quien las mira con buena fe dentro del país. Ello explica la mayoría nacional del 64% del electorado, que no siente haya un drama humano que aliente a una rebelión de masas y voto de manada. Ha sido un voto por el “statu quo”.

Las elecciones fueron expresión de un país que vive en calma. Ajena al alma de agitadores instalados en furibundas barricadas de protesta y odio durante los casi cinco últimos años. De allí el voto mayoritario por las fuerzas de la República y la extendida abstención. Coherente con los niveles de aceptación popular conocidos y registrados respecto del presidente Lacalle Pou y la opinión mayoritariamente tolerante de la opinión pública sobre el estado del país.

Al conocerse los resultados el Frente Amplio tuvo la feliz idea de hacerle leer al candidato presidencial Orsi una composición escolar. Una carta inocente a los Reyes Magos. Nos privaron de un macaneo espontáneo más del personaje que no es capaz de desarrollar una idea consistente. La claque opinólogo-periodística no dejó de sorprenderse alegremente por lo “rápido” que se concretó la fórmula con la Ing. Cosse (a la que la aplicación de nuestros impuestos a su aventura proselitista no sirvió de nada) ¿Tenían otra?

Abreviando, en el campo Republicano, el Partido Nacional conoció una votación contundente de Álvaro Delgado (75%) que le dio libertad para ordenar la propuesta partidaria. El ahora candidato presidencial dio ante la Casa del Partido Nacional tres lineamientos relevantes. Nombró como candidata a vicepresidente a Valeria Ripoll, luchadora social y gremial notoria, que expresa ideas claras con inteligencia y fervor. Comunicó que el presidente de la República Luis Lacalle Pou aceptó encabezar las listas nacionalistas al Senado y, anunció que ya se está instalando una comisión técnica coordinada por el Ec. Agustín Iturralde para ordenar la respuesta programática de la fórmula que se arraiga en los cinco años de gestión del gobierno. Fue positivo. La rabiosa crítica inmediata de los “sabios” lo demuestra…

En el Partido Colorado, por su parte, la elección como candidato presidencial del Dr. Andrés Ojeda, vale creer le abre cauce de renovación y porvenir.