Juan Oribe Stemmer
La materia más valiosa para un país es la materia gris de sus habitantes y la riqueza esencial de una sociedad es su gente. En un mundo tan dinámico, las nuevas generaciones son especialmente importantes. El gobierno se encuentra en el proceso de definir una Estrategia Nacional para la Infancia y Adolescencia que toma como punto de partida la situación en el año 2010 y se enfoca en el 2030.
La estrategia es elaborada a través de un proceso de intercambio de ideas, con muchos y variados participantes, vertebrado en torno de tres documentos de base (accesibles en Internet) sobre sustentabilidad demográfica, sustentabilidad social y sustentabilidad democrática. Además se producen cuadernos con aportes complementarios para el intercambio de ideas.
El documento base sobre sustentabilidad social toma como punto de partida conceptual el análisis del vínculo que existe entre los Derechos Humanos (abarcando a los derechos políticos, sociales, económicos y culturales) y el desarrollo humano. Es una perspectiva que enfrenta directamente uno de los "dilemas de falsa oposición" más extendidos en nuestra época.
Para Carlos Vaz Ferreira un dilema de falsa oposición es una de las falacias más comunes y "por la cual se gasta en pura pérdida la mayor parte del trabajo pensante de la humanidad". Consiste en considerar como contradictorio lo que no es tal. En "crear falsos dilemas, falsas oposiciones" que simplifican la realidad reduciéndola a oposiciones elementales y, por ello, artificiales; desconocen la natural complejidad y riqueza del mundo en el cual nos debatimos, haciéndolo más pobre. Es una forma de pensar que conduce a la polarización de las opiniones y al encarnizamiento del debate político.
Sin embargo, esa manera simplista y pobre de ver el mundo continúa teniendo sus adeptos. Un ejemplo clásico es esa forma de preconizar que existe una contradicción o incompatibilidad entre el desarrollo económico (centrado en el ser humano) y el respeto de los Derechos Humanos (incluyendo los derechos políticos, sociales, económicos y culturales del hombre).
El documento de base sobre sustentabilidad social observa que "en los últimos años ha ido ganando espacio en la reflexión y el debate académico y político sobre el Desarrollo Humano, la tesis que advierte la existencia de una estrecha relación entre el cumplimiento y el desarrollo de los Derechos Humanos… y el logro de un desarrollo sostenido".
Se señala que "no es posible -o al menos no es sostenible en el tiempo- alcanzar altos niveles de desarrollo humano sin garantizar en forma efectiva el goce de los derechos humanos, pero, al mismo tiempo, no parece que un Estado pueda cumplir este mandato sin bases sólidas de desarrollo".
Sostener que estamos obligados a elegir entre los Derechos Humanos y el desarrollo humano es plantear un dilema de falsa oposición. Una actitud que, incluso, puede llegar a constituir una falacia, en el sentido literal del término. Los estudios comparativos sobre los niveles de desarrollo humano de las Naciones Unidas demuestran que ambos elementos son complementarios e interdependientes entre sí.
Debemos tutelar y fortalecer los Derechos Humanos de los uruguayos para conseguir el desarrollo económico sustentable de nuestra sociedad; y necesitamos impulsar el desarrollo económico sustentable para tutelar eficazmente aquellos derechos.
Ambos a la vez.