Si bien tenemos que hacer todo lo posible para que la gente viva lo mejor y más productivamente posible, en ningún lado se ha dicho que sea un deber mantenerse vivo en cualquier situación”.
En síntesis, “la vida es un derecho y no una obligación”. Esas palabras fueron dichas en un reportaje en Galería hace un tiempo, por el Dr. Humberto Correa, Profesor de Medicina de la Udelar, así como Decano de la Facultad de Medicina del Claeh, con cuyo pensamiento coincido absolutamente. Este médico dedicó 35 años de sus más de 50 de profesión, al intensivismo. Quiere esto decir, una amplia experiencia en un campo en el que el galeno se encuentra en un constante contacto con la muerte. Una persona, además, por la cual siento un profundo respeto y afecto personal ya que en uno de estos trances tan difíciles, lideró al equipo del Sanatorio Italiano donde se atendió a una de mis dos hijas durante una interminable semana, a causa de una infección generalizada por la que a punto de dejar de existir estuvo. Momentos que no se olvidan.
Ya van más de dos años que el diputado colorado Ope Pasquet presentó en el Parlamento el proyecto de ley Eutanasia y Suicidio Medicamente Asistido y pandemia mediante, el debate continúa y arrecia en estos días. A esto ha contribuido que el Dr. Gallo del Frente Amplio, en diciembre haya hecho conocer otra posible ley en el mismo sentido y a la batalla que dan los contrarios a esta postura. No es de sorprender que la bancada de la oposición haya lanzado un nuevo trabajo, porque una cosa es acompañar el de Pasquet, simplemente levantando la mano y otra es adquirir un mayor protagonismo en esta área, con algo de elaboración propia.
Pero de acuerdo a lo manifestado por ambos responsables, es de esperar que los esfuerzos de un lado y otro se sumen y contribuyan a una mejor propuesta. Así lo decía en un interesante programa dirigido por Jorge Traverso, el Sr. Pasquet. El diputado Gallo por su parte afirmaba en El País, que la discrepancia con el primer texto es porque el del colorado se centra especialmente en proteger al médico. Pasquet intenta que los doctores puedan actuar llegado el caso, sin la sombra de ser acusados de un delito.
Mientras el FA considera primordial que el acceso a la eutanasia se consagre “como derecho del ser humano”, dentro de ciertas circunstancias. (Aspecto para profundizar más adelante). Ambos documentos coinciden en respetar a la objeción de conciencia del galeno y que la institución médica, pública o privada designe en esa circunstancia a otro profesional.
Luego surgirán seguramente otros matices, como la propuesta en el texto del Dr. Gallo de que en el certificado de defunción figure el deceso como muerte natural, (tal como se establece en otros países), para evitar que los seguros lo tomen como suicidio y no reconozcan a los beneficiarios. Pero entre las divergencias existentes, las hay de otro carácter y como abanderado de una postura totalmente opuesta a una legislación de avanzada como la que está en discusión, sobresale el Diputado Goñi del P.N. Otro de los entrevistados en Canal 5 y en Santo Seña de Canal 4, conducido por Ignacio Álvarez. Como parte de su cruzada anti eutanasia y cualquier cosa parecida, creó un grupo de opinión llamado Prudencia y a través suyo acaba de traer invitado a lo que llaman un “experto”, Theo Boher, cuya nacionalidad holandesa es de por sí, su mejor carta de presentación. Holanda ha sido pionera en estos asuntos.
Sin embargo, el Sr. Boher hoy reniega de esa política que lleva 20 años y se ha convertido en un opuesto predicador. Por lo cual cuenta con una cargada agenda a nivel político y académico , que lo lleva a viajar por el globo. Entre sus argumentos en contra, afirma que luego de revisar más de 4000 expedientes de eutanasia advirtió un aumento de demandas. ¡Chocolate por la noticia!
En una actualidad plena de avances en todas la ramas de la ciencia y de la medicina, hay un constante crecimiento de la tasa de longevidad. Más allá de que buena parte de la población planetaria aun no acceda desgraciadamente, a los beneficios del mundo desarrollado, el aumento del confort, de la salubridad y la abundante alimentación de la que disponen hoy los descendientes del homo sapiens, cada vez hay más gente que llega a edades avanzadas. Con las consecuentes dolencias de distinta índole. A lo que se agregan las personas de distintas edades que padecen enfermedades, raras, crueles, vejantes o los heridos y víctimas de accidentes, que deben soportar dolorosas o invalidantes secuelas.
Es pensando en todas esas personas que sufren, que no tienen posibilidades de tener una vida digna, que en un país y otro se sancionan leyes como la de Muerte Anticipada (sancionada en Uruguay en 2009), de Eutanasia, de Suicidio Médicamente Asistido. Más de 10 estados de Estados Unidos a partir de Oregon en 1997, y luego Canadá. Colombia acaba de aparecer en los titulares como primer país de A.L. en avalar el suicidio médicamente asistido,a fines de la semana pasada y en el continente europeo, Suiza, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Portugal y España, con variantes o en proceso han legislado en esa misma línea.
Se trata de un dilema complejo que toca resortes religiosos, éticos, morales, de costumbres y el tabú ancestral. Como escribiera en esta misma página el ex diputado y hoy Intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, “desde el ángulo religioso la vida es producto de un acto divino y solo quien lo dio puede quitarlo y a esa manera de pensar o de sentir se respeta pero en una sociedad laica y democrática como la uruguaya, nadie debería imponer sus creencias a los demás. Por lo tanto, el camino, el único, es el de la libertad.”
Estas leyes no obligan, cada cual puede hacer uso o no, de la posibilidad que se le abre al que vive muy mal padece o vegeta. Privilegian sobretodo los derechos del ser humano. Aunque podría alguna vez esta legislación usarse de forma criminal a costas del enfermo o de una persona mayor, razón que esgrimen últimamente los contrarios, sería algo así como prohibir los autos por los riesgos que implican.