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La fragata

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El 24 de junio se inaugurará en el Museo Numismático del Banco Central una exposición sobre el último viaje de la fragata de la Marina Real española Nuestra Señora de las Mercedes. La exhibición es organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación español, Acción Cultural Española, Ministerio de Cultura de España, con la colaboración de ARQVA, Museo Nacional de Arqueología Subacuática, y la Comisión de Patrimonio de nuestro país. La exhibición luego continuará su viaje a Perú, Chile y Bolivia. Corresponde destacar la generosa iniciativa de los organismos culturales españoles, encargados de tutelar el valioso patrimonio cultural y material subacuático de esa nación.

El episodio de la fragata de 38 cañones tiene varias facetas relevantes para nuestro país.

Los tres años de relativa tranquilidad entre la Paz de Amiens (marzo de 1802) y la declaración de guerra por España a la Gran Bretaña (diciembre de 1804) fueron el último esplendor del puerto de Montevideo español. En pocas décadas, Montevideo se había convertido en el principal puerto de llegada y salida de los buques mercantes que acudían al Río de la Plata y en un punto estratégico para la Armada española.

El 6 de junio de 1804 fondearon en el puerto tres fragatas provenientes de El Callao (Nuestra Señora de las Mercedes, La Anunciación y Santa Clara) con un importante cargamento de monedas de plata y de otras valiosas mercaderías. Aquí las esperaba una cuarta fragata, La Fama, que había llegado el 28 de marzo, proveniente del océano Índico.

Los cuatro navíos se hicieron a la mar el 9 de agosto, conduciendo valores, mercaderías y pasajeros. La fuerza estaba bajo el mando del capitán José Bustamante y Guerra que recién había dejado el cargo de Gobernador y Comandante de Marina del Río de la Plata. La flotilla fue interceptada el 5 de octubre, en tiempo de paz, por una fuerza británica superior en las cercanías del Cabo Santa María prácticamente a la vista de Cádiz. Durante un breve combate, la Nuestra Señora de las Mercedes explotó. Las demás fragatas debieron rendirse y fueron conducidas a Portsmouth.

Ese acto de agresión en pleno período de paz fue objeto de considerables críticas -incluyendo en el Parlamento británico- y nos recuerda otro episodio histórico más reciente: el ataque a la flota francesa en Mers el-Kebir, el 3 de julio de 1940.

Los esfuerzos que había hecho España para mantenerse neutral en el enfrentamiento entre Gran Bretaña y Napoleón habían fracasado. El rey Carlo IV declaró la guerra a Gran Bretaña el 14 de diciembre de 1805. España se alió con Francia con resultados funestos. La derrota de la flota combinada francesa-española en la batalla de Trafalgar, el 5 de octubre de 1805, estableció el predominio naval de la Reino Unido. Las hostilidades llegaron directamente al Río de la Plata con las Invasiones Inglesas (1806-1807).

La exposición también será interesante porque, primero, nos recuerda la dura lucha, esta vez en los juzgados, que debió emprender España para proteger los restos de la fragata de las apetencias de los buscadores de tesoros; y, segundo, porque es un ejemplo que demuestra la importancia que tienen para la sociedad, la protección y conservación del patrimonio subacuático para las generaciones presentes y futuras.

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