La fuerza del relato

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Allí estaban: 430.023 firmas. Merde; vivitas y coleando. Un Marcelo Abdala exuberante avanzaba hacia la Corte y la gente le abría el paso; por miedo a que los chocara, seguramente. El dirigente comunista y presidente del Pit-Cnt lo había logrado. Me dicen que será el futuro canciller si gana el Frente, sea con Orsi o con Cosse. Un reconocimiento a su esfuerzo y para aprovechar sus “contactos” en el exterior: está viajando a Venezuela como observador de las llamadas “elecciones democráticas”, invitado especialmente por Nicolás Maduro, quien será el encargado de contar los votos. Los comunistas se aseguran, desde ya, la vicepresidencia -por lo menos- y la cancillería.

Dos días más y juntaban el doble; otra hazaña de los trabajadores organizados. En realidad, hay que ser justos, fue “el partido”: tembló el MPP; Cosse ensayó una sonrisita suficiente y Orsi levantó los hombros, intentó decir algo pero no pudo. Viva la unidad. Y así se construye el relato, tal como lo indica el manual del Foro de San Pablo. Aquí, en Argentina y en todo el continente.

Más de 430 mil firmas y tan solo se necesitaban 276.151. Sin embargo, la cosa no es tan así: hay que verificarlas y en esto va surgiendo que una de cada cuatro no vale. El 25% falsas o algo similar; ¡qué traspiés! En casos anteriores jamás se había llegado a tanto.

Pero es seguro, casi, que estarán las firmas necesarias para arrasar con las jubilaciones, los jubilados y con la ilusión de jubilarse algún día. Arañando, sí, pero cuando se llegue a la cifra se acaba la verificación. Serán las 271.151 que se precisan, más chauchas y palitos, pero en el imaginario popular fueron 430 mil y anda que te cure Lola. Lo repetirán los militantes una y mil veces y algún “historiador” lo plasmara en un libro. El relato queda estampado.

Pasó con lo de los desaparecidos en Argentina: fueron unos ocho mil, se asegura, pero la cifra del relato, la histórica y oficial, que negarla pasó a ser delito, es de 30 mil. Treinta años después apareció quien “puso” esa cifra -el exmontonero Luis Labraña- quien confesó que para conseguir el apoyo internacional era preciso presentar una cifra mucho mayor que la de 4 mil que manejaban en un principio. Entonces él propuso la cifra de 30 mil, algo decoroso pero no exagerado, que alcanzaba para satisfacer las exigencias europeas. La gente va a recordar las 430 mil firmas de Abdala y su campaña. El papelón de estos días pasa rápido y además se tapa con algo que surja: por ejemplo lo de la “pesquisa”. Como pasó en Argentina con el “atentado” contra Cristina “condenada”, llevado a cabo por el sicario más nabo de la tierra: llegó a medio metro del objetivo y resulta que la pistola no tenía balas. El manual funciona.

Las “barras bravas” se trasplantan, se adecuan: allá piedras acá filtraciones, con lo que por ahora alcanza. Es lo que Sebastian Grundberger llama “La galaxia rosa”, en su libro recientemente editado por la Konrad Adenauer: “La Galaxia Rosa” -“Cómo el Foro de Sao Paulo, el grupo de Puebla y sus aliados internacionales socavan la democracia en América Latina”-, desde la tapa lo dice todo. Y algún datito más: son miembros del Foro 19 partidos comunistas además de una ponchada de grupos socialistas, revolucionarios, violentistas y del estilo. Entre los integrantes del Grupo Puebla, por Uruguay aparecen a la cabeza Carolina Cosse, Fernando Pereira, Yamandú Orsi.

No es para tomárselo en chiste.

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