Interpretar este Uruguay

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Las campañas electorales en curso son diferentes en cada partido. En el caso del Partido Nacional cada uno de los candidatos procura mostrar su perfil pero todos tienen conciencia no solo de la identidad partidaria sino también de una gestión de gobierno que ha tenido un alto nivel de aprobación sostenido durante todo el tiro y que eso es un activo importante para mostrar en la campaña electoral.

Todos los precandidatos del Partido Nacional cuentan con el apoyo de asesores de imagen así como técnicos, economistas y think tanks que aportan materiales para sus campañas. Lo que ninguno de estos especialistas les aportará es la captación del humor nacional y la sintonía con el estado de ánimo de la gente. Solo el político avezado entiende de eso. Y es un insumo importante.

El alto índice de aprobación del gobierno mencionado más arriba arrancó desde el principio, momento en que ante la amenaza del Covid, el gobierno y principalmente el presidente, propusieron a los uruguayos enfrentar ese embate con libertad responsable y manteniendo encendidos los motores de la economía. Eso no fue una compadrada, fue una apuesta hecha sobe la base de una percepción o intuición o palpite de que habría receptividad para ello porque algo había cambiado en el ánimo nacional, otrora tan inclinado a pedir protección y ahora dispuesto a ser actor responsable en la gestión de su peripecia personal. Los que propusieron cuarentena obligatoria -que según los antecedentes uruguayos de larga data sería lo que encontraría pronto y reconfortado acatamiento- fueron desoídos, no conectaron con el estado de ánimo de los uruguayos. Esto no es una ilusión, una película o wishfull thinking; es un dato, medido por todas las encuestadoras.

Los precandidatos del Partido Nacional hacen caudal de las realizaciones materiales de este gobierno como respaldo a sus discursos de campaña. Hay mucho para mostrar. También exhiben estadísticas de baja de inflación, creación de puestos de trabajo y obra pública. También en esto hay mucho para mostrar. Pero, digo yo, si quieren apoyarse en los logros de este gobierno para sustentar sus respectivas campañas ¿por qué no se fijan en el sello político básico del gobierno de Lacalle Pou? ¿Por qué no atienden más a ese Uruguay distinto con quien se hizo contacto y se estableció provechosa comunicación desde los comienzos de este gobierno?

El humor nacional está mostrando, desde la respuesta a la pandemia para acá, una disposición hacia mayor libertad y mayor responsabilidad, a no reclamar amparo sino pedir un estribo. Hay que entender ese cambio, hay que hablarle a ese Uruguay, tomar contacto con él. Si actualmente, al final del período, el gobierno mantiene una aprobación singularmente alta es porque sigue habiendo sintonía y buena disposición hacia la libertad y la responsabilidad.

El antecedente que los precandidatos blancos tienen a mano para asimilar y triunfar con él es este. Darse cuenta de ello es haberse dado cuenta de lo que ha acontecido en el estado de ánimo nacional. No haberse dado cuenta hace inútil cualquier estrategia para capitalizar electoralmente lo positivo y remarcable que ha sido este gobierno para el país.

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