Será la economía un elemento central en la campaña electoral? ¿Incide a favor del gobierno o de la oposición? La semana pasada tuvimos un adelanto de cómo se paran algunos actores políticos en este tema.

A partir de una extensa entrevista a Martín Vallcorba en La Diaria, va quedando claro el relato sobre la economía que buscará instalar el Frente Amplio. La nota tuvo buena repercusión en círculos opositores, básicamente porque es una muy buena síntesis del relato opositor en términos económicos. Si la leyó algún inocente extranjero, se habrá compadecido por la sociedad uruguaya y el trágico momento que atraviesa según Vallcorba.

La primera tragedia está planteada en el título: “Llevamos casi un año y medio sin crecimiento”. Es cierto que el crecimiento promedio de 2023 dará algo cercano a 0%, pero el año fue de menos a más y en el tercer y cuarto trimestre sí hubo crecimiento. A ese promedio anual de 2023, Vallcorba le suma la parte del 2022 que le sirve, solo el segundo semestre (porque en promedio en 2022 crecimos casi 5%). Claramente la sequía fue el factor distorsivo en el dato 2023 y también lo será en el de 2024. Pongámoslo así: el 2023 fue bastante mejor de lo que ese dato de PBI mostrará, y el 2024 no será tan genial como el dato indicará.

Vallcorba también hace un duro análisis del frente fiscal. Compartiendo con él cierta preocupación por el deterioro de los últimos meses, los términos en los que él lo plantea son un exceso a todas luces. La situación fiscal hoy no es mejor que en 2019, porque lo diga Azucena Arbeleche, lo es porque las calificadoras y el propio mercado así lo reconocen. Hoy la deuda uruguaya paga las menores tasas de la región, eso no era así en 2019. Hoy está completamente despejado el riesgo de perder el grado inversor, eso no era así en 2019. Cierto que el resultado fiscal observado se deterioró, pero tres cosas: debemos mirar el resultado estructural que es significativamente mejor, parte del deterioro ya se revirtió al cierre de 2023, y tercero y más importante: a diferencia de 2019 hubo una reforma de la seguridad social que agregó sostenibilidad de largo plazo aunque no impacte en el número fiscal de hoy.

Pero lo más llamativo es la acusación que siguió. Luego de decir que los problemas fiscales eran idénticos a 2019 y que el gobierno había hecho un despliegue fiscal por las elecciones; luego acusa al mismo gobierno de tener “fanatismo que pasa por la obsesión de bajar gastos y achicar el Estado.” ¿En qué quedamos?

Comentario aparte merece el minimalista espacio que ocupan dos asuntos económicos centrales, nada menos que la inflación y el mercado de trabajo. En el cierre de la larga entrevista, ante una pregunta, hace algunas referencias al tema. En 2023 bajó la inflación y creció significativamente la masa salarial por empleo y salario. Hoy la masa salarial es más de 5% mayor que al arranque del gobierno, omitir ese tema parece demasiado en una entrevista tan exhaustiva.

También hay cosas compartibles en la entrevista. El énfasis en la necesidad de perfeccionar la regla fiscal, la necesidad de mejorar la competencia y de apuntalar la competitividad. Pero el mensaje general que se busca instalar es simplemente falso, analizando con frialdad que la economía uruguaya está en casi todos los aspectos relevantes (PBI, inversión, masa salarial, empleo e inflación) mejor que en 2019.