La gran meta es la edificación de un país cada vez más predecible, estable y sostenible, único camino posible para garantizar nuestra calidad de vida. Como lo hemos comentado en el pasado, uno de sus cimientos fundamentales -aunque subvalorado y casi invisible para mucha gente- es asegurar la calidad ambiental. No hay que ser muy perspicaz para concluir que en ello se basan las mejores perspectivas de vida de nuestra gente.
El desafío es enorme porque hay que congeniar inteligentemente el efectivo cuidado de los ecosistemas con la enorme variedad de actividades que realizamos para acceder a la mejor calidad de vida posible.
Por ello la protección de los ecosistemas naturales nacionales califica como una prioridad superlativa, debido a que somos conscientes de la vorágine que nos impone la búsqueda incesante del progreso -impulsado por el imparable avance tecnológico.
En ese sentido resulta oportuno difundir la acertada iniciativa de declarar a las islas del río Queguay como área protegida. Se trata de una extraordinaria zona de Paysandú en materia de biodiversidad y por su elevado valor paisajístico, ubicada en la desembocadura del río Queguay Grande en el río Uruguay.
Hechas las valoraciones de caso, los equipos técnicos más especializados concluyen que debería incorporarse al Sistema Nacional de Áreas Protegidas de nuestro país, debido a que se trata de la franja de vegetación ribereña ininterrumpida más extensa de la costa oriental del bajo río Uruguay. Conforma un sistema acuático y terrestre con características propias, a tal punto que juega un papel fundamental en la calidad del agua del río y en la dinámica de sus sedimentos; así como sobresale su valor en materia de la diversidad biológica que contiene. Ejemplo de ello son su ictiofauna (peces) y ornitofauna (aves), asociadas a la espectacular flora nativa presente, caracterizada por ser el río Uruguay una vía de acceso a nuestro país de la flora paranaense (integrante del dominio amazónico).
La propuesta de área protegida incluye una superficie de 8.224 ha, distribuidas en padrones de islas fiscales y privadas (Almirón, Del Queguay Grande, Del Queguay Chico, San Miguel, San Francisco, Sombrerito, Melliza de Afuera, Melliza de Adentro).
Además, hay que señalar la directa relación que tiene esta zona con el área protegida “Montes del Queguay” (2014) -ubicada a 87 km al oeste, en la confluencia de los ríos Queguay Grande y Chico. Se trata nada menos que de 20.000 ha donde la sociedad uruguaya protege la mayor masa boscosa natural de su territorio.
Su ingreso al SNAP daría respuesta a la necesidad de materializar un control efectivo de las actividades humanas, regular el uso público responsable y sostenido, delimitando áreas de recreación, turismo ecológico y pesca deportiva. Así como establecer aquellas zonas de acceso restringido, para evitar perturbaciones indeseables en los ecosistemas. Es que en la actualidad se constatan continuas incursiones de personas, para realizar actividades prohibidas por las leyes y las normativas departamentales.
Queda claro que de prosperar esta iniciativa, estaremos dando un nuevo paso hacia la construcción de una sociedad más sustentable y solidaria con las futuras generaciones.