Y llegó la hora de pagar las fiestas. Sí, las fiestas y los saraos que se realizaron durante los años en los que hizo campaña electoral desde el Palacio Municipal, la exintendenta Carolina Cosse.
La más sonada fue el año pasado donde gastó un par de millones de dólares, (256 mil de ellos, fueron para la cantante argentina Lali Espósito), en el show Acá estamos para celebrar el mes de la mujer. Sería redundante enumerar cada una de las festicholas en las que la ingeniera dilapidó la plata de los contribuyentes montevideanos. Para ella fue un éxito, logró su objetivo: convertirse en la próxima vicepresidente de la República. Pero acá quedamos los habitantes de la ciudad pagando la fiesta, la cena y el baile. ¿Cómo?, con corte de servicios.
Días pasados nos enteramos que ya no funcionan los motocarros. Los vecinos mandaban por W.app, una foto de un contenedor desbordado y, a las horas, pasaba un vehículo que recogía la basura dispersa. Se sabe esto no solucionaba ni ahí la mugre de Montevideo, pero para algunos vecinos era un alivio.
Más recientemente trascendió que la Intendencia se encuentra en bancarrota. Al cruce de estas versiones salió, el intendente Mauricio Zunino: la situación, “no es la más holgada, pero en realidad es una situación estable y sólida”, sostuvo y agregó. (…) no tenemos “una situación que impida llevar adelante ningún tipo de obligaciones financieras” a pesar del ahogo financiero “por parte de algunos recursos del gobierno nacional”.
De paso le tiró la responsabilidad al Gobierno nacional. La respuesta llegó horas después, cuando el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Benjamín Irazábal, subrayó que todas las partidas “se están transfiriendo en tiempo y forma”.
Cabe señalar que los porcentajes de dichas partidas, fueron fijados por ley en 2005, durante la primera administración del Frente Amplio.
Lo cierto es que la Intendencia de Montevideo que recauda US$ 2.000.000 diarios (de lunes a lunes) tiene problemas financieros y económicos. Recaudó en 2023 más que en 2022 y eso quedó en evidencia en el bono de $ 25.000 que recibieron los empleados municipales por mayor recaudación, divididos en dos partidas una en octubre antes de las elecciones y otra que se les pagará en enero. Dicha partida había sido acordada con Adeom para el caso que los ingresos fueran superiores al ejercicio anterior.
Pero hay más, ahora sabemos que desde hace veinte años (el FA lleva 35 años consecutivos gobernando en Montevideo), el colector subacuático que arroja las aguas servidas de la ciudad en Punta Carretas, tiene fugas importantes a 1,3 kilómetros de la costa, su extensión es de 2,5 kilómetros.
Las fallas ya eran denunciadas en febrero de 2009, por el entonces director de Desarrollo Ambiental de la Intendencia, Néstor Campal. Entonces, el jerarca, auguraba una solución para 2011 cuando se hicieran las obras del Plan de Saneamiento IV, con la construcción de un nuevo emisario subacuático en Punta Yeguas. Pasaron catorce años. ¿Y?
Se sabe toda obra bajo tierra o agua, no da votos ni genera opinión pública. Pero acá estamos hablando de aguas servidas y de la salud de la gente, si no pregúntenles a los nadadores que participaron en una competencia en Punta Carretas en octubre pasado. A ponerse, señores, que la cuenta es muy, muy grande.