Días atrás el portal CONTRAVIENTO publicó una crónica periodística sobre una denuncia penal que se le inició al bachiller, o estudiante de Lovaina (no sé cómo llamarlo sin caer en ironías) Daniel Olesker.

Con el paso de las horas nos enteramos que era una denuncia impulsada por el cnel. Roque García y que la formalizaba el colega dr. López Gamio.

El artículo fue replicado por otros medios y a partir de allí obviamente todos hemos opinado en las redes y en ruedas de amigos sobre un tema que debería ya estar resuelto.

Olesker realizó una entrevista al periodista César Bianchi en Montevideo Portal y me menciona un par de veces. Me acusa de acusarlo. Y tiene razón. Pero lo cierto es que olvida que le di muchas oportunidades de aclarar su situación. Entendí que tan prolongados silencios convalidaban mis dudas sobre su título universitario. Si Olesker hubiera querido mostraba el título y nos tapaba la boca a todos. No podemos negar que es un “rara avis universitario”. Es extraño que un “grado 5” de la Facultad de Ciencias Económicas y que da conferencias y se ha presentado como “economista”: no figure ni en el padrón de la Caja de Profesionales ni en el padrón del Fondo de Solidaridad y ni siquiera esté registrado en el padrón de egresados de la Facultad por tanto no puede votar en las elecciones Universitarias. Y que sea grado 5 habiendo cursado solo 3 años y monedas.

En el currículum presentado para asumir como ministro de Desarrollo Social se señalaba su calidad de economista y luego agregó que tenía un posgrado en Lovaina (Bélgica). Cuando todo empezó a esclarecerse Olesker se concentró en ese título de Magíster en el extranjero. Declaró que eso era hasta un nivel o “título superior al de Economista en Uruguay”. ¡tomá pa’ vos!

En fin. Tengo discrepancias sobre esas afirmaciones, pero me creo una persona tolerante y hasta puedo entender que en este mundo de las autopercepciones alguien pueda pensar que es un androide, un perro, o “más que un economista”, etc. ¿Quién soy yo para quitarle a las personas sus ilusiones y percepciones sobre sí mismas?

Un par de meses más tarde del fuerte debate en redes Olesker hizo aparecer un certificado de estudios firmado por una señora de la Universidad que ostenta un cargo administrativo.

ESO NO ES UN TÍTULO DANIEL.

Confieso me pasó algo más grave. En aquellos meses nos desayunamos un día con aquel comentado affaire del lic. Adrián Peña. Peña es un correligionario mío y amigo. Aun así y por respeto a la honestidad intelectual “le di con un caño” en redes y hasta en una columna del diario El País. Tanto que una vez que Adrián consiguió aclarar su situación con la Universidad Católica y regularizar su carrera, tuve que rectificar mis dichos en televisión. Por tanto, nadie nos puede acusar de sectario.

Vuelvo al principio. Si Olesker tiene un título, cualquier discrepancia se sortea mostrándolo. Por alguna razón que desconozco no lo hace y aun así me seguirán quedando enormes dudas sobre los criterios que ha usado Udelar para construir una carrera docente a partir de “un relato” de un estudiante que aseguró haber terminado una “maestría” en el exterior.

Mientras tanto, y espero no se ofenda, seguiré creyendo y aludiendo al sr. Olesker como Bachiller. Y nadie debería agraviarse. No todo el mundo puede acceder a tan digna meta educativa.